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Victorio & Lucchino pierde dos de sus licencias tras más de dos años en concurso de acreedores

Pilar Riaño/ Custodio Pareja

27 abr 2015 - 04:55

Victorio & Lucchino pierde dos de sus licencias tras más de dos años en concurso de acreedores

 

 

Victorio & Lucchino se vacía de contenido. La empresa, que acumula más de dos años en concurso de acreedores, pierde progresivamente las licencias que dan sentido a su negocio. Las alianzas con Raimon Bundó para moda nupcial y con Parera Grupo para moda íntima son los dos últimos grandes acuerdos que se han disuelto, mientras las sociedades propietarias de la marca sevillana encaminan sus pasos a la liquidación.

 

Los diseñadores José Luis del Corral y José Víctor Rodríguez han construido una de las marcas de moda más conocidas por el gran público en España gracias a las licencias. Su costura se ha subido históricamente a la pasarela, pero sus ingresos han procedido de los acuerdos con terceros.

 

El prêt-à-porter es el único negocio que gestiona directamente la empresa y el que se encuentra en concurso de acreedores. En enero de 2013, dos acreedores instaron el concurso a dos de las sociedades de Victorio & Lucchino y la compañía puso en marcha un plan para adelgazar su estructura que no sirvió para frenar su entrada en los juzgados. Las sociedades Patrimonio de Moda y Victorio & Lucchino, Costura, Diseño y Moda se encuentran en concurso de acreedores desde hace más de dos años en el juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla.

 

Pero, mientras la empresa avanza hacia la liquidación y comienzan a aparecer los primeros interesados en tomar el control de la marca, Victorio & Lucchino pierde valor al deshinchar su cartera de licencias, que, además de reportar ingresos, mantienen la enseña viva en la calle, teniendo en cuenta que no dispone de ningún punto de venta en España salvo su taller de Sevilla.

 

Según han confirmado a Modaes.es fuentes del sector, Victorio & Lucchino rompió el pasado noviembre su alianza para moda nupcial con la compañía catalana Raimon Bundó, uno de los principales operadores del sector en España. A principios de 2011, la empresa sevillana selló un acuerdo con Raimon Bundó por el cual la catalana se haría cargo de la fabricación y distribución de la línea de moda nupcial de Victorio & Lucchino. Estos diseños se han subido a la pasarela Gaudí Novias hasta la edición que tendrá lugar la próxima semana.

 

Otra de las licencias que ha perdido Victorio & Lucchino es la de moda íntima. La empresa trabajaba hasta hace un año con Parera Grupo, que posee las licencias para la distribución de las líneas de moda íntima de Hugo Boss y Donna Karan y que también controla la red de tiendas Fild’Or.


Aunque Victorio & Lucchino opera todavía con compañías como DAC Alfombras, Optim (óptica), Creaciones Euromoda (hogar) o Cunill Orfebres (bisutería), la compañía no es propietaria de su marca para una de las actividades que más ingresos reportan a las marcas de moda: los perfumes.

 

El grupo catalán Puig es propietario de la marca Victorio & Lucchino para perfumería desde el año 2000. De hecho, en los años noventa Puig trató de impulsar el desarrollo de la firma sevillana, pero, según fuentes del sector, las dificultades para gestionar el trabajo de los diseñadores frustraron el proyecto.

 

Puig y Victorio & Lucchino crearon una sociedad conjunta, denominada Creaciones Victorio & Lucchino, participada en un 51% por el grupo catalán y en un 49% por los diseñadores sevillanos. Pero, en 1999, la sociedad, titular de la marca Victorio & Lucchino, acumulaba pérdidas por valor de 1,45 millones de euros, por lo cual Puig decidió liquidarla.

 

El grupo de perfumería ofreció a los diseñadores recomprar su parte, pero, al no poder acudir a la ampliación de capital a tal efecto, el socio mayoritario optó por la disolución y la venta de los activos, entre ellos la marca comercial. Así, Puig compró la marca Victorio & Lucchino, lo que obligó a los creativos a cambiar de firma y comercializar sus prendas con la etiqueta Destino Sevilla, que les cedió el Ayuntamiento de Sevilla.

 

Tras varios meses de enfrentamiento, Puig y José Luis del Corral y José Víctor Rodríguez alcanzaron un acuerdo  que permitió a los diseñadores recuperar el control de la marca, las licencias y la tienda de la calle Sierpes de Sevilla. Pero Puig siguió controlando la marca sevillana para el negocio de perfumes.