Cosmética

Saphir se vuelca en las licencias y las marcas propias para crecer un 15% en 2016 y alcanzar 57 millones de euros

P. Riaño

21 mar 2016 - 04:42

Saphir se vuelca en las licencias y las marcas propias para crecer un 15% en 2016 y alcanzar 57 millones de euros

 

El grupo Saphir sienta desde Zaragoza las bases de un pequeño gigante de la perfumería. La compañía familiar se ha marcado el objetivo de alcanzar una facturación de 57 millones de euros en 2016, lo que representará un crecimiento del 15% respecto a 2015. La empresa se vuelca en las licencias y en las marcas propias para crecer, desmarcándose de la perfumería de equivalencias, un negocio que le ha valido un enfrentamiento en los juzgados con el grupo catalán Puig.

 

Los orígenes de Saphir se remontan a 1954, cuando José Sierra y su esposa, María Pilar Lacalle, comenzaron el negocio como un almacén de droguería. En los sesenta, la empresa se introdujo en la fabricación para terceros y lanzó la marca Saphir, pero el salto delante de la compañía llegó con la tercera generación familiar, representada por los hermanos Jorge e Ignacio Sierra, hijos de Carmelo Sierra y sobrinos de José Luis Sierra.

 

La llegada de la tercera generación a la gestión de la compañía representó el vuelco del negocio hacia la distribución y la diversificación de la cartera de marcas, formada principalmente por Saphir, Caravan e IAP Pharma. La empresa, que cuenta con un equipo gestor liderado por Carlos Calvera (director general), mantiene el negocio de la fabricación para terceros, pero las licencias y las marcas propias ganan cada vez más peso.

 

 

Las marcas propias (que la compañía distribuye en superficies de terceros) representan el 24% del negocio de la empresa, mientras el embotellado para terceros representa el 29% y las licencias, el 34%. Saphir suma un total de 95 marcas registradas en España y seis para la Comunidad Económica Europea.

 

La línea de negocio de genéricos, es decir, fragancias que entran en competencia directa con grandes firmas, aporta sólo el 15% de las ventas de la compañía. Los genéricos han supuesto a Saphir un enfrentamiento con el gigante de la perfumería Puig, que en 2015 demandó a la empresa aragonesa por utilizar de forma ilícita algunas de sus marcas. Actualmente, la sentencia se encuentra recurrida ante el Tribunal Supremo y Saphir, que está pendiente de la admisión a trámite de su recurso, ha dejado de utilizar las marcas de Puig.

 

 

Saphir, que finalizó 2015 con una facturación de 49,6 millones de euros (6 millones de ellos correspondientes a exportación), se ha introducido con fuerza en el negocio de las licencias. La empresa está construyendo una cartera de marcas de gran consumo, que van desde la licencia de la serie de televisión Velvet hasta el grupo de música Auryn, pasando por la licencia para diseñar y comercializar los perfumes de Audrey Hepburn, tras llegar a un acuerdo con los herederos de los derechos de imagen de la actriz belga.

 

 

El grupo centraliza toda su producción en Zaragoza, en unas instalaciones de 18.000 metros cuadrados en el polígono industrial de Malpica en las que trabajan 175 personas (entre fábrica y oficina), a las que habría que sumar 120 empleados más dedicados al área comercial.

 

La fábrica del grupo, donde se producen anualmente 300 fragancias (con sus respectivas variaciones), cuenta con doce líneas de trabajo por turno, cada una de las cuales manipula 9.000 botes al día. La factoría trabaja a un turno durante el grueso del año, pero a partir de septiembre se pasa a doble turno para preparar la campaña navideña.