Empresa

2018, el año en que el dueño de Dogi construyó un hólding textil

Tras dos años de reestructuración de Dogi y otros dos de compras, Sherpa Capital, el accionista de referencia del grupo textil, ha dado forma en 2018 al nuevo hólding.

S. Riera

17 dic 2018 - 04:48

2018, el año en que el dueño de Dogi construyó un hólding textil

 

 

El año en que Dogi dejó de ser Dogi. Tras décadas de cierres y reestructuraciones en la industria española del textil, en 2018 el sector vio nacer su primer hólding. El fondo Sherpa Capital, que irrumpió en el textil español en 2014 con la adquisición del fabricante de tejido elástico Dogi International Fabrics, ha ido forjando en los dos últimos años a base de compras un conglomerado empresarial en este sector, al que en 2018 le ha dado forma y nombre: Nextil.

 

A lo largo de este año, Sherpa Capital ha fusionado la estructura de las compañías adquiridas para coordinar áreas y prescindir de duplicidades y ha creado nuevas divisiones para ordenar el conjunto del negocio. Por el momento, el coste de esta reestructuración está penalizando sus resultados y agudizando sus números rojos. Tras la adquisición de Dogi, cuatro años atrás, el grupo inversor se marcó como objetivo llegar a los 200 millones de euros de facturación en 2020 y, a partir de ahora, tratará de defenderlo con el hólding.

 

El principal paso en esta etapa fue dar nombre al conglomerado. A finales de julio, el grupo Dogi International Fabrics, bajo el que Sherpa Capital había ido inscribiendo hasta entonces las diferentes adquisiciones, pasó a ser Nueva Expresión Textil y tomó como marca Nextil. Con este movimiento, el fabricante de tejido elástico de El Masnou (Barcelona) pasaba a ser uno más en una cartera compuesta también por Ritex, QTT, Busmartex y Treiss, además de Elastic Frabrics of America (EFA), la factoría de Dogi en la localidad estadounidense de Greensboro.

 

 

 

 

Por otro lado, el accionista de referencia de la compañía cerró otras dos operaciones: la primera de ellas en agosto, con la adquisición de Ana Llop Disseny, especializada en tejidos para moda de baño, y la segunda, a finales de septiembre, con la portuguesa Sociedade de Investimentos Comerciais e Industriais (Sici), de confección de prendas para la industria del lujo. El valor de la operación de Ana Llop Disseny, fundada en 1992, no trascendió, mientras que la de Sici ascendió a ocho millones de euros. Sici, con sede en Braga, cerró 2017 con un resultado bruto de explotación (ebitda) de 3,7 millones de euros y una cifra de negocio de 21,7 millones de euros y expectativas para cerrar 2018 en 23 millones de euros.

 

Con la compra de Sici, Nextil dio un primer paso en Portugal, donde espera fortalecer su presencia con otras adquisiciones. De hecho, el grupo cuenta con varias operaciones en fase avanzada de negociación. Por otro lado, Sici también ha abierto la puerta a Nextil al segmento de las prendas de vestir para el lujo, un negocio que hasta ahora no había abordado.

 

 

Reorganización del hólding

Con este fuerte crecimiento inorgánico, Sherpa Capital quiere, por un lado, crear un grupo de 200 millones de euros en la industria textil y, por otro lado, integrar y limar al máximo los procesos para optimizar costes, mejorar en eficiencia y flexibilidad, y ganar escala. Con el cambio de nombre a Nueva Expresión Textil, el grupo inversor quiso ajustar mejor el nombre a la nueva realidad del grupo y dividió su negocio a cuatro áreas: Treiss, de sourcing para el fast fashion; Dogi y EFA para el mercado textil de íntimo y textiles técnicos; QTT, de tejeduría para la confección del fast fashion, y Ritex, para el deporte y el baño.

 

Bajo esta nueva estructura, la empresa inició una reordenación de plantilla con miras a unificar y optimizar funciones y procesos con miras a ahorrar hasta 4,4 millones de euros anuales. Una de las medidas de reestructuración fue reducir costes indirectos en Dogi Spain y en EFA con la salida de en torno a sesenta trabajadores. Con este recorte de personal, la empresa prevé generar unos ahorros anuales de más de 600.000 euros en España y casi 1,7 millones de euros en la fábrica de Estados Unidos.

 

 

 

 

Por otro lado, el grupo ultima el traslado de sus oficinas centrales en El Masnou (Barcelona), en la factoría de Dogi Spain, en vez de en la localidad vecina de Argentona donde se habían planificado en un primer momento. No obstante, el objetivo será el mismo: ahorrar hasta 850.000 euros. En esta transición, el grupo ha unificado los departamentos de creación y técnico con miras a abordar un proceso de reingeniería que hasta entonces no era posible. Con este movimiento, la empresa esperar ahorrar otros 1,3 millones de euros.

