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Flip&Flip, lonas de camión a las espaldas

La start up, que echó a andar en 2016, se gestó como el proyecto de fin de máster de Ignacio Berges. El emprendedor y otro socio arrancaron con la empresa con la idea de aprovechar materiales desechados de la industria logística.

Laura Juanes

2 dic 2020 - 04:49

Flip&Flip, lonas de camión a las espaldas

 

 

Impulsado por Instagram y Modaes.es, Fashion StartUp Contest celebra su primera edición en 2020 con el objetivo de poner en valor el dinamismo emprendedor del negocio español de la moda. La iniciativa, que cuenta con la colaboración de EY y El Ganso, también pretende ayudar a descubrir nuevos proyectos empresariales, en un momento particularmente importante para el sector tras el impacto del Covid-19.

 

La iniciativa nace con la vocación de contribuir a la visualización de empresas que protagonizarán una nueva generación de éxito en la moda española. Fashion StartUp Contest, cuyo funcionamiento está regido por comité de expertos, ofrecerá una amplia difusión a las start ups seleccionadas y un conjunto de premios al ganador: la start up más prometedora del sector de la moda en España.

 

 

Nombre: Flip&Flip

 

Año: 2016

 

Referente internacional: Patagonia

 

Cómo definiría el proyecto en una frase: “Diseño para un mundo mejor”

 

Misión: “Reutilizar materiales que se desechan en la industria para crear productos únicos, dándoles una segunda vida”

 

Visión: “Intentar dar la vuelta a la industria de la moda a través del diseño”

 

 

De trabajo de final de máster a negocio. Así fue el salto de Flip&Flip, una start up fundada por Ignacio Berges, que en el momento de su gestación estudiaba ingeniería del diseño industrial. La empresa echó a andar en 2016 de la mano del emprendedor y de otro socio, que posteriormente se desvinculó del proyecto.

 

Mientras estudiaba el máster, Berges descubrió el ecodiseño y tomó consciencia de la responsabilidad de los diseñadores en la cantidad de desechos industriales que se generan cada año. Curioso por la sostenibilidad y el aprovechamiento de desechos industriales, el emprendedor concibió la idea que, unos meses después, se acabaría convirtiendo en Flip&Flip.

 

“Descubrimos, por ejemplo, que los retales de las lonas de camión, que son muy grandes, acababan en la basura aunque estaban casi nuevos”, explica el emprendedor, señalando además que se trata de materiales “resistentes, impermeables y con una gama de colores interesante”.

 

De este modo, Flip&Flip arrancó con una inversión inicial de 15.000 euros gracias al capital propio de los dos socios originales, que iban “poniendo de forma escalonada”. Para su primera colección, la marca lanzó mochilas hechas con retales desechados en la industria. El año pasado, la empresa empezó a colaborar con Conector, una aceleradora de start ups digitales, que entró en su accionariado junto con cuatro mentores.

 

 

 

 

Pese a que la start up nació nativa digital, pronto cambió su enfoque y empezó a centrar su distribución en el canal multimarca y a través de markets espontáneos. “Vimos que el producto, en persona, se vendía más fácilmente”, explica Berges, señalando además que la gente “perdía el miedo al ticket alto cuando veía el producto”. 

 

De este modo, y viendo que representaba un alto porcentaje de la facturación total, Flip&Flip empezó a reforzar su canal físico. Pero en marzo estalló la pandemia en España, y la start up se vio afectada por sus consecuencias. “Las ventas online eran y continúan siendo esporádicas, porque no era un canal en el que acabáramos de encajar”, argumenta el emprendedor. 

 

Por ello, el cierre de tiendas y la deriva hacia el digital de los consumidores mermaron el volumen de ventas de la empresa, que había centrado gran parte de su estrategia en los puntos físicos. Los establecimientos multimarca y los markets representaban un 85% de la totalidad de las ventas, frente a sólo un 15% del canal online.

 

 

 

 

Para suavizar los efectos de la pandemia sobre su negocio, Flip&Flip ha lanzado recientemente una nueva línea de producto para atraer a los clientes digitales: riñoneras hechas con materiales sostenibles y reciclados. “Los productos más caros cuestan más de vender, así que hemos lanzado estos artículos, que funcionan bien online”, señala Berges. Los precios medios de la compañía se sitúan en 45 euros para riñoneras, 79 euros para tote bags y entre 109 y 169 euros para las mochilas.

 

Flip&Flip ofrece diferentes opciones de personalización, permitiendo a los consumidores crear una riñonera a su gusto. Los artículos están disponibles en una o dos semanas, ya que la start up trabaja con talleres en Zaragoza, donde se ubica su sede, y en Alicante, con proveedores locales.

 

Antes de la llegada de la pandemia, la empresa preveía seguir creciendo en el canal multimarca y, en 2023, abrir su propia tienda física. Pero los planes se han difuminado, y como parte de su estrategia de crecimiento, Flip&Flip va a apostar el próximo año por afianzarse en el canal online. “Cuando podamos retomar la distribución física, ya veremos cómo lo afrontamos”, sentencia el emprendedor.

 

 

 

 

En la actualidad, Flip&Flip distribuye sus artículos en España, que copa el 95% de las ventas. A escala internacional, la start up está presente en doce países europeos, especialmente en Alemania, donde recientemente ha entrado en un marketplace online especializado en el mercado germano e inglés. “Es nuestro segundo país de interés”, remarca Berges.

 

La empresa ha visto penalizada la facturación de este ejercicio por la crisis del Covid-19. Tras cerrar 2019 facturando 25.000 euros, Flip&Flip prevé una caída sustancial: “no sé si llegaremos a 20.000 euros”, explica el fundador.