Empresa

Caramelo reacciona y presenta el concurso en los Juzgados

15 jun 2009 - 00:00

Nadie podrá acusar a Manuel Jové de no haberlo advertido. Tal y como había señalado en reiteradas ocasiones, Caramelo inició el pasado viernes los trámites para presentar concurso de acreedores en el Juzgado Mercantil número 1 de A Coruña tras el rechazo por parte de la Xunta de Galicia a un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a 237 trabajadores. La compañía controlada por el empresario gallego a través de su holding inversor, la sociedad Inveravante, ha puesto así punto y final a largos meses de negociaciones con los sindicatos para sacar adelante un plan industrial con el que dar la vuelta a una empresa instalada en los números rojos desde hacía años. Los despidos, defendía Caramelo, eran imprescindibles.Las negociaciones con los sindicatos apenas tuvieron durante el proceso algunos avances esperanzadores, pero fueron dinamitados la semana pasada cuando las protestas en la fábrica de A Coruña terminaron en destrozos y no hubo una condena clara por parte de los miembros del comité de empresa. La planta permanece cerrada desde entonces, a pesar de los esfuerzos mediadores de la Xunta, que había logrado una suspensión de las movilizaciones laborales al comprometerse con los sindicatos a mediar para evitar el mayor número posible de despidos. Hoy Caramelo reabrirá el centro. Ahora, Caramelo deja la puerta abierta a la negociación con los acreedores previa a la solicitud de declaración de suspensión de pagos. La compañía reveló que su deuda asciende a sesenta millones de euros. Entre los acreedores de Caramelo se encuentra la propia Administración gallega, que concedió 21 millones en préstamos durante el gobierno de PSG y BNG y que controla además el 7,4% del capital de la empresa. Entre diversas fuentes sindicales planea la idea de que el anuncio de Caramelo es tan sólo una nueva medida de presión para acometer los despidos. En cualquier caso, la empresa mantiene que puede realizar un último esfuerzo inversor siempre y cuando pueda ejecutar "todas y cada una" de las medidas incluidas en el plan de reducción de costes. La empresa, que espera reducir costes por 22 millones de euros con el citado plan, está dispuesta a inyectar 16,4 millones en dos años si su plan sale adelante.