Empresa

Dogi cierra 2008 como su quinto año consecutivo en pérdidas

2 mar 2009 - 00:00

Dogi International Fabrics, el primer fabricante mundial de fibras elásticas, no remonta el vuelo. La compañía, propiedad de la familia Domènech en más de un 25%, ha registrado pérdidas de más 55 millones de euros al cierre de 2008. De este modo, la empresa cerró el pasado ejercicio con unos números rojos superiores a las perdidas acumuladas en los cuatro ejercicios anteriores. Según la información enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), las pérdidas de 2008 deben atribuirse a las diversas provisiones hechas por el grupo para asumir reestructuraciones industriales con las que está intentando corregir su estrategia de expansión de los últimos ejercicios.El fabricante de tejido elástico repasa diversas provisiones que le han provocado las pérdidas. Entre ellas, 12,8 millones al cerrar su factoría de Filipinas; 9,5 millones al no poder aplicar créditos fiscales, entre otras partidas; 6,3 millones en la nueva valoración del fondo de comercio por la compra del grupo norteamericano EFA, y otros 3,7 millones por reestructurar tres plantas en España en un único centro, que será la nueva factoría que está construyendo en El Masnou (Barcelona). Perder 55 millones implica duplicar los números rojos del año pasado, en el que Dogi tampoco obtuvo beneficios y registró otro déficit de 22 millones de euros. El resultado operativo antes de otros ingresos (Ebitda) también cerró en números rojos, que ascendieron a 38 millones de euros.El volumen de negocio Dogi también ha sufrido un importante recorte, al acabar 2008 con un total de 118 millones de euros (con una caída del 13%), a causa de los ajustes de producción provocados por el cierre de las plantas. Dogi, la única empresa puramente textil que cotiza en la Bolsa española, está implementando un nuevo plan para ser viable, en un intento de reorientar su evolución financiera tras la marcha de Karel Schröeder, consejero delegado del grupo. El cargo está ocupado ahora por Jordi Torras.