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Bobo Choses, los niños ‘made in Spain’ suben un escalón y se cuelan en Liberty y Le Bon Marché

Con una trayectoria de nueve años, la compañía catalana de moda infantil cerró 2016 con ventas de ocho millones de euros y contempla crecer un 10% este año.

S. Riera

21 jun 2017 - 04:49

 

Bobo Choses abre nuevas puertas a la moda infantil. La compañía catalana, con una trayectoria de sólo nueve años, ha logrado hacerse un hueco en algunos escaparates del lujo internacional como Le Bon Marché, Selfridges y, a partir de la próxima colección, Liberty. Con una facturación de ocho millones de euros en 2016, la empresa espera crecer un 10% este año aupada por los mercados internacionales.

 

Las ilustradoras Adriana Esperalba y Laia Aguilar pusieron en marcha Bobo Choses desde su estudio de diseño gráfico y comunicación Otto&Olaf. Aguilar abandonó la empresa hace tres años y Esperalba tomó entonces el control de la compañía. Su hermano, Joaquim Esperalba, está al frente como director general.

 

Esperalba asegura que, cuando empezaron, no había tantas marcas como en la actualidad en este nicho de mercado, lo que les permitió crecer con rapidez. Ajenas al universo textil, las impulsoras se lanzaron a él al no encontrar en el mercado la oferta de moda infantil que buscaban para sus respectivos hijos.

 

Para arrancar el proyecto, Esperalba explica que contaban con “un equipo pequeño extremadamente entregado y con el apoyo familiar”, aunque buscaron también a profesionales que les guiaran en cómo convertir las colecciones que diseñaban en productos para lanzar al mercado. 

 

 

Con sede en Mataró (Barcelona), uno de los clústers textiles en Cataluña, Bobo Choses cuenta en la actualidad con un equipo de cerca de treinta personas. Ubicada en las antiguas instalaciones de Magia Borrás, la empresa comercializa sus colecciones en 34 países a un precio medio de entre cincuenta y sesenta euros.

 

En los mercados australiano, japonés y coreano, la compañía opera a través de distribuidores locales, mientras que en el danés, el belga, el británico, el alemán y el italiano cuenta con agentes comerciales. “Bobo Choses siempre ha sido internacional”, asegura Esperalba. “Para nosotros, las fronteras no son una barrera para lanzarnos al mercado”, subraya.

 

Hoy por hoy, el 95% de la facturación de la compañía se genera en los mercados exteriores y su propósito a corto y medio plazo es continuar avanzando en este sentido. Sus planes inmediatos pasan por continuar reforzando su presencia internacional, en concreto, en países del norte de Europa y Asia, además de Estados Unidos y Canadá. En total, la marca está presente en cerca de 400 puntos de venta en todo el mundo.

 

 

Por el momento, la empresa vuelca toda su distribución a través del canal multimarca y no descarta dar el salto al retail en un corto o medio plazo. Por el momento, por ahora tan solo han utilizado este canal para poner en marcha un par de pop up stores en Madrid y en Barcelona.

 

Por otro lado, Bobo Choses cuenta también con corners en grandes almacenes, aunque sólo en Corea del Sur. La compañía lanzó también hace unos años una línea de mujer, que por el momento sólo comercializa a través de Internet.

 

La sostenibilidad ha sido una de las últimas apuestas de la compañía. La empresa, que trabaja con la británica Made by en este ámbito, es una de las que ha empezado a colaborar con la Unión Europea para el desarrollo del programa European Clothing Action Plan (Ecap) para reducir el impacto medioambiental del textil.