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Zara, ‘back to basics’: más diseño y menos pantallas en su nuevo ‘flagship’ de Paseo de Gracia

La compañía ha reabierto hoy su punto de venta de Paseo de Gracia con Gran Via de les Corts Catalanes, cuya ampliación comenzó a gestarse en 2014 y se ha completado este mes.

P. Riaño / I. P. Gestal

22 nov 2019 - 12:00

Zara, ‘back to basics’: más diseño y menos pantallas en su nuevo ‘flagship’ de Paseo de Gracia

 

 

 

Zara se viste de fiesta en Paseo de Gracia. La compañía que colocó la tienda en el negocio de la moda, que ha escapado de pantallas y que fue tardía en su salto al online, acomete ahora una revolución discreta, silenciosa y sin estridencias, que consiste de nuevo en huir de la tecnología y de las experiencias para poner en valor el servicio y el producto.

 

En la nueva tienda de Paseo de Gracia, cuya ampliación comenzó a gestarse en 2014, no hay cafetería, ni pantallas interactivas, ni juegos para niños o fuegos artificiales. Sólo un gran espacio, de plantas, y todo el poderío de las colecciones de fiesta de la cadena.

 

A menos de una semana para el Black Friday, la tienda se llenaba a cuenta gotas de curiosos, que eran recibidos por cada dependiente, vestido de negro impoluto y con una sonrisa. Junto a ellos, una legión directivos de traje recién llegados de Arteixo que supervisaban la apertura y daban las últimas indicaciones.

 

Como en otras aperturas de referencia, Zara ha lanzado un producto especial. Se trata en este caso de una bolsa azul que hace referencia al lugar donde se encuentra el establecimiento. Además, con motivo de la apertura los clientes reciben como obsequio una bolsa de red al realizar una compra.

 

 

 

 

La tienda oscura desbordada de ropa ha dado paso a espacios diáfanos, en los que se aprovecha toda la luz natural. Un pequeño árbol bajo una claraboya artificial preside la entrada. ¿Dentro? Sólo cuatro video walls, en los que se reproducen en bucle apacibles imágenes de bosques.

 

Toda la tecnología visible está, de hecho, algo escondida. Los cinco puntos de autocobro, situados junto a las cajas de la planta de mujer, se encuentran camufladas con paneles blancos, que asemejan madera.

 

Junto a las escaleras mecánicas, un cartel indica la oferta de la planta inferior: niños y online. Pero, una vez abajo, el punto de recogida de ecommerce, tras el que se esconde un robot dinámico con un silo que recoge los paquetes de forma autónoma, tampoco está a la vista, sino en un rincón tras las cajas.

 

 

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La zona de probadores es amplia y, de nuevo, sin tecnología más allá de la que sirve a los empleados para saber cuáles están libres. En el centro, sillones grises amplios, donde caben suficientes acompañantes para los treinta probadores.

 

Pese a su ubicación y la complejidad de las obras, Inditex no ha hecho ninguna comunicación oficial sobre la apertura. La tienda original sumaba 2.500 metros cuadrados, pero se desconoce exactamente a cuánto asciende finalmente la ampliación. ¿El siguiente paso? Hombre, que abrirá en 2020 cuando terminen las obras en el antiguo local de Furest, adyacente a la tienda actual.