Empresa

El grupo saudí Al Hokair ultima la compra de la cadena española Blanco

Pilar Riaño/ Custodio Pareja

7 nov 2013 - 10:00

 

 

Blanco asegura su futuro. Tras meses de negociaciones, la cadena española, en concurso de acreedores desde el pasado junio, ha encontrado finalmente un comprador. El grupo saudí Al Hokair, propietario de las franquicias de la enseña en Oriente Medio, ultima la compra de la compañía por alrededor de diez millones de euros. Fuentes cercanas a la operación han explicado a Modaes.es que quedan los últimos detalles para cerrar la compra.

 

Al Hokair ha figurado entre los candidatos a hacerse con Blanco desde hace meses, antes incluso de que la empresa liderada por Bernardo Blanco presentara concurso de acreedores. Al Hokair, que cuenta con un total de 21 tiendas de Blanco (ubicadas en Arabia Saudí, Egipto, Georgia y Armenia), habría inyectado alrededor de diez millones de euros para asegurar su viabilidad y llevar a cabo la compra de la colección de la próxima primavera.

 

La compra no se habría realizado por el lote total de activos que los administradores concursales pusieron en venta, formado por tiendas, personal, marca y almacenes. La administración concursal había fijado el precio del lote completo en 25 millones de euros, pero el plazo para presentar ofertas finalizó desierto.

 

En la última fase de la puja por Blanco quedaban sólo Al Hokair y Grupo Cortefiel, que ha analizado la adquisición pero ha optado por centrarse en el desarrollo internacional. Otros de los candidatos han sido, a lo largo de los últimos meses, el grupo de distribución de moda Mango y la compañía venezolana Phoenix World Trade, que gestiona la marca en Latinoamérica.

 

Al Hokair es uno de los mayores grupos de retail de moda de Oriente Medio. La compañía, que opera en nueve países, cuenta con más de 1.400 tiendas de marcas como Topshop, Cortefiel, Desigual, Superdry, Uterqüe, Zara, Oysho, Stradivarius, Gap, Pull&Bear o Mango, hasta un total de más de setenta enseñas.

 

Blanco ha protagonizado el mayor concurso de acreedores de la moda española. Con una facturación de 300 millones de euros en el último ejercicio, Blanco es una de las diez primeras compañías del sector por volumen de facturación, por detrás de gigantes como Inditex, Mango, Grupo Cortefiel, Desigual o Pepe Jeans. La empresa llegó a contar con una plantilla de más de 1.500 empleados, hasta que el pasado julio acordó un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a 711 personas.

 

 

Cronología del mayor concurso del sector

Los rumores sobre la falta de liquidez de la compañía comenzaron con el acercamiento de la compañía catalana Mango. La empresa liderada por Isak Andic abrió negociaciones con el grupo madrileño en febrero  de este año para hacerse con la marca, aunque no prosperaron.

 

Blanco, con sede en Móstoles y gestionada por Bernardo Blanco, había iniciado meses antes un proceso de búsqueda de socios para garantizar su futuro. El siguiente paso que dio la compañía fue plantear recortes a sus trabajadores.

 

La compañía abrió negociaciones con su plantilla para llevar a cabo una modificación de sus condiciones laborales que implicaron cambios sustanciales en el sistema de retribución, lo que más adelante, en marzo, derivó en la suspensión temporal del actual sistema de incentivos por el que se rigen la mayoría de cadenas de moda para retribuir al personal de su red de tiendas.

 

El 18 de abril, Blanco dio el primer paso hacia su situación actual: la compañía solicitó preconcurso de acreedores para Avance y DiseñoDiagomodaTiendas Blanco España y Blanco Moda Internacional, cuatro de sus principales sociedades.

 

Esta situación obligó a la compañía a llevar a cabo cambios en su estructura y reorganizar su presencia en España y en el extranjero. El primer paso fue reducir su número de tiendas en España con el cierre de cincuenta tiendas, Reino Unido y Grecia. El retraso de los pagos a los proveedores, la renegociación de sus alquileres, la venta de locales y una reducción de su plantilla fueron la antesala a la presentación definitiva del concurso de acreedores.

 

El 4 de junio, Blanco presentó finalmente concurso de acreedores ante el Juzgado de lo Mercantil  número 8 de Madrid. "Debido a la gravedad de los problemas económicos y financieros que padece desde que comenzó la crisis económica en España y tras meses de duro trabajo tratando de superar esta situación, Blanco se ha visto obligada a solicitar la declaración del concurso voluntario de acreedores de las sociedades que forman el grupo, con el objetivo de conseguir viabilidad de la compañía y de proteger los intereses de sus acreedores, trabajadores, proveedores y clientes", explicó la empresa a través de un comunicado.

 

En situación concursal y con serios problemas de liquidez, Blanco comenzó a buscar alternativas a la liquidación de la compañía. Para avanzar en una de las situaciones más complicadas de toda su historia, Blanco contrató los servicios de la estadounidense Gordon Brothers, empresa especializada en reestructuraciones, para buscar opciones para garantizar la continuidad de su negocio.

 

El objetivo de Gordon Brothers fue proveer de liquidez y gestión operativa a la empresa, con el fin de evitar el cierre de más tiendas, y fortalecer la posición de la cadena de moda española. La compañía estadounidense optó por sanear la red de distribución de Blanco y comenzar cerrando tiendas no rentables para la empresa. Blanco anunció a mediados de junio que bajaría la persiana del 30% de sus establecimientos, algunos ubicados en las principales vías comerciales del mercado español como calle Preciados, en Madrid, o Paseo de Gracia, en Barcelona.

 

El 12 de junio el Juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid admitió a trámite el  concurso voluntario de acreedores para catorce sociedades de Blanco, todas ellas participadas por Bernardo Blanco.  El juzgado nombró a la auditora KPMG como administradora concursal.

 

A finales de julio, los planes de reestructuración de la compañía volvieron  a afectar a la plantilla de la compañía: Blanco llegó a un acuerdo con los sindicatos para despedir a más de 700 empleados.  La compañía también acordó el cierre de 42 establecimiento (frente a los 66 que iban a desaparecer antes de la negociación).