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Bóboli da la vuelta a su estructura para conquistar a los padres ‘millennials’

Uno de los pasos que ha dado la compañía española de moda infantil ha sido reorganizar sus oficinas y colocar en un mismo espacio a los departamentos de márketing, IT y ecommerce.

P. Riaño / C. Juárez

5 mar 2020 - 04:58

Bóboli da la vuelta a su estructura para conquistar a los padres ‘millennials’

 

 

Los millennials de hoy tienen entre 25 y 35 años y la media de edad en que las mujeres españolas tienen su primer hijo es a los 33 años. Estos son ya los nuevos clientes de la moda infantil y para conquistarlos, empresas como Bóboli aceleran en su estrategia digital para adaptarse a las nuevas demandas y vestir a alrededor de los 370.000 niños que nacen en España cada año.

 

Las oficinas de Bóboli, ubicadas en la localidad barcelonesa de Llinars del Vàlles, se encuentran patas arribas. En pocos días los departamentos de márketing, IT y ecommerce se reubicarán en un mismo espacio con el objetivo de aunar fuerzas para acelerar en su estrategia de crecimiento digital.

 

Los planes de la compañía controlada por la familia Algás, pasan por que las ventas del canal digital crezcan a un ritmo del 50% en los próximos tres años y conseguir que copen entre el 15% y el 20% de las ventas totales de la empresa, según han explicado Mónica y Arancha Algás, miembros de la segunda generación de la familia fundadora de Bóboli, a Modaes.es.

 

 

 

 

Ambas hermanas tomaron el relevo a su padre, Francisco Algás, en 2008. Mónica y Arancha comparten el cargo de directoras generales, la primera con atribuciones en comercial y la segunda en producción. La tercera hermana Algás, Cristina, que se incorporó a la empresa unos años más tarde, lidera las operaciones del grupo.

 

La digitalización es uno de los vectores actuales de la empresa, cuya facturación anual ronda los cuarenta millones de euros. La compañía ha contratado a Salesforce para introducir una nueva plataforma de ecommerce, que se encuentra en plena fase de implantación.

 

Por ahora, las directivas explican que el proyecto tiene como objetivo servir de palanca para todos los ámbitos de la empresa y como apuesta a futuro para “continuar con posibilidades de seguir compitiendo con los grandes players del mercado”.

 

 

 

 

En el marco de esta estrategia, en los últimos meses Bóboli ha captado nuevo talento para acelerar en su digitalización. En ese sentido, la empresa ha fichado a nuevos responsables, como un marketplace manager, un content manager y un PHP developer.

Además de su propio canal online, que opera únicamente en Europa, Bóboli también distribuye sus productos en otros marketplaces como Amazon, La Redoute, Zalando,

 

Dafiti, Tausendking, Mytoys, Mall o Moncouturier.

Más allá del ecommerce, los planes de Bóboli también pasan por crecer en el resto de los canales donde opera. El multimarca supone el grueso de la facturación de la empresa. En este canal, la compañía está presente en 1.800 puntos de venta en setenta países.

 

 

 

 

Las ventas en el extranjero suponen el 45% de los ingresos totales de Bóboli. En los últimos años, la estrategia de la compañía ha sido ampliar su presencia internacional, que le ha llevado a abrir una filial en Colombia el pasado octubre. Además de esta, el grupo cuenta con otra filial en México, uno de sus principales mercados en el extranjero, donde opera de la mano de El Palacio de Hierro.

 

Las tiendas del grupo, que cuenta con 230 empleados, se encuentran principalmente en España, con cincuenta establecimientos, entre propios y franquicias. Fuera de España, Bóboli cuenta únicamente con cuatro tiendas, tres de ellas en Arabia Saudí y una en Kazajistán, que se ha puesto en marcha recientemente de la mano de su socio local. Además, la compañía también cuenta con cincuenta corners en El Corte Inglés y cuatro outlets, todos en Barcelona.

 

Actualmente, la compañía también está remodelando su red comercial para darle “un lavado de cara”, que pasa por la reforma o el traslado de algunos establecimientos, como la tienda de la empresa en Bilbao, en la calle Ercilla. Además, Bóboli también ha reconvertido dos de sus establecimientos, el de Reus y el de Gran de Gracia en Barcelona, en tiendas experienciales con juegos y actividades para los niños.

 

La sostenibilidad también se ha convertido en uno de los pilares de la estrategia a corto plazo de Bóboli. La compañía ha introducido una colección de algodón orgánico y se encuentra en pleno proceso para la adopción de certificaciones sostenibles como el Oeko-Tex, el Bsci y el Gots.

 

 

 

 

Más de 11.000 metros cuadrados y 230 personas

Las oficinas de Bóboli en Llinars del Vàlles y cuentan con una superficie de 11.500 metros cuadrados. La sede, a la que se mudaron en 2014 desde Mataró, tiene un almacén logístico donde la empresa centraliza todas sus operaciones, excepto los envíos de Zalando. Las antiguas oficinas operan ahora como almacén para la logística inversa.

 

De todo el espacio de la sede, 1.000 metros cuadrados corresponden a oficinas, 1.000 metros cuadrados a espacios comunes y otros 1.000 metros cuadrados al taller, donde se revisa en 10% de la producción.

 

El resto del espacio está destinado al almacén. El centro cuenta con 8.500 metros cuadrados de superficie logística, 4.000 metros en tierra y otros 4.500 en niveles de altura. El ritmo de envío en los picos más altos, entre julio y agosto, alcanza las 30.000 prendas para envíos b2b y los 1.500 para pedidos b2c al día.

 

 

 

Cuarenta años de trayectoria

Francisco Algás puso en marcha Bóboli en 1981 junto a su esposa Teresa Ochoa. Mientras que Algás no contaba con experiencia en el sector, Ochoa estaba vinculada a la moda después de haber trabajado como representante internacional para una empresa de íntimo.

En sus inicios la empresa entonces Star Textil, estaba especializada en la producción de prendas de felpa en grandes volúmenes para hipermercados europeos. Tres años después de su fundación, el empresario decidió poner en marcha su marca propia, Bóboli, y aparcar la producción.

 

Con el lanzamiento de la marca, la empresa también puso en marcha sus primeras tiendas físicas, ubicadas en las calles Ricardo Calvo y Boulevard Rosa, ambas en Barcelona. Tras sus primeros pasos, la compañía decidió expandirse fuera de España con su participación en ferias internacionales, como Pitti Bimbo.

 

En 1991 la compañía dio el salto definitivo al extranjero con el desembarco en México de la mano de El Palacio de Hierro, y en 1994 aterrizó en Italia, con los grandes almacenes Coin. En el 2000, la compañía apostó de lleno por las tiendas propias, expandiendo su red comercial.