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Bernard Arnault: de Lacroix a Hermès, deseando a Chanel

23 dic 2010 - 00:00

P. Riaño.- Es el séptimo hombre más rico del mundo y su fortuna se calcula en 27.500 millones de dólares. Bernard Arnault ha construido un imperio alrededor del lujo con un importante peso de la moda, con algunas de las firmas más históricas del mundo. Pocos son los puntos oscuros que se conocen en la carrera del creador del gigante francés LVMH.

Louis Vuitton, Loewe, Givenchy, Emilio Pucci y Fendi son algunas de las enseñas de la cartera de LVMH. Sus nombres corresponden a los apellidos de sus fundadores, desaparecidos muchos de ellos, y están situadas entre las firmas más deseadas del mundo. A Arnault sólo le faltan dos enseñas para completar su división ideal: Hermès y Chanel.

 

En su lista de tareas pendientes siempre figurará, sin embargo, un nombre: Christian Lacroix. Fue el propio Arnault quien, en los años ochenta, lanzó la firma del diseñador francés, cuando parecía que el consumo de moda de creador no iba a tener fin.

 

Arnault lanzó Christian Lacroix en 1987, impresionado por el trabajo del diseñador, que llegó a ocupar una portada de Time y a vestir a celebrities como Madonna o Uma Thurman.  Pero ni siquiera la potencia de un grupo como LVMH consiguió que Lacroix se convirtiera en una firma rentable.

Tras diecisiete años de intentos, con iniciativas como el lanzamiento de una segunda línea más asequible, Arnault decidió que era suficiente. En 2005, el magnate francés llegó a un acuerdo con Falic Group, uno de los mayores grupos de duty free del mundo, para deshacerse de la firma.

 

Christian Lacroix ha sido el único fracaso de Arnault, que se implicó personalmente en su lanzamiento. El presidente de LVMH tiene dos espinas más clavadas: Hermès y Chanel. Con estas dos firmas conseguiría, según explican fuentes del sector, completar su cartera de moda de lujo.

 

Durante los últimos meses, LVMH ha puesto en marcha una ofensiva para conquistar el capital del fabricante de los bolsos Birkin. El pasado octubre, el gigante del lujo hizo público que controlaba el 14,2% de la maison, un porcentaje que ya ha crecido hasta el 20,2%.

 

Con estas acciones, Arnault ya se ha convertido en el primer accionista individual de Hermès y, según la regulación francesa, deberá incluir los resultados de la firma en los de LVMH. Aunque la postura oficial del conglomerado de firmas de lujo es que no pretende tomar el control de Hermès, sus pasos avanzan hacia la integración.

 

Con esta operación, LVMH completaría aún más su cartera, sumando una firma especializada en artículos de piel y seda con gran penetración en los principales mercados del mundo de consumo de lujo. Los datos económicos de Hermès también atraen a Arnault: la firma tiene previsto cerrar 2010 con un crecimiento del 15% y alcanzar una cifra de negocio de 1.900 millones de euros.