 

En el marco de esta reorganización interna, el grupo textil también vendió la filial de QTT en Estados Unidos, especializada en stock service, por 1,5 millones de euros. Parte de la operación se saldó con la adquisición de 149.442 acciones de la compañía. El negocio de stock service de QTT representaba una tercera parte del negocio de la compañía, pero tenía un resultado bruto (ebitda) negativo y requería de una importante inversión en stocks. La empresa también subraya que esta línea de negocio no era estratégica ni aportaba sinergias con el resto de actividades del grupo. El resto de la unidad de negocio de QTT de diseño, desarrollo y comercialización de tejidos para fast fashion se integró en la estructura del grupo.

 

 

Vuelta a los números rojos

Esta reordenación ha pasado factura a las cuentas de Nextil a medida que avanza en engordar su tamaño. Así, la empresa finalizó los nueve primeros meses de su ejercicio 2018 (periodo finalizado en septiembre) con pérdidas de hasta 6,5 millones de euros, frente a los números rojos de 1,5 millones de euros de un año atrás. El grupo concluyó ya 2017 en números rojos, arrojando un resultado neto negativo de 7,09 millones de euros frente al beneficio de 119.000 euros de 2016.

 

El resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en los tres primeros trimestres del año en dos millones de euros negativos por la reestructuración que el grupo está efectuando. La cifra de negocio de la empresa ha crecido un 15,6% en los nueve primeros meses del ejercicio. En este periodo, el grupo ha situado sus ventas en 56,3 millones de euros frente a los 48,7 millones de euros de un año atrás.

 

 

 

 

Por empresas, la estadounidense EFA facturó hasta el tercer trimestre 19,9 millones de euros, un 2,8% más que en el año anterior. QTT, por su parte, situó su cifra de negocio en 8,9 millones de euros tras desprenderse de su negocio en Italia y en Estados Unidos; Ritex ingresó 5,9 millones de euros, mientras que Treiss disparó sus ventas un 10,7% hasta 16,3 millones de euros.

 

Con las últimas operaciones, el grupo estima que su tamaño a fin de año se situará alrededor de 120 millones de euros. Sin embargo, no consolidará aún los resultados de todas las empresas a año completo. En 2017, aún Dogi International Fabrics, creció un 54%, hasta 62,86 millones de euros.

 

 

En busca de liquidez

Para apuntalar su fuerte crecimiento inorgánico, Sherpa Capital ha recurrido a lo largo del año a diferentes herramientas financieras para captar recursos. Así, en abril, el grupo inversor extendió a quince millones de euros la línea de crédito a la empresa. Este importe incluía un préstamo participativo de 6,47 millones de euros que tenía como función restituir el equilibrio patrimonial de la compañía tras observar un deterioro contable de las participaciones en determinadas filiales.

 

Antes de concluir el año, el máximo accionista del grupo aprobó también en una junta extraordinaria una ampliación de capital de dieciséis millones de euros. Esta operación tenía como objetivo continuar avanzando en la adquisición de nuevas marcas. La empresa explicó en su momento que el objetivo de esta ampliación era fortalecer su estructura de capital y financiera para obtener fondos para financiar su política de expansión y adquisiciones.

 

 

 

 

Esta última inyección de capital se efectuará además en dos pasos. Por un lado, se realizará una ampliación por 9,8 millones de euros mediante la emisión de 15,15 millones de nuevas acciones, que serían suscritas íntegramente por Businessgate, uno de los brazos inversores de Sherpa Capital. Por otro lado, el grupo aumentará su capital social por un importe efectivo máximo de 6,3 millones de euros mediante la emisión de nuevas acciones ordinarias.

 

Por último, a mediados de año, el grupo ejecutó también un split, un desdoblamiento del número de títulos en el que se divide el capital social de la empresa. De este modo, Nextil dividió en cuatro cada acción reduciendo así su valor, que pasó de 0,064 euros a 0,016 euros, sin modificar la cifra de capital social. Este tipo de operaciones tienen como finalidad dar una mayor liquidez a los títulos y favorecer la entrada de nuevos accionistas.

 

Así, a partir del 1 de agosto, los títulos del grupo textil pasaron de cotizar a 0,23 euros a 0,89 euros. A lo largo de la segunda mitad del año, Nextil ha ido disminuyendo su valor en bolsa, hasta tocar mínimos a 0,66 euros a finales de noviembre.