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Xavier Cañavate (UPC): “La moda necesita profesionales que entiendan la técnica que hay detrás del diseño”

S. Riera

20 may 2015 - 04:53

Xavier Cañavate es director de la Escuela de Ingeniería de Terrassa (Barcelona), adscrita a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Doctor en ingeniería industrial y profesor de ingeniería química, Cañavate pilota esta centenaria institución que tiene su origen en la formación de técnicos textiles. En los últimos cinco años, los estudios de ingeniería textil han recuperado el interés de los alumnos. Para el curso 2014-2015, se matricularon diecinueve personas, frente a las tres que lo hicieron en 2009-2010. La relocalización industrial, el cambio de mentalidad de los empresarios, la necesidad de la moda de técnicos y la actualización del plan de estudios, además de garantizar la incorporación laboral inmediata, ha motivado a los jóvenes a regresar a las aulas para ser técnico textil.

 

Pregunta: Los estudios de ingeniería textil estuvieron a punto de desaparecer. ¿Qué hizo que se mantuvieran?

Respuesta: De hecho, han desaparecido ya en toda España. Aunque en el curso 2009-2010 sólo tuviéramos tres matrículas, decidimos aguantarlos porque tenemos unas instalaciones y un equipo de profesionales que sería una auténtica lástima que se desmantelaran y desaparecieran. Pensamos además que la industria textil tiene un peso todavía importante. Que el textil está en horas bajas es más una percepción que una realidad.

 

P.: ¿Qué ha motivado a los alumnos a regresar a las aulas? 

R.: Pensamos que, hasta ahora, el grado de ingeniería textil había quedado devaluado, tanto por la estructura de estudios del plan anterior como por la imagen que tenía la industria, de algo obsoleto y de raíz familiar. Pero ahora la percepción ha cambiado por completo, tanto por la investigación que se desarrolla como porque las empresas se han involucrado en los estudios. Todo ello contribuye a transmitir que el textil también es ciencia y que ya no es sólo la imagen del hilo y la lanzadora.

 

P.: Siempre se habla de la desvinculación entre universidad y empresa. En el textil, ¿cuándo se acercaron las empresas a la universidad?

R.: Supongo que llegó un punto que, a fuerza de hablar de esta desvinculación, las empresas finalmente optaron por acercarse a la universidad. En el caso del textil, empezó, curiosamente, en la época en la que había menos estudiantes. El vínculo con las empresas lo cuidamos en todos los ámbitos a través de la creación de grupos de asesores y de soporte para impulsar la transferencia. En el textil, está relación es especialmente fuerte.

 

P.: ¿Y en qué consiste?

R.: Empezamos con las becas. Las empresas becan a los estudiantes que eligen la especialización de textil. De todos modos, ahora ya hay más estudiantes que becas. Este curso, ha habido veinte alumnos y sólo once estuvieron becados.

 

P.: El textil parecía ya algo del pasado, de fábricas sucias de largas chimeneas y un trabajo mal remunerado. ¿Cómo es el presente del sector?

R.: Hoy en día hay empresas de todo tipo, pero esta imagen ha quedado del todo obsoleta. Incluso en el ámbito de la hilatura, encontramos procesos totalmente tecnificados. Además de haber invertido en maquinaria, las empresas también están desarrollando productos más técnicos para aplicaciones sanitarias, textiles funcionales, etc. Toda la industria textil en España tiene hoy un gran componente tecnológico.

 

P.: ¿Apoyan las empresas la investigación?

R.: En la actualidad, en el campus de la UPC en Terrassa hay una interacción muy fuerte con la industria, que se ha producido de manera progresiva. El año pasado, llegamos a facturar en torno a ocho millones de euros a través de colaboraciones con las empresas.

 

P.: ¿La crisis ha podido influir en el acercamiento de las empresas a la universidad?

R.: Seguramente la crisis ha hecho que la universidad se proyecte mucho más fuera y que las empresas busquen más innovación.

 

P.: ¿Qué perfiles técnicos son hoy los más demandados?

R.: Está el perfil técnico más habitual, de quien entra a trabajar en una empresa industrial como ingeniero responsable del funcionamiento y cuidado de la maquinaria. Pero cada vez se demanda más el profesional que se incorpora a una empresa como asesor técnico. Son compañía que venden sus productos a grupos de moda, como Inditex, Mango o Desigual, que precisan de expertos para que les guíen en el uso. Por otro lado, la gran distribución también está demandando profesionales de perfil técnico. Tenemos la imagen del ingeniero como alguien que trabaja rodeado de ordenadores, pero no siempre es así. La moda necesita cada vez más profesionales que entiendan la técnica que hay detrás del diseño.

 

P.: ¿Hay demanda de ingenieros textiles?

R.: Todos los que obtienen la titulación de grado, se incorporan al mercado laboral. Claro que, hasta ahora, tampoco teníamos un gran número de graduados.

 

P.: ¿Se pagan bien los trabajos de técnico textil? 

R.: Todavía nos falta recorrido para evaluarlo, aunque las últimas encuestas que se han realizado entre los alumnos ya graduados dicen que, o bien se han incorporado ya al mercado laboral, o bien han continuado formándose. En el caso de los alumnos que han empezado a trabajar, en el segundo o tercer año en una empresa cobran ya un sueldo de más de 2.000 euros mensuales.

 

P.: ¿Ha cambiado la mentalidad del empresario en este sentido? ¿Apuestan más las empresas por el talento que antes?

R.: Sí. En primer lugar porque ha habido un cambio generacional y los nuevos directivos son conscientes de ello. En la comarca del Vallès, por ejemplo, tenemos empresas muy competitivas dirigidas o fundadas por ex alumnos nuestros. Pero también hay otros elementos. Antes, por ejemplo, había una gran desconfianza en la gente con una titulación muy alta porque creían que estaban desvinculados de la realidad, aunque en la práctica no sea así.

 

P.: El talento en textil, ¿se queda en España o emigra?

R.: La mayoría se quedan. De todos modos, hay muchos que, por motivos laborales, tienen que viajar con asiduidad.

 

P.: ¿Perciben los efectos de un retorno de la producción?

R.: Todavía no hay cifras al respecto, pero sí es cierto que hay una cierta tendencia a montar de nuevo la cadena textil en el país. No para grandes producciones, pero sí para producciones más pequeñas o de muestrarios. La rapidez que demanda este nuevo sistema hace que sea difícil producir lejos.