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Victoria de Pereda (IED Madrid): “Lo intensivo es insostenible”

Directora del programa de másters de Diseño e Innovación en IED Madrid, De Peneda explica que “en la etapa de diseño es donde se genera un mayor impacto porque es la fase de la toma de decisiones”.

S. Riera

2 may 2019 - 04:49

Victoria de Peneda (IED): “Lo intensivo es insostenible”

 

 

Impulsora del área de Sostenibilidad en IED Madrid en 2010, Victoria de Pereda está considerada como una de las profesionales más influyentes en la sostenibilidad en el diseño. A diferencia de otros expertos, De Pereda considera que el fast fashion debe ser tractor del cambio de paradigma porque, bajo su máxima de “lo intensivo es insostenible”, este modelo deberá repensarse y redefinirse para sobrevivir en el tiempo. De hecho, a De Peneda no le preocupan tanto los grandes de la moda, sino todos los demás actores de influencia local y de los que se desconoce cuál es su impacto.

 

Pregunta: ¿La sostenibilidad empieza por el diseño?

Respuesta: El diseño como actividad siempre ha estado ligado a ciertos parámetros, como realizar propuestas para innovar mejorando la calidad de vida. Por tanto, la sostenibilidad debería ser intrínseca al proceso del diseño. Pero por ahora no lo es. La sostenibilidad y la innovación van ahora de la mano, no pueden ser disociados y puesto que la fase de diseño es crucial en la toma de decisiones de un producto o de un servicio la actividad del diseño debe sí o sí incorporar criterios de sostenibilidad.

 

P.: ¿Cómo hay que integrarlo?

R.: Incorporando criterios sociales y medioambientales en nuestra actividadTenemos que abordar los proyectos desde un punto de vista sistémico no fragmentado entendiendo en profundidad cada una de las etapas del ciclo de vida de la prenda. Desde el punto de vista social, hay que tener en cuenta a quién va dirigido nuestro producto respetar la diversidad de los usuarios, pero también es fundamental saber y decidir quién lo produce y en qué condiciones lleva a cabo su actividad.

 

 

 

 

P.: ¿Y respecto al medio ambiente?

R.: En el ámbito medioambiental, en muchas ocasiones no se tienen aún en cuenta los impactos de las prendas a lo largo de todo su ciclo de vida. El diseñador trabaja con textiles que no sabe ni cómo se han fabricado, no sabe de dónde proceden las materias primas como se producen o cultivan ni el impacto que todo esto tiene en la cadena de valorEl coste ambiental de las prendas está externalizado. Si se repercutiera en el precio de la prenda los costes de producir en países con legislaciones laborales y medioambientales muy laxas su precio sería mucho mas elevado en el mercado. Aunque el coste que actualmente la industria de la moda tiene es elevadísimo porque es la segunda mas contaminente del planeta

 

P.: El concepto de sostenibilidad resulta muchas veces ambiguo y los materiales que unos dicen que son sostenibles, otros aseguran que no. ¿Hay alguna definición clara?

R.: Que un material sea o no sostenible depende de varios factores, del uso que se la va a dar al mismo de su procedencia, de donde se transforme y se consume. La sostenibilidad en muchos casos está ligada al contexto. A veces, lo que es sostenible en un lugar puede no serlo en otro. Por ejemplo, es sostenible un algodón que se ha producido de manera adecuada y cerca del lugar de transformación y cuanto más cerca este de su consumidor menos huella de carbono. Y hay materiales que producen más impactos que otros a lo largo de su ciclo de vida. Si tenemos el cuanta que ocurre el fin de vida de ese producto es mas sencillo identificar si es o no sostenible.

 

P.: ¿Qué papel juega el diseñador en la sostenibilidad?

R.: En cualquier proceso, hay agentes y hay responsabilidades, y en la etapa de diseño es donde se genera un mayor impacto porque es la fase de la toma de decisiones. A veces, en grandes empresas, el diseñador puede no tener voz para tomar decisiones en toda la cadena de valor, pero sí tiene la informacion y el conocimiento adecuados puede ser un gran prescriptor y por ejemplo empezar por el uso de materiales sosteniblesTiene que haber un cambio de mentalidad y sustituir el pensamiento lineal, de extraer-producir-desechar, por un pensamiento circular acorde con los ecosistemas.

 

 

 

 

P.: ¿La sostenibilidad pasa por la circularidad?

R.: Sí, pero no sólo en la moda. La naturaleza no funciona de forma lineal, pero nosotros sí. Tenemos que evitar el concepto de residuo para convertirlo en nutriente y valorizarlo dentro de un sistema de produción diferente. Por otro lado se produce a un ritmo mucho mayor al que se obtienen las materias primas y no se da tiempo a los ecosistemas a regenerarse. Ocurre también en la pesca, en los cultivos y en muchas otras industrias. Si una industria no trabaja sobre acorde con los ritmos de los ecosistemas, será insostenible.

 

P.: ¿Están los profesionales del diseño preparados para este reto?

R.: La gente que se formó hace mucho tiempo no lo hizo teniendo en cuenta criterios ambientales y ahora debe aprender a trabajar de esta otra manera. Vivimos una transformación hacia un nuevo paradigma con una nueva economía en la que no se puede hacer lo que se venía haciendo hasta ahora. No sólo en el ámbito del diseño. Las universidades están siendo muy lentas a la hora de redefinirseaplicar los cambios y no todas están a la altura.

