Empresa

El ‘brick’ en Estados Unidos, azotado por cierres y concursos con Trump en la Casa Blanca

En los últimos doce meses, compañías históricas como Ralph Lauren y Macy’s han iniciado planes de reorganización para encoger su red de tiendas, mientras que otras como Rue 21 y True Religion fueron a concurso.   

Lorenzo Molina

6 nov 2017 - 04:52

El ‘brick’ en Estados Unidos, azotado por cierres y concursos con Trump en la Casa Blanca

 

El retail estadounidense saborea nuevamente la crisis con Trump en la Casa Blanca. Desde la victoria del magnate en las elecciones legislativas del año pasado, los mayores operadores de moda del país como Macy’s y Ralph Lauren han vuelto a encoger su red de tiendas y a recortar sus plantillas por la pérdida de rentabilidad. Otras como Rue 21 o Ture Religion se han visto abocadas incluso al concurso de acreedores como vía de escape a la delicada situación que atravesaban.

 

Ni la caída del desempleo, que se encuentra en su tasa más baja de los últimos dieciséis años, ni la mejora de las previsiones de crecimiento del PIB vertidas por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han evitado que empresas como Ralph Lauren y Macy’s sucumbieran a la caída del consumo con una reorganización interna en 2017.

 

Pese a que la recesión económica global estalló en Estados Unidos hace justo una década, el país salió del bache mucho antes que Europa. Sin embargo, la pérdida de tráfico de muchos centros comerciales en el territorio y el auge del ecommerce han forzado a los retailers tradicionales a repensar su modelo de negocio.

 

 

 

 

Ralph Lauren puso en marcha a finales del año pasado su plan Way Forward, que recogía las primeras medidas a tomar para frenar la pérdida de rentabilidad como el cierre de establecimientos, sobre todo en Norteamérica. El objetivo de Ralph Lauren es ahorrar entre 180 millones de dólares (154 millones de euros) y 220 millones de dólares (188 millones de euros) en el ejercicio 2017.

 

El pasado abril, en el marco de la reducción de su red comercial, el grupo bajó la persiana de su emblemática tienda en la Quintra Avenida de Nueva York. Ralph Lauren redistribuyó su oferta entre los flagships que opera en la avenida Madison y las demás tiendas que posee en la Gran Manzana.

 

En total, Ralph Lauren cerró el primer semestre de su ejercicio actual (finalizado el 30 de septiembre de 2017) con un total de 469 establecimientos propios en todo el mundo, dieciséis menos que un año atrás. Por otra parte, el grupo perdió diecisiete franquicias a escala global, hasta quedarse con 146 tiendas de gestión ajena.

 

 

Macy’s trazó una nueva hoja de ruta en 2017 que pasaba por elevar su apuesta por las promociones y descuentos, así como los artículos únicamente disponibles en sus centros

En mayo de este año, Ralph Lauren también aprobó una nueva oleada de despidos en sus centros de distribución y comercio electrónico de Carolina del Norte (Estados Unidos), que afectaba a un centenar de empleados. Ese mismo mes, el grupo fichó a Patrice Louvet, ex P&G, como nuevo consejero delegado.

 

Gap, el tercer mayor distribuidor de moda del mundo por volumen de negocio, se encuentra inmersa en una fase de reorganización de su negocio desde finales de 2016, que ha implicado el despido de decenas de trabajadores. El pasado septiembre, el grupo anunció el cierre de 200 tiendas para ahorrar 500 millones de dólares en tres años. La cadena homónima de la empresa y Banana Republic serán los conceptos más afectados. A cierre del primer semestre (finalizado en junio), la empresa contaba con un total de 3.642 tiendas en todo el mundo.

 

Nike, el gigante estadounidense del deporte, también está viendo sus resultados lastrados por la caída de sus ventas en Estados Unidos, donde competidores como Adidas sí que están creciendo. Por ello, la compañía inició el pasado verano un plan de reestructuración que contemplaba prescindir del 2% de su plantilla globalunos 1.400 trabajadores.

 

 

Además de los recortes de plantilla, la estrategia de Nike pasa por crear una estructura corporativa que girará en torno a doce ciudades del mundo, entre ellas Nueva York, Londres, Tokio y Barcelona, la única española seleccionada. La empresa anticipa que estas grandes urbes representarán el 80% del crecimiento de la compañía hasta 2020 y pretende proveerlas con producto a una mayor velocidad.

