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Trama y urdimbre en la literatura

De Sira Quiroga en El Tiempo entre costuras a Holly Golightly en Desayuno con Diamantes, el vínculo de la moda con la literatura se ha dado en múltiples ocasiones en la historia.

J. C.

17 ene 2019 - 04:44

Trama y urdimbre en la literatura

 

 

La modista Sira Quiroga abandonó Madrid antes del comienzo de la Guerra Civil española y llegó a Tetuán, donde puso en marcha un taller de alta costura. La frase resume cómo se desencadena la trama de El tiempo entre costuras, la novela con que María Dueñas saltó a la fama en 2009.

 

Esta es una de las obras recientes más populares que relaciona la moda con la literatura, un vínculo que se ha dado en múltiples ocasiones en la historia. Aunque en la mayoría de las obras la presencia de la moda en la literatura no resulta tan implícita como en la novela de Dueñas, tácitamente se va filtrando entre las historias, al tratarse de una de las industrias que ha tenido un peso específico en el desarrollo de las sociedades.

 

En Orgullo y prejuicio, obra cumbre de Jane Austen, la moda forma parte de la trama, aunque no se haga una alusión directa a ella. Por las páginas de la novela, que resulta el testimonio de una época, resulta muy fácil imaginarse a la señora Bennet vistiendo a sus cinco hijas con sus mejores galas para que vayan a los bailes que se organizan en la casa del vecino y a los que suelen asistir los solteros de la alta sociedad inglesa.

 

 

 

 

La moda también se abre paso en las obras de Gabriel García Márquez y en Cien años de soledad se va introduciendo con las preferencias de las mujeres Buendía por los pollerines y corpiños. 

 

García Márquez también tiró de la antigua tradición latinoamericana de los cuartos de costura, como el que tiene la casa de Fermina Daza, la protagonista de El amor en los tiempos del cólera, que sirve de observatorio para los pretendientes.

 

Desayuno en Tiffany’s, de Truman Capote, ha pasado a la posteridad por su relación con la moda. De hecho, la obra le debe parte de su fama a su versión cinematográfica, protagonizada por Audrey Hepburn y para la que el diseñador Hubert de Givenchy creó un vestuario que ha pasado a la historia.

 

Por regla general, la moda suele aparece en la literatura cuando en los entretelones del argumento se cuece una historia de amor. La italiana Marcella Olschki, que vivió entre 1921 y 2001, escribió una novela con tintes autobiográficos que tituló Oh, América. La obra cuenta las peripecias de una muchacha italiana que viaja a Estados Unidos como esposa de un soldado americano. Para salir adelante, la mujer consigue un trabajo de vendedora en los grandes almacenes Bergdof Goodman.