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2019, el año en que Inditex consiguió vender más con menos

La compañía finaliza uno de los ejercicios más agitados de los últimos años y se encamina a reducir su producción sin que ello impacte en las ventas y lanza una nueva hoja de ruta sostenible.

Pilar Riaño

23 dic 2019 - 04:58

2019, el año en que Inditex consiguió vender más con menos

 

 

“La diferenciación de Inditex se hace cada vez más clara”. “Seguimos teniendo potencial de crecimiento”. “Nuestro liderazgo en el sector conlleva una responsabilidad”. Estos son sólo algunos de los titulares que deja Pablo Isla, presidente de Inditex, sobre la estrategia del grupo en 2019. Si en algunos ejercicios la discreción de Inditex hace que se haga difícil buscar cambios más allá de los resultados, en 2019 la compañía gallega cierra un ejercicio ajetreado. Inventario, márgenes, nuevo consejero delegado, sostenibilidad, digitalización y, por supuesto, nuevas tiendas.

 

El plan de optimización de la red de tiendas llevado a cabo a lo largo de los últimos ejercicios y la inversión en implantación de tecnología Rfid han comenzado a dar sus frutos en los resultados de los últimos trimestres del ejercicio 2019. Inditex logró cerrar el segundo y el tercer trimestre del ejercicio con la primera reducción del stock desde 2012. Aún así, la matriz de Zara ha continuado aumentando sus ventas.

 

Inditex cerró el primer semestre con unas existencias de 2.664 millones de euros, un 5% menos que el mismo periodo del año anterior. En el tercer trimestre (finalizado en octubre), el grupo volvió a reducirlas otro 5%, hasta 3.434 millones de euros. La última vez que el grupo había reducido su stock fue en el segundo trimestre de 2012, con un descenso de apenas el 1%.

 

 

 

 

Una de las consecuencias directas de la mejora en la gestión del inventario es el positivo impacto en el margen, una de las magnitudes que más se está viendo afectada en la mayoría de los competidores de Inditex. En el tercer trimestre de 2019, Inditex logró la mayor rentabilidad desde 2014.

 

En el último trimestre (de agosto a octubre), el grupo gallego logró mejorar en tres décimas su margen bruto en relación al mismo periodo del año anterior, hasta el 60,8%. Se trata del periodo más rentable del año para el grupo y, por ello, la evolución del margen en este periodo es particularmente decisiva para la guerra por el margen.

De 2014 a 2017, cuando prácticamente nadie se fijaba aún en la rentabilidad, Inditex estuvo perdiendo de forma reiterada margen durante el tercer trimestre. En este periodo de 2014, el margen bruto de la compañía se situaba en el 61,2%, casi un punto menos que un año antes. Este ratio pasó al 60,1% un año después, al 59,7% en el tercer trimestre de 2016 y al 59,4% en el mismo periodo de 2017. La bolsa ha aplaudido a lo largo del ejercicio la evolución de Inditex, que ha tocado máximos.

 

 

 

 

Gracias al control del inventario mediante tecnología la empresa dispara su eficiencia y, de paso, reduce su producción. La industria de la moda encara una de las mayores transformaciones de las últimas décadas por impacto de sostenibilidad, con el volumen de producción y, sobre todo, el desperdicio, en entredicho.

 

La sostenibilidad es una de las máximas de Inditex. Y en 2019 ha vuelto a demostrarlo.

De hecho, el grupo está consiguiendo que la industria proveedora acelere su transformación tras haber hecho públicos el pasado julio sus objetivos en sostenibilidad para los próximos cinco años. La compañía se ha marcado la meta de que todas sus colecciones estén fabricadas con materiales orgánicos, sostenibles o reciclados antes de 2025, desde la cota actual del 20%.

 

La empresa liderada por Pablo Isla ha diseñado una hoja de ruta en cuatro fases (2019, 2020, 2023 y antes de 2025) para, como el propio presidente dijo, “convertir Inditex en una empresa plenamente sostenible en todos los aspectos”. Además de la apuesta por materias primas sostenibles, el plan de Inditex incluye también las tiendas, sedes y plataformas logísticas y la financiación de investigación de la mano del MIT.

 

 

 

 

Los movimientos de Inditex en materia de sostenibilidad han llegado en 2019 también al consejo y a la política de retribuciones. En julio, el grupo anunció la creación de una comisión específica para esta materia dentro del consejo de administración, que se encargará de realizar un seguimiento de las políticas del grupo en este sentido, además de supervisar la monitorización de toda la cadena de suministro.

 

También el nuevo plan de retribución del equipo directivo estará vinculado a los avances del grupo en materia de sostenibilidad. En concreto, un 10% del bonus estará supeditado a la consecución de varios objetivos que abarcan desde los desechos y las emisiones del grupo hasta los avances registrados en las fábricas con las que trabaja.

