Empresa

Bagués-Masriera completa el relevo generacional y abre su segundo punto de venta en Japón

Sarah García

2 dic 2013 - 04:55

Cambios en Bagués-Masriera. La compañía catalana de joyería ha completado el relevo generacional en su órgano de administración con la incorporación de los tres hermanos Oliveras al consejo de Bagués Masriera, sociedad con la que opera la empresa. Hasta ahora, María Bagués Rovira, madre de los actuales gestores, ostentaba el cargo de presidenta de la compañía pero, según consta en el Registro Mercantil, ha sido revocada del puesto.

 

A partir de ahora, Joan Oliveras, que además es consejero delegado, ocupará el cargo de presidente de la compañía, mientras que sus hermanos Jordi y Oriol pasan a ser vicepresidente y vocal del consejo de administración, respectivamente.

 

“Hemos procedido por solicitud de nuestra madre, que ya tiene 83 años, a realizar el relevo generacional y a completar un proceso que empezó hace casi una década, cuando asumimos la gestión diaria de Bagués-Masriera”, explica Joan Oliveras, consejero delegado y ahora presidente de la empresa.

 

En paralelo a los cambios en el órgano de administración de la compañía catalana, que tiene su sede central en Paseo de Gracia, en Barcelona, Bagués-Masriera continúa con su plan de desarrollo internacional.

 

En este sentido, la empresa tiene previsto abrir un nuevo punto de venta en Japón en 2014. “El mercado japonés es el más potente para la compañía y queremos reforzar esa posición con un segundo punto de venta, que estará ubicado en la ciudad de Osaka”, sostiene Oliveras. Actualmente, Bagués-Masriera, que ya tiene un establecimiento en Japón, se encuentra en negociaciones para concretar los detalles de esta apertura.

 

Además de la puesta en marcha de este nuevo punto de venta, Bagués-Masriera se encuentra centrada en su desarrollo en China, último mercado en el que ha desembarcado. Desde su entrada al país, realizada en septiembre de 2012, la compañía ha conseguido introducirse en círculos de influencia de la sociedad china y ha patrocinado eventos como el Festival de Cine de Pekín. “Los consumidores chinos han acogido muy bien a la marca, estamos contentos, y gracias a esa aceptación el país ya se ha convertido en el tercero más importante para Bagués-Masriera por volumen de ventas”, subraya Oliveras.

 

En China, donde la compañía también trabaja de la mano de un socio local, Bagués-Masriera no tiene previsto abrir puntos de venta hasta dentro de, por lo menos, tres años. “La primera fase de desarrollo se realiza a través de eventos, presentaciones y ventas exclusivas para un círculo muy reducido de consumidores y líderes de opinión; la segunda fase, que está prevista para dentro de tres años, es la que implica las aperturas de puntos de venta”, destaca el consejero delegado y presidente de Bagués-Masriera.

 

Pese a que el mercado chino es el que centra los esfuerzos actuales de la empresa de joyería, Bagués-Masriera también tiene presencia en países como Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Malasia, Azerbaiyán y Qatar, entre otros.

 

Con una tradición centenaria, Bagués-Masriera cuenta con dos líneas diferenciadas que comparten inspiración. En primer lugar se encuentra Bagués, una marca lanzada para el consumidor más joven. Esta enseña tiene una decena de colecciones vigentes.

 

En segundo lugar se encuentra Masriera, enseña que bebe directamente de la tradición modernista y de los movimientos Art Noveau y Déco desarrollados por su fundador. La marca Masriera tiene vigentes catorce colecciones.

 

Bagués-Masriera, que tiene su sede central y su única tienda del mundo en Barcelona, produce anualmente una media de 5.000 piezas de series limitadas en sus tres talleres. “Tenemos desde colecciones que pueden ser de una sola pieza hasta otras que alcanzan las doscientas”, destaca el consejero delegado de la empresa. “El tener series tan pequeñas ha hecho más fácil mantener la exclusividad y la artesanía”, sostiene Oliveras.