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El ‘hippie-chic’ de Charo Ruiz entra en México y Miami para crecer en el continente americano

C. Pareja

20 may 2013 - 04:36

La diseñadora de moda femenina Charo Ruiz  lleva sus vestidos ibicencos al mercado internacional. La compañía, con presencia en gran parte del mercado europeo, estudia la apertura de sus primeros puntos de venta en el continente americano, en México y Miami, según Paloma Recoder, directora comercial de la compañía.

 

Charo Ruiz inició su actividad en los años setenta en la isla de Ibiza. La diseñadora es una de las representantes más destacadas del estilo Ad Lib (donde el color blanco predomina), que caracterizó a Ibiza durante los años ochenta. Charo Ruiz, empresa familiar que ya ha incorporado a la segunda generación a la gestión diaria de la compañía, tiene su sede en la isla balear, aunque también cuenta con oficinas comerciales y un centro logístico en Barcelona.

 

La compañía se ha marcado el objetivo de desembarcar en nuevos mercados este año. “En estos momentos estamos estudiando la mejor manera de comenzar a operar en el mercado mexicano –explica Recoder-; empezaremos asentando nuestras base de operaciones en Cancún, en Playa del Carmen, para ultimar los detalles de la apertura de un punto de venta de la marca en Tulum”.

 

“Otro de los objetivos a corto plazo es ampliar nuestra presencia en el mercado estadounidense, y ya estamos planeando acciones en Miami con la puesta en marcha de un showroom para poder llegar a más rincones de Estados Unidos y Latinoamérica”, añade. La compañía financia su crecimiento con fondos propios.

 

Charo Ruiz también estudia cuál será su actuación en el mercado español este año.  La empresa, que acaba de abrir una tienda en la calle Salvador Camacho, en Santa Eulària des Riu (Ibiza), planea abrir la compañía a la fórmula de la franquicia para acelerar su crecimiento a lo largo de los próximos años.

 

Con una plantilla de veinte trabajadores, Charo Ruiz cuenta con presencia en el mercado británico, con un showroom en el centro de Londres, en Italia y Rusia, gracias a una red de agentes comerciales.