Empresa

Gabriela Hearst, el lujo ‘campestre’ que atrajo a LVMH

La creativa comenzó su carrera en Manhattan, pero regresó a su tierra natal para sacar provecho del campo familiar, donde cultiva parte de las materias primas que emplea.

María Bertero

2 jul 2019 - 04:47

Gabriela Hearst, el lujo ‘campestre’ que atrajo a LVMH

 

 

Más de 8.500 kilómetros separan el campo uruguayo de Manhattan. Sin embargo, Gabriela Hearst ha vinculado ambos territorios a través de su marca homónima, que factura en torno a veinte millones de dólares. La diseñadora uruguaya fue la primera creativa de Latinoamérica en entrar bajo el paraguas de LVMH, con quien planea expandir su negocio en todo el mundo. El conglomerado francés de lujo entró a principios de 2019 en el capital de la empresa, que por ahora cuenta con un solo flagship store, ubicado en Nueva York.

 

Si bien los orígenes de la marca que lleva el nombre de la diseñadora se remontan a hace sólo tres años, el vínculo entre Hearst y la moda data de unas décadas atrás. La compañía se inició en Nueva York, ciudad que se volvió cuna creativa de la diseñadora.

“Por casualidad empecé a trabajar para una diseñadora en Nueva York en 2003 y ahí empezó mi carrera en la moda”, recuerda Hearst, quien se mudó de Uruguay a Estados Unidos a principios de la década del 2000.

 

Al poco tiempo, la uruguaya decidió emprender su propio negocio y puso en marcha Candela, una marca de moda femenina que creó en Estados Unidos junto con otras dos socias y con un capital inicial de setecientos dólares. 

 

 

 

 

El negocio empezó con la importación de prendas hechas en India y calzado de Brasil, pero con el tiempo tuvieron que poner punto y final a Candela. “El negocio de la moda en Nueva York comenzó a crecer a los ritmos del fast fashion y se volvió imposible competir con el boom de Zara y H&M, que comenzaban a llegar a Manhattan”, recuerda la diseñadora. “A medida que se iba desarrollando el modelo de fast fashion, el sector comenzó a presionar a la baja los precios y no quisimos caer en eso”, resalta.

 

La carrera profesional de Hearst dio un vuelco en 2011 cuando, tras la muerte de su padre, la diseñadora volvió a conectarse con sus orígenes y sacó provecho del campo que recibió en la herencia familiar. En las parcelas de la localidad de Paysandú (Uruguay), la familia Perezutti (su apellido de soltera) criaba ganado para la producción de lana merino. “Al tratarse de un campo orgánico, donde se producían materias primas para la moda, sentí que tenía que aprovecharse la oportunidad”, subraya la diseñadora.

 

“Me reconecté con la historia de mi familia de hacer un producto artesanal y sentí que había un desequilibrio entre lo que vivía en Nueva York y lo que yo era y mis orígenes”. En aquel momento, Hearst decidió crear su propia marca de moda femenina, conformada por prendas de lujo, pero sin ser ostentosas. “Busco que las cosas estén bien hechas para que perduren en el tiempo, no como una joya, sino en el sentido en que deben ser usadas y tengan durabilidad”, agrega Hearst.

 

 

 

 

“Con la llegada de Zara y H&M a EEUU se volvió imposible competir por precios”

La diseñadora, que estuvo varios años dándole vueltas a la idea de lanzar su marca, participó en varias ocasiones en la Semana de la Moda de Nueva York y en 2018 subió la persiana de su primer flagship store, ubicado en la Avenida Madison, donde la firma de la uruguya es vecina del hotel Carlyle. Actualmente, la marca tiene presencia en más de setenta establecimientos multimarca y tiendas online en Estados Unidos, Asia y Europa.

 

A pesar de que lleva décadas en la industria de la moda, Hearst insiste en que aún siente que está en la fase inicial de su negocio. “Tengo la teoría de que el lujo se hace poco a poco, no se puede escalar con rapidez, hay que ir paso a paso”, insiste.

 

 

 

 

Diseño emergente para LVMH

Enero de 2019 supuso otro hito en la trayectoria de Hearst. El conglomerado de lujo LVMH entró en el capital de la marca de la diseñadora uruguaya, siendo la primera firma latinoamericana en la que el hólding francés ponía sus ojos.

 

La inversión por parte de LVMH se llevó a cabo a través de Luxury Ventures, un brazo inversor lanzado en 2017 con el que el grupo prevé entrar en marcas emergentes de moda de lujo. “La entrada de LVMH representa una asociación estratégica para nosotros, gracias a la cual podremos aprender y crecer a mejor ritmo”, subraya Hearst.

 

La sostenibilidad se ha convertido en la piedra angular de la compañía latinoamericana. De hecho, Gabriela Hearst se ha marcado el objetivo de eliminar el plástico de toda su colección en el ejercicio 2019, para lo cual ha sellado una alianza con la empresa especializada en packaging Tipa.

 

Su vinculación con su tierra natal también se extiende a la organización de sus desfiles. La empresa ha utilizado cojines realizados con telas recicladas de la empresa Manos del Uruguay. “No le veo el sentido a crear un negocio si sigo extrayendo materias primas del planeta sin devolver nada a cambio”, afirma.