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Si algo funciona, evoluciónalo

Hace ya unas semanas asistí a una conferencia provocadora por su título: Si algo funciona, cámbialo. Tras escuchar a su ponente, Franc Pontí, la retadora frase mutó y “cámbialo” fue sustituido por un más actual “evoluciónalo”. 

TRIBUNA. ALEJANDRO LAQUIDAIN

13 oct 2016 - 04:42

 

Está claro que, actualmente, los casos de triunfo han de evolucionar para continuar su éxito. Si no, con el tiempo y como bien sabemos, desaparecen.

 

Creo que el ser ya ex presidente del Consejo Intertextil Español (CIE) me otorga una cierta libertad para poder decir lo que pienso y mi ya cierta “viejuz” me da una pequeña dosis de indiferencia sobre lo que pueda pensar el prójimo en referencia a lo mis opiniones. Todos nos llenamos la boca pregonando la necesidad de colaborar y unirnos en nuestro sector textil, si bien algunos, ciertamente, no podamos presumir con el ejemplo dado. Sirva como botón de muestra la ruptura entre la industria y la confección dentro del CIE que se produjo hace poco más de dos años.

 

Prácticamente en el mismo momento, o quizás siendo ese uno de los motivos de su creación, nacieron en el Ministerio de Industria la Mesa de la Moda y sus  correspondientes Premios. Esos galardones tienen como objetivo, entre otros, dar prestigio al sector y recalcar su excelencia.

 

Pero si algo han conseguido también ha sido sentar en una misma mesa a todos sus subsectores, haciéndoles opinar, proponer, aglutinar, conocer, descubrir incluso y discutir sobre muchos temas, importantes o nimios, de nuestro sector textil y de la moda.

 

Italia como referente

Es evidente que conseguir una posición común y equilibrada del sector es una tarea complicada que necesita tiempo y, principalmente, voluntad de todos los actores para lograrlo. Es una tarea que requiere generosidad, honestidad y limado de egos, entre otras muchas, muchísimas cosas.

 

 

 

 

En numerosas ocasiones sentimos envidia cochina por cómo lo han gestionado los italianos, por el Made in Italy y todo lo que conllevan esas tres palabras, que son el resumen de una gran y larga labor de colaboración sectorial.

 

Hemos de reconocer que llegar a ese nivel de éxito en la colaboración no se logra sólo con una marca y una bandera tricolor, sino que requiere un arduo trabajo de todas las partes involucradas sostenido a lo largo del tiempo. Italia lo ha conseguido en diversos campos: la automoción, la decoración, la náutica… y, cómo no, también en la industria textil y de la moda.

 

Para que aquí se pudiera lograr deberíamos implicarnos todos: trabajadores, empresarios, diseñadores, empresas (grandes, pequeñas y medianas), patronales, sindicatos, medios de comunicación, un consumidor responsable y la administración, entre otros varios.

 

Quizás podría ser misión aglutinadora de la administración no únicamente haber creado la Mesa y juntar a su alre-dedor a sus subsectores, sino implicarse en intentar fomentar e incluso forzar la complicidad entre ellos alrededor de la denominada Marca España. En mi opinión, su posición “neutral” es en ocasiones cómoda para un ente que debe dar el mejor servicio a los sectores que dan nombre a su Ministerio.

 

Encontrar la voluntad de unión entre las partes no sería tarea fácil. Y el tiempo puede que tenga como límite el apoyo directo que la reina Letizia dedique a los Premios Nacionales de la Moda en el futuro.

 

En su corta vida, la Mesa y sus Premios, o los Premios y su Mesa, funcionan. Pero deben evolucionar para que el sector triunfe en unos momentos en que todos sus componentes, aunque por separado, han hecho un enorme esfuerzo por ser alguien en el internacional mundo de la moda.

 

Italia está más cerca, pero sigue muy lejos.

 

Para ser un verdadero sector con futuro, tenemos que seguir evolucionando, como hemos visto que han hecho los Pokémon…“Si algo funciona, evoluciónalo”.