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Ungaro, del deseo al destierro

S. García

7 feb 2012 - 04:50

Vender una firma no siempre es la mejor opción. Y parece que en el caso de la marca de Emanuel Ungaro no lo fue. Desde que el diseñador dejó la enseña, en 2005, la compañía no ha levantado cabeza y ahora se especula con un posible proceso de reestructuración. La crisis viene de lejos y sus protagonistas han sido diversos: desde diseñadores como Esteban Cortázar y Estrella Archs hasta celebrities como Lindsay Lohan.

 

En el inicio del verano de 2009, Esteban Cortázar, cuarto diseñador en ocupar la dirección creativa de la firma tras la marcha del fundador en 2005, dejó Emanuel Ungaro por discrepancias con los empresarios al frente de la marca. Cortázar se marchó por varios motivos, uno de ellos, el fichaje de la polémica celebrity Lindsay Lohan. La marca la contrató para asesorar al equipo creativo y dar una visión de cliente final.

 

Mounir Moufarrige, primer directivo de la firma, también decidió abandonar Ungaro tras el fichaje de Lindsay Lohan, aunque extraoficialmente. Oficialmente, Moufarrige dejó la compañía para dedicarse a otros negocios.

 

Tras la marcha de Cortázar, la enseña contrató a la diseñadora catalana Estrella Archs para dirigir el equipo creativo. Aunque el acuerdo con Archs era de cuatro años, la creadora abandonó Ungaro poco después de lanzar la primera colección junto a Lindsay Lohan.

 

La diseñadora fue la primera mujer en ocupar el puesto de directora creativa en Ungaro, adquirida por Asim Abdullah en 2005. Archs había trabajado para otras grandes marcas, como Cacharel, Prada o Emilio Pucci.

 

Lindsay Lohan tampoco duró mucho más en Ungaro. La firma, tras el fracaso de la primera colección junto a Estrella Archs, decidió prescindir de sus servicios como asesora del equipo de diseño. Tras ellas, la compañía probó suerte con el británico Giles Deacon, pero tampoco funcionó. El diseñador abandonó la marca tras un año y medio en ella.

 

Finalmente, la firma decidió incorporar a un grupo de diseñadores jóvenes y prescindir de grandes estrellas en el equipo de diseño para reinterpretar los archivos de Ungaro y adaptarlos a la actualidad. Este cambio de estrategia llegó tras unos años de empeoramiento de su situación económica y parece que no ha dado buenos resultados.

 

Ahora, Ungaro se enfrenta a una situación complicada. La firma ha confirmado que su colección primavera-verano 2012 no será entregada al haber roto el acuerdo que tenía con Castor, fabricante italiano que produce sus prendas. La pre colección sí que fue entregada, ya que se fabricó antes de que se rompiera el acuerdo. Además, la firma tampoco desfilará en la semana de la moda de París donde, el próximo marzo, tenía previsto presentar su colección de otoño-invierno 2012/2013.

 

Esta situación podría poner en peligro el trabajo de veintidós empleados y afectar a Emanuel Ungaro, la línea principal de la firma.

 

El dueño de la enseña, Asim Abdullah, ya había explicado su intención de realizar una reestructuración de la compañía para devolverla a los números negros y, luego, ponerla en manos de otra persona. Aún así, no se conocen los términos de esa reestructuración.

 

Desde la venta de la firma por parte del grupo Salvatore Ferragamo a Abdullah, en 2005, la firma ha vivido una época complicada y no ha conseguido estabilizarse. Ahora, sólo el propietario de Ungaro sabe qué futuro le espera a la enseña.

 

Asim Abdullah fue el único comprador serio que quiso adquirir Ungaro en 2005. Sin ningún tipo de experiencia en el mundo de la moda, Abdullah compró Ungaro para poder rescatar a la firma de su mala situación.

 

Nacido en Karachi (Pakistán), Abdullah se graduó en Ingeniería Informática en Stanford y amasó una fortuna gracias a la industria tecnológica. Con ese dinero y sin experiencia compró Ungaro. Seis años después, la firma continúa cayendo y su futuro es cada día más incierto.