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Sir Philip Green, el rey caído del ‘high street’

El empresario británico ha pasado de lo más alto a lo más bajo de la esfera empresarial de Reino Unido de la noche a la mañana. El imperio de Philip Green, con Topshop como piedra angular, ha languidecido durante los últimos años por falta de inversión.

Pilar Riaño

15 ene 2021 - 04:47

Sir Philip Green, el rey caído del ‘high street’

 

 

Hubo un tiempo en que, para conseguir la última tendencia, el destino favorito de las jóvenes europeas, especialmente las británicas, era Topshop. Hubo un tiempo en que en las calles de Reino Unido la competencia internacional aún no se había hecho un hueco. Hubo un tiempo en que Internet aún no se había convertido en el futuro de la moda… El imperio de Philip Green, con Topshop como piedra angular, ha languidecido durante los últimos años por falta de inversión y operadores como Bohoo y Asos, en la Red, y Primark o Zara, en la calle, le han tomado la delantera. La puntilla al imperio de Green, Arcadia (que llegó a representar el 12% de las ventas de moda en Reino Unido), ha sido el Covid-19. El pasado noviembre, Arcadia entró en los juzgados y Green, apodado el rey del high street, ha caído al infierno de los negocios.

 

 

 

 

Como suele suceder en Reino Unido, las crónicas sobre sus extravagantes gustos y comportamientos no han dejado de aparecer en prensa desde que Arcadia entró en los juzgados. Pero lo cierto es que la caída en desgracia de Sir Philip Green (fue nombrado caballero de Isabel II en 2006 por recomendación de Tony Blair) empezó mucho antes. El colapso de BHS, acusaciones de sus trabajadores, un acuerdo in extremis para salvar Arcadia en junio de 2019 y sus problemas con el movimiento #Metoo han cambiado la imagen de este magnate de los negocios, cuya fortuna familiar se situaba, a finales del año pasado, en 2.400 millones de dólares, según Forbes.

 

Philip Nigel Ross Green nació en 1962 en Croydon, al sureste de Inglaterra, en una familia judía de clase media. Sus padres, Simon y Alma, regentaban negocios inmobiliarios y de otros sectores. Formado en Carmel College (conocido como el Eton judío), perdió a su padre cuando era un adolescente y heredó la empresa familiar. Dejó de estudiar con 15 años y se puso a trabajar para un mayorista de calzado. A su regreso de un viaje por Estados Unidos, Europa y Asia, puso en marcha su primer negocio: con un préstamo familiar de 20.000 libras importó pantalones vaqueros de Oriente Próximo para venderlos a tiendas independientes.

 

 

 

 

Considerado un hombre con gran olfato para las gangas (según se le describe en la prensa británica), en 1985 dio su primer golpe de efecto. El empresario compró Jean Janine, una cadena de moda al borde del cierre que relanzó y logró vender menos de un año después. En 1988 se convirtió en primer ejecutivo de la cadena Amber Day, pero en 1992 dimitió después de que empresa no alcanzara las previsiones, dejando atrás su primera y última experiencia en una compañía cotizada.

 

La compra de Sears en 1999 por 550 millones de libras supuso la verdadera entrada de Green en el negocio del retail y un año más tarde, en marzo de 2000, tomó el control de BHS, tras desistir en su intento de hacerse con Marks&Spencer. Con estas dos operaciones, el empresario británico creó la plataforma con la que en 2002 dio el golpe de efecto definitivo: la adquisición de Arcadia por 850 millones de libras.

 

Sólo un día después de la compra de Arcadia, Green traspasó la empresa a su esposa, Tina (quien realmente dirige sus negocios, según dicen), residente en Mónaco, que se embolsó un dividendo libre de impuestos de 1.200 millones de libras. Las acusaciones de evasión de impuestos han sido constantes desde entonces, aunque no han parecido molestar a un hombre que vive durante la semana en un hotel en Londres y vuela al Principado los fines de semana para estar con su esposa y sus dos hijos.

 

Green se había convertido en un icono de los negocios en Reino Unido y entre sus amistades figuraban políticos, cantantes, actrices y modelos. Sus reuniones y celebraciones nunca pasaban desapercibidas e incluso Vogue llegó considerar “extravagante” la fiesta de su sesenta cumpleaños: en 2012, Green llevó a un resort en México a cientos de invitados, entre ellos Leonardo DiCaprio, Kate Moss, Naomi Campbell, Kate Hudson o Gwyneth Paltrow.

 

 

 

 

En aquel momento, Thopshop crecía sin parar e, impulsada por su expansión en Estados Unidos, logró una valoración de 1.400 millones de libras cuando, en 2012, el fondo estadounidense Leonard Green&Partners compró un 25% de su capital. Pero en 2015 todo empezó a cambiar: BHS colapsó y Green vendió la empresa por una libra al vehículo de inversión Retail Acquistions. Un año después, BHS echó el cierre, cuando contaba con 164 tiendas y generaba 11.000 empleos.

 

En 2019, Green recompró por una libra el 25% de Topshop para que, como dijo la empresa, “Arcadia pudiera centrarse en su reestructuración” y en junio llegó a un acuerdo con sus acreedores para evitar el concurso de la compañía, propietaria de Topshop, Topman, Wallis, Outfit, Evans, Burton, Dorothy Perkins o Miss Selfridge. No sólo eso. El empresario debió enfrentarse a la salida a la luz de vídeos personales, la publicación de una biografía no autorizada e incluso una película basada en su vida (Greed, dirigida por Michael Winterbottom). En 2018 se conoció que había pagado miles de libras para resolver fuera de los tribunales denuncias por acoso sexual, laboral y racismo, que llegaron incluso a Estados Unidos a través de una profesora de pilates de Arizona.

 

Ahora que su imperio languidece, uno de los pocos que ha salido a su rescate es Mike Ashley, propietario de Sports Direct, que el pasado noviembre le ofreció un préstamo de 50 millones de libras para tratar de salvar Arcadia. El espacio de Green en el Olimpo de los negocios en Reino Unido comienza a desvanecerse y otros, como Ashley, ocupan su lugar. The Emp (abreviatura de The Emperor), como le llamó el propio Ashley, o The King of High Street, como se apodó él mismo, negocia ahora en los juzgados su futuro empresarial.