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Asportuguesas, la ‘start up’ lusa que reta a Havaianas aupada por gigantes del corcho y el calzado

El emprendedor Pedro Abrantes puso en marcha el proyecto después de finalizar sus estudios de Arquitectura. Con tan solo un año en el mercado, la marca de chanclas de corcho se comercializa en 39 países.

S. Riera

27 jun 2017 - 04:47

 

Asportugueses reta a Havaianas con la fórmula del corcho. Detrás del proyecto se encuentra Pedro Abrantes, quien lo puso marcha justo después de finalizar sus estudios de Arquitectura. Abrantes dio el primer impulso a la marca colándose en la aceleradora de start ups del gigante portugués del corcho Amorim y ahora está a las puertas de dar el siguiente paso tras abrir su capital al grupo de calzado Kyaia, uno de los mayores del país.

 

Antes de alcanzar la treintena, Abrantes se lanzó de cabeza a la industria del calzado ante las pocas perspectivas que el mercado laboral ofrecía a los titulados en Arquitectura en Portugal justo después de estallar la crisis. El primer socio con el que dio el joven emprendedor fue Amorim, uno de los mayores productores europeos de corcho, con una facturación anual de 640 millones de euros.

 

Con sede en la localidad portuguesa de Mozelos, situada en el norte del país, Amorim impulsó hace años una estrategia de diversificación para llevar la industria del corcho más allá de los tapones para el sector de las bebidas. En la actualidad, el grupo invierte gran parte de sus recursos en el desarrollo de nuevos productos para diversificar y, en la actualidad, opera en múltiples ámbitos, como el de revestimientos para la construcción.

 

En esta línea, Amorim puso en marcha un vivero de start ups en sus propias instalaciones para continuar arrojando nuevas líneas de producto con el corcho como materia prima. Con Asportuguesas, Amorim no solo entró en su capital sino que además le proporcionó el material para poder arrancar. Después de dos años gestando el proyecto, a principios de 2016 la marca dio el salto al mercado con un precio medio de 35 euros y con la sostenibilidad por bandera.

 

 

En la actualidad, la enseña se comercializa en 39 países a través de comercios multimarca y en el marketplace Farfech. Entre sus principales mercados internacionales se encuentran Estados Unidos, Oriente Medio o Rusia, entre otros. “Este proyecto crece con mucha rapidez y ahora necesitaba un socio con el que evitar posibles roturas de stock”, explica Abrantes. Bajo esta premisa, el siguiente paso de Asportuguesas ha sido volver a abrir su capital, en esta ocasión, a Kyaia, uno de los mayores grupos portugueses de calzado.

 

Kyaia, con una facturación de en torno a los sesenta millones de euros, cuenta con una larga trayectoria en el país y es propietaria de las marcas Fly London y Softinos, además de la cadena Foreva, con cerca de unas ochenta tiendas en Portugal. En 2013, con motivo de su treinta aniversario, el grupo se marcó como objetivo duplicar sus ventas en 2024. La empresa cuenta con fábricas propias en el país. El año pasado, el comisario europeo de economía y sociedad digital, Günther Oettinger, inauguró la última planta del grupo en Paredes de Coura.

 

Con Kyaia a sus espaldas, Asportuguesas cuenta con músculo industrial para abordar su crecimiento. Hasta ahora, la start up ha arrancado con un equipo de tres personas, que ahora espera verse apoyado por la estructura de su nuevo socio. Entre los próximos planes de la compañía se encuentra su debut en la feria italiana Micam, así como proyectos de comunicación estratégicos con Google o la distribuidora de la película Baywatch.