 

Otro gigante estadounidense que también ha sentado las bases de su plan de transformación con Donald Trump como presidente es Macy’s. El pasado junio, el grupo de grandes almacenes presentó su nueva estrategia para crecer, que consiste en ampliar el abanico de productos que comercializa y apostar por piezas que sólo estén disponibles en sus centros. Estos artículos deberán representar el 40% del surtido en 2020, frente al 29% actual.

 

Además, Macy’s, pilotada por Jeff Gennette, también anunció que el 75% de la inversión en márketing se destinará a promociones, cuya apuesta incluía un nuevo programa de fidelización de clientes puesto en marcha este otoño. Otro de los ejes de actuación de la empresa era el mantener su apuesta por a Backstage, su formato de moda con descuentos, así como la introducción de espacios de venta en sus centros dedicados a los artículos de Apple y la gastronomía. A cierre del ejercicio 2016 (28 de enero de 2017), Macy’s contaba con un total 148.300 empleados, frente a los 157.900 trabajadores que tenía a principios de 2016.

 

 

 

Macy’s no fue el único operador en el segmento de los grandes almacenes que atravesó dificultades en 2017. Kohl’s está inmersa en un proceso de “optimización” que incluye reformar su oferta y reorganizar su red de tiendas para dividir las de mayor tamaño en departamentos más pequeños. Este formato, que ya estaba implantado en 200 establecimientos en el arranque del año, se expandió a otros cien en el segundo trimestre.

 

A partir de 2018, Kohl’s estará pilotada por una nueva consejera delegada: Michelle Gass. La directiva, que tiene la misión de impulsar las ventas del grupo nuevamente al alza, ejerce en la actualidad como responsable de cliente del grupo y sustituirá a Kevin Mansell, que se jubila a finales de 2017 tras 35 años ocupando el cargo.

 

El segmento de la moda urbana tampoco se ha librado de la nueva oleada de reestructuraciones que sacude al sector de la moda en Estados Unidos. Urban Outfitters aprobó el pasado abril una inversión de ocho millones de dólares (7,3 millones de euros) con el objetivo de reorganizar su red de retailLa empresa espera ahorrar unos 25 millones de dólares (22,9 millones de euros) en los próximos años gracias al plan, que empezará a aplicarse en la primera mitad de 2018.

 

Abercrombie&Fitch es otro de los players que se encuentra en una situación delicada, tras acentuar sus pérdidas en lo que va de año. Tras explorar su venta la pasada primavera y luego cancelarla, la compañía ha renovó su cúpula en febrero con el ascenso de Fran Horowitz como nuevo consejero delegado. El grupo está inmerso en un proceso de renovación de su imagen con la implantación de un nuevo concepto de tienda en Estados Unidos para volver a cautivar al público millennial.

 

 

Rue21 y True Religion: de los juzgados a una nueva etapa

Los últimos meses también han estado protagonizados por la entrada en concurso de acreedores de dos retailers de larga trayectoria en el país: Rue 21 y True Religion. La primera entró en los juzgados el pasado mayo con una deuda cercana a los 1.000 millones de dólares (913 millones de euros), fruto de la caída de tráfico en las ubicaciones de sus tiendas.

 

Finalmente, Rue21 recibió el visto bueno a su plan de reestructuración el pasado septiembre, consiguiendo el apoyo de sus socios para seguir operando los 780 puntos de venta que la empresa opera en el mercado estadounidense.

 

True Religion, especializada en moda vaquera y propiedad del fondo TowerBrook Capital Partners, se acogió al concurso voluntario de acreedores el pasado julio con una deuda superior a los 470 millones de dólares. Hace unos días, la compañía también recibió la aprobación a su plan de reorganización, que incluye al menos el cierre de veintisiete de los 160 establecimientos de la empresa y una reducción de la deuda a 113,5 millones de dólares hasta 2022.

 

Gymboree, el grupo estadounidense de moda infantil, y BCBG Max Azria también se han visto abocadas al concurso en 2017. La segunda, que entró en los juzgados el pasado marzo, logró abandonarlos después de que Global Brands y Marquee Brands adquirieron la compañía por 129 millones de dólares. El grupo asiático se hizo con el inventario y parte de los activos de BCBG por 23 millones de dólares, mientras que Marquee Brands compró la propiedad intelectual de la estadounidense por 106 millones de dólares.