 

P.: ¿Las escuelas de diseño de moda se han adaptado?

R.: Algunas todavía no lo han hecho y otras llevan más de una década en ello. Creo en la capacidad de los individuos para transformar, así que dependerá de la gente que haya en cada uno de los centros. Esta será la manera de trabajar en el mundo, así que al final todos deberán posicionarse entre ser una parte del problema o ser una parte de la solución. Y nadie quiere estar en una empresa que es parte del problema.

 

 

 

 

P.: ¿El fast fashion es sostenible?

R.: Cuando se habla del fast fashion volvemos al debate de los tiempos de la regeneración de los ecosistemas. Lo intensivo es insostenible. Hay empresas que están buscando nuevos materiales, pero también nuevos modelos de negocio. Patagonia acaba de lanzar una línea de alimentación. Las empresas no desaparecerán porque encontrarán otros nichos en la nueva economía. Ahora estamos en transición, aunque la inercia de la economía anterior continúa siendo enorme. Pero todo va a cambiar, porque fenómenos como el de Greta Thunberg no son aislados y son los que marcan el camino.

 

P.: ¿Deben las grandes empresas de distribución de moda ser tractores en sostenibilidad?

R.: Sí, porque inevitablemente es lo que está más presente en nuevas vidas. El pequeño productor es de acceso limitado. Las grandes empresas, en la medida que sean capaces de comunicar que el cambio es necesario, serán tractores.

 

P.: Al final, es una cuestión de recursos, de disponibilidad de materias primas. ¿Si el fast fashion no da con otros materiales tiene los días contados?

R.: El fast fashion tiene que repensarse y redefinirse. No se si tiene los días contados, pero debe buscar su lugar en el nuevo paradigma que será muy diferente al que tiene de ahora. Pero no sólo la moda, son todos los sectores económicos. Últimamente lo hemos visto también en la movilidad urbana el enfrentamiento entre en sector del taxi y el VTC. Todo está en transformación.

 

 

 

 

P.: H&M ha empezado a vender ropa de segunda mano…

R.: H&M está vendiendo ropa de segunda mano y está abrazando con ello una realidad que ya existe. Estas iniciativas ahora son pilotos, pero en poco tiempo serán una realidad. Se está inviertiendo en investigaciones que espero que favorezcan a todo el sector de la moda en su conjunto y las empresas que tienen el dinero para hacerlo están en su deber de hacerlo. Hablamos de nuevos sistemas de reciclado, de reducir el consumo de energía a lo largo de los procesos o de nuevos materiales que no solo no impacten sino que sean regenerativos. Porque, al final, de todo lo que se consume en materiales en el conjunto del sector, los grandes sólo representan una parte y hay muchísimo más. A los grandes los tenemos bajo lupa, pero el impacto del resto lo desconocemos completamente.

 

P.: ¿Falta avanzar la legislación?

R.: El problema de la legislación es que cada país tiene la suya y favorece la deslocalización. En la Unión Europea, y en general en los países occidentales hay leyes más o menos estrictas, pero se suele producir en países donde no las hay. Aquí se acaba de aprobar una ley en contra del plástico de mono uso, mientras que en muchisimos otros países ni se ha planteado.

 

P.: ¿Avanza el diseño en este sentido?

R.: Percibo una mayor flexibilidad para integrar nuevos modos de hacer entre los profesionales, sobre todo entre los que ya han estado en contacto con esta realidad y saben que deben trabajar con ella. En el ámbito académico, si hablamos de nuestros alumnos cuando entran a formarse en aulas, están abiertos, son plásticos y sobre todo tienen mas información que antes. Aquello que le expliques, lo integrarán. Aquí la cuestión es la evolución de los educadores y su capacidad de reciclarse. Pero tampoco es algo exclusivo de las escuelas de diseño. Hay empresarios, abogados y muchísimas otras profesionales que todavía no se han puesto las pilas.

 

 

 

 

P.: ¿Es la moda un sector pionero en sostenibilidad?

R.: El sector de la moda, visto el impacto que genera, lo está abrazando y lo está comunicando. Está más abierto. El hecho de haber contactado con nosotros ya es de por sí significativo. Hay muchos otros sectores que no han dado ni siquiera este paso.

 

P.: Quizás sea porque no le queda otra…

R.: Hay otros muchos sectores donde se están haciendo enormes esfuerzos desde hace tiempo y que tiene también un enorme impacto sobre el medioambiente, como la agricultura, la alimentación o la cosmética.

 

P.: ¿Cuánto tiempo llevará la transición de la vieja a la nueva economía?

R.: No puedo decirlo, no tengo una bola de cristal, pero sí es importante que se vayan marcando horizontes y se avance en la legislación. Tenemos 17 objetivos muy claros definidos por las Naciones Unidas, los ODS, que han acordado 197 países dentro de la Agenda 2030 y deben alcanzarlos entre todos. Pero hablamos desde el punto de vista de alguien que vive en un lugar privilegiado. Me preocupa el conjunto del planeta ya que al final, es una población muy reducida, pero ya que  pertenecemos al mismo mundo que los demás. Y no hay otro planeta.