Empresa

Desigual, anclado bajo los 1.000 millones: el grupo cierra su ejercicio más difícil tras renovar su cúpula

C. Pareja

14 mar 2016 - 05:00

Desigual da carpetazo a uno de sus años más complicados. La compañía catalana, fundada por Thomas Meyer en la década de los ochenta, finaliza un ejercicio marcado por una ralentización en su facturación y una revisión de su negocio, que ha concluido con un cambio de estrategia y una reorganización de cúpula directiva. Así, la empresa, que presentará sus resultados correspondientes a 2015 el próximo miércoles, podría volverse a quedar a las puertas de los 1.000 millones de euros tras registrar una evolución plana en los tres últimos trimestres del pasado ejercicio.

 

La compañía con sede en Barcelona ha ido perdiendo fuelle durante el pasado ejercicio. Si bien la caída de las ventas no ha sido acusada, ya que el mayor retroceso registrado por Desigual el año pasado fue de un 2,2%, la evolución no ha sido la esperada, tanto por la propia compañía como por el fondo francés Eurazeo, que compró a principios de 2014 una participación del 10% del grupo por 285 millones de euros.

 

Desigual finalizó el primer semestre de 2015 con unas cifras muy similares a las de un año antes. La compañía alcanzó una cifra de negocio de 451,9 millones de euros, tan sólo 0,2% menos que un año antes. El grupo comenzó a notar su debilidad en el tercer trimestre del año, cuando alcanzó unas ventas de 272,8 millones de euros, casi un 6% menos que el ejercicio anterior.

 

Si bien la caída de las ventas no ha sido notoria, ya que el mayor retroceso registrado por Desigual el año pasado fue de un 2,2%, el crecimiento no ha sido el esperado

 

En cuanto a su resultado, los datos correspondientes al primer semestre del año no hicieron que mejoraran los ánimos de Desigual: la compañía redujo su beneficio bruto de explotación (ebitda) un 26% en el primer semestre del año, hasta 92,1 millones de euros. Entre las razones que Desigual aportó para explicar la disminución de las ventas se encontraban la desaceleración del ritmo de aperturas, así como la revisión de su parque de tiendas, que en la actualidad consta de más de 520 establecimientos propios.

 

 

 

 

Además, la compañía también vio cómo sus ventas se resentían especialmente en sus mercados tradicionales, como son España y Francia, donde Desigual registró una caída de su cifra de negocio durante los nueve primeros meses del año del 8% y del 6%, respectivamente. No obstante, el grupo vio cómo su facturación se elevaba en nuevos mercados en los que ha apostado por desarrollarse en los últimos años, como México o Japón.

 

Para que Desigual alcanzara en 2015 una facturación similar a la del ejercicio precedente, debería finalizar el último trimestre (que acabó el pasado 31 de diciembre) con una cifra de negocio de, al menos, 238,8 millones de euros, lo que representaría un aumento del 7,1% respecto al cuarto trimestre de 2014.

 

 

 

 

Desigual se redibuja

La compañía inició 2016 como un año de cambios, y el primero afectó directamente en su cúpula directiva.  El grupo incorporó el pasado febrero a Pierre Cuilleret y Alberto Ojinaga, ex director general de Caprabo, como nuevos responsable de cliente y director corporativo, respectivamente. Cuilleret está al cargo de las áreas directamente relacionadas con el cliente, márketing y comunicación. Por su parte, Alberto Ojinaga lidera desde el pasado mes las funciones corporativas que integran la gestión de recursos y operaciones.

 

Las incorporaciones de ambos directivos “se enmarcan dentro de la estrategia de transformación puesta en marcha por Desigual desde hace meses con el objetivo de preparar la próxima fase de crecimiento de la compañía”, aseguró el grupo en un comunicado.

 

Además de la reorganización de su cúpula directiva y de la ida y venida de directivos a lo largo de 2015, Desigual también puso su estrategia a revisión a finales del pasado ejercicio. La compañía ha puesto en marcha un plan de choque de la mano de The Boston Consulting Group (BCG), que pasa por cerrar tiendas, revisar la presencia geográfica y poner en marcha nuevos procesos, lo que supone también una reorganización de la plantilla.