 

 

Nombramientos

Desde finales de 2019, la sostenibilidad tiene una nueva cara en Inditex. El grupo gallego nombró a Javier Losada (hasta entonces al frente de control de gestión) como nuevo director del área de sostenibilidad del grupo, Miguel Díaz, director financiero de Zara, asumió también la dirección de sostenibilidad de la cadena.

 

 

 

 

Dentro del equipo de sostenibilidad, la compañía también nombró a Luis Coloma, hasta entonces al frente de infraestructuras, como nuevo director de medio ambiente, en sustitución de Antonio Álvarez. Por su parte, Félix Poza se hizo cargo del área de diversidad, inclusión y política de igualdad, encuadrada dentro de la división de recursos humanos que dirige Begoña López.

 

Pero el nombramiento más relevante del ejercicio no es otro que el de Carlos Crespo como consejero delegado. El pasado mayo, el gigante de la gran distribución de moda anunció el ascenso de Crespo, que se ha convertido en la mano derecha de Isla.

 

Todas las miradas apuntaban a este coruñés de 48 años cuando en 2018 fue ascendido al cargo de director general de operaciones y, de facto, número dos de Isla. El salto al cargo de consejero delegado ha sido visto como un movimiento natural en el seno de Inditex, que suele apostar por hombres de la casa para los puestos clave.

 

Crespo inició su trayectoria en Inditex en 2001, de manera que lleva en la empresa propietaria de Zara más tiempo que su presidente. Tras pasar por Arthur Andersen, el nuevo consejero delegado de Inditex entró en la empresa como responsable de políticas contables dentro del departamento financiero. Después de pilotar la gestión administrativa de existencias en los centros logísticos del grupo, el ejecutivo asumió en 2005 la responsabilidad de dirigir la auditoría interna, hasta que en 2018 fue nombrado director general de operaciones.

 

Desde su nueva posición como consejero delegado, Crespo será responsable de las áreas de tecnología (sistemas, datos y digital), seguridad de la información, logística y transporte, obras, asesoría jurídica, compras y contrataciones, y sostenibilidad, y definirá junto con el presidente ejecutivo la estrategia global de la compañía.

 

El consejo de administración también ha dado la bienvenida a nuevos miembros, que han contribuido a reforzar el carácter digital de la compañía. En diciembre, el órgano de administración del grupo gallego incorporó a Anne Lange como nueva consejera independiente. La ejecutiva cuenta con más de 25 años de experiencia en innovación tecnológica y actualmente lidera la compañía de software Mentis, que fundó en 2013.

 

Esta será la segunda incorporación de perfil digital al consejo de Inditex en apenas un año, después de que en junio de 2018 se sumara al órgano la presidenta de Microsoft España, Pilar López Álvarez. El consejo de administración de Inditex está fijado ahora por once miembros, tras ampliarse el pasado junio en dos nuevos consejeros. La otra silla extra fue ocupada por Carlos Crespo, consejero delegado.

 

 

Más marca, mejores tiendas

El corazón de Inditex, Zara, ha dado otro salto hacia delante a lo largo del último ejercicio. La compañía ha sellado diferentes colaboraciones con marcas de terceros durante el año, tanto en el campo de la moda como en el de los artículos para el hogar.

 

 

 

 

El pasado noviembre, Zara se alió con Jo Malone para lanzar una colección de perfumes a escala global. El concepto principal de Inditex selló una colaboración con la fundadora de las marcas Jo Malon London (hoy en manos de Estée Lauder) y Jo Loves. También en el campo de la perfumería, a principios de año, Uterqüe llegó a un acuerdo con Bobbi Brown, propiedad de Estée Lauder, para lanzar un neceser de edición limitada con algunos de los productos de la marca.

 

Zara Home, por su parte, ha diversificado y elevado su posicionamiento con alianzas para distribuir en sus tiendas diferentes artículos de marcas de terceros, desde tostadoras y exprimidores de Smeg, hasta libros de Phaidon y ollas de Berghoff. Además, el grupo ha comenzado a introducir la oferta de Zara Home en la plataforma online de Zara, comenzando por la web de Reino Unido.

 

Pese a que la empresa ha llevado a cabo una reorganización de parque de establecimientos en los últimos ejercicios, la tienda continúa jugando un papel fundamental en la construcción de imagen de las cadenas del grupo.

 

En septiembre, Zara culminó la ampliación de su punto de venta de referencia en la calle Preciados de Madrid, con un total de 4.000 metros cuadrados repartidos en seis plantas. Dos meses más tarde, en noviembre, la cadena estrella de Inditex reabrió también otra de sus tiendas, la ubicada en Paseo de Gracia con Gran Via de Barcelona.