Empresa

Blanco acelera su ajuste con cierres en las principales calles de España

C. Pareja/ P. Riaño

3 may 2013 - 05:00

Blanco continúa adelante con sus planes de reestructuración en el mercado español. La compañía, que se encuentra en situación preconcursal, ha cerrado recientemente su tienda ubicada en calle Preciados de Madrid, la segunda más cara de España para abrir un local comercial. La empresa también ha llevado a cabo el cierre de establecimientos en otras ciudades como Barcelona, Palma de Mallorca o Alicante.

 

La empresa, que hasta ahora contaba con una red de distribución cercana a los 200 establecimientos en España, ha reducido drásticamente su presencia en el país. En lo que va de año, la compañía ha cerrado una veintena de puntos de venta en el mercado español y se ha retirado de países como Reino Unido, donde contaba con una tienda en Londres.

 

Blanco ha abandonado recientemente el local con el que contaba en la madrileña calle Preciados. El punto de venta, ubicado frente a El Corte Inglés y Zara, cadena propiedad del número uno de la distribución mundial de moda, Inditex, estaba ubicado en el número 12 de la vía, haciendo esquina con calle Galdo.

 

Otro de los establecimientos que Blanco ha cerrado en el centro de la capital es el ubicado en calle Princesa. La compañía, con sede en Móstoles, contaba con dos tiendas en esta vía, en los números 61 y 69, una especializada en moda de mujer y otra en accesorios.

 

Según fuentes cercanas a la compañía, el resto de puntos de venta con los que Blanco opera  en el centro de Madrid “corren el riesgo de cerrar sus puertas en los próximos meses”. Centros comerciales como Palacio del Hielo, en Madrid, o L’illa Diagonal y Paddock, en Barcelona y Sabadell, también han bajado sus persianas recientemente.

 

La delicada situación de Blanco

La compañía solicitó a principios de marzo preconcurso de acreedores para cuatro de sus sociedades. Avance y DiseñoDiagomodaTiendas Blanco España Blanco Moda Internacional cuentan desde entonces con un máximo de cuatro meses para llegar a un acuerdo con sus acreedores. 

 

Tras haber intentado buscar un inversor para acelerar su desarrollo internacional y esquivar la caída de ventas que la compañía estaba sufriendo en España, Blanco, liderada en la actualidad por Bernardo Blanco Moreno, inició negociaciones con el grupo catalán Mango, que finalmente se rompieron.

 

En paralelo, Blanco también ha visto como su plantilla se reducía en un 10% por la desconfianza de sus empleados hacía el futuro de la empresa.  Muchos de los trabajadores del grupo se han acogido a la opción de abandonar la compañía con veinte días de indemnización por año trabajado por estar en desacuerdo con la modificación de sus condiciones laborales.

 

Los representantes sindicales interpusieron el mes pasado una demanda ante la Audiencia Nacional por la aplicación del artículo 41 la última reforma laboral (que permite modificar los sistemas de remuneración y cuantía salarial que no estén expresamente recogidos en el convenio) por parte de la empresa, al considerar que su imposición no estaba justificada.

 

La empresa, que hasta ahora sumaba 2.000 trabajadores, continúa teniendo problemas con una gran parte de sus trabajadores por el retraso en el pago de las nóminas. La compañía, que también ha reducido su presencia en Grecia con el cierre de un establecimiento, registró en 2012 unas ventas cercanas a los 300 millones de euros.