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‘Show me the money’: la banca, el aliado tradicional de la moda, se reinventa en pleno ‘boom’ de las ‘start ups’

El sector ha tenido un alto grado de dependencia de los bancos en España, que copa en torno al 90% de toda la financiación del país. Las pólizas de crédito y las líneas de comercio exterior son algunos de los instrumentos bancarios más solicitados por las compañías de moda.

L. Molina

9 abr 2018 - 04:20

‘Show me the money’: la banca, un aliado tradicional para la moda en plena adaptación a las ‘start ups’

 

 

La banca, el aliado tradicional de la moda, se reinventa. Aunque las entidades bancarias continúan teniendo un peso preponderante frente a las opciones de financiación alternativas surgidas en los últimos años, el sector está adaptando su modelo de negocio a gran velocidad al nuevo escenario de emprendimiento vigente en el país. El surgimiento de cada vez más start ups, gracias en parte al creciente apoyo de las administraciones públicas y de actores privados como aceleradoras y business angels, está llevando a los bancos a crear unidades de negocio específicas para atender esta demanda.

 

“Los bancos están intentando conocer mejor las especificidades del sector en el que opera una empresa joven que le solicita financiación, porque así disminuyen riesgos”, explica Eloi Noya, docente del máster en digital business de Esade y director general de LoanBook, una plataforma de marketplace lending para pymes. “Por eso se están creando unidades específicas en los bancos para atender mejor a las start ups, con personal especializado en distintos ámbitos de actividad y sabe lo que debe preguntar para acertar a quién financiar y a quién no”, añade.

 

Los años de recorrido de una compañía siempre han sido un criterio clave para la banca a la hora de financiar, lo cual dejó fuera de su radar a la inmensa mayoría de empresas recién lanzadas al mercado o con una breve andadura, salvo que aportasen avales personales y el modelo de negocio resultase lo suficientemente atractivo. “Al final el banco se fija en la trayectoria de un grupo, lo cual le indicará si ha sabido captar las necesidades del mercado”, señala Noya.

 

 

 

 

Los grandes bancos han sido prestamistas tradicionales de los titanes de la moda en España. El pasado febrero, El Corte Inglés recabó el apoyo de diez nuevas entidades financieras para la refinanciación de su deuda, que asciende a 3.650 millones de euros. Entre los actores que se sumaron al acuerdo figuran los bancos BBVA, Bankia y Banc Sabadell. Se estimaba que la operación otorgase estabilidad financiera al grupo de grandes almacenes para los próximos cinco años.  

 

En julio de 2015, poco después de pasar a manos del fondo libanés M1, Pepe Jeans firmó con quince bancos un crédito sindicado de 300 millones de euros. La operación, liderada por Caixabank, Bbva y Santander, tuvo como objetivo financiar parcialmente la adquisición de la firma por parte de M1 y obtener recursos para sus operaciones.

 

 

Banca y moda: de las pólizas de crédito a las líneas de comercio exterior

Las compañías industriales, proveedores o fabricantes a su vez de grupos de distribución de mayor envergadura en sectores como el automovilístico o la construcción, suelen ser los que entrañan un menor recelo de la banca a la hora de obtener financiación, dada la naturaleza estable de su negocio, con una cartera de clientes estable. “La moda es mucho más volátil”, apunta Noya, dado que el acelerado cambio de las tendencias y las preferencias de los consumidores dificulta predecir el devenir del negocio, sobre todo en las empresas que concentran su negocio en el canal multimarca.

 

“Los bancos han cortado el grifo, tal y como está evolucionando el retail, ya no confían tanto en este sector”, subraya Gerhard van der Vorst, director de la oficina española de Gordon Brothers, especializada en financiación en base a activos.

 

Mikel Bilbao, socio de GBS Finanzas, matiza las palabras de Noya: “Aunque, en la realidad, este riesgo no es tal porque no existen compañías que se hundan por no vender una colección, pero es muy difícil explicárselo a terceros”, sostiene. Al mismo tiempo, el profesor de Esade señala que la estacionalidad de la moda es la que genera la mayor necesidad de financiación. De los diferentes instrumentos al alcance de los grupos del sector, las pólizas de crédito es el más flexible.

 

Este producto bancario consiste en poner a disposición de una compañía una determinada cantidad de crédito, del que puede ir disponiendo libremente para cubrir las necesidades que vienen hasta alcanzar su límite o bien su fecha de vencimiento. Aunque las pólizas de crédito pueden estar abiertas durante un plazo de un año, para empresas de moda suelen tener una duración de seis meses, el equivalente a las temporadas con las que trabaja la mayor parte del sector.

 

 

 

 

Estos instrumentos exigen el pago de intereses por el saldo dispuesto, así como de una comisión de apertura, también fijada en base a dicho importe, sin importar en este caso si se utilizan todos los recursos disponibles o no. Las pólizas de crédito también disponen de una comisión de no disponibilidad por el saldo del que no se ha dispuesto, que puede ser del 0,5%. “Conviene atinar bastante con el importe que se solicita por parte de la empresa”, advierte Noya.

 

Para aquellos grupos de moda que operan en el extranjero, las líneas de comercio exterior se han erigido como uno de los instrumentos más solicitados. El funcionamiento es similar al de las pólizas: el banco te ofrece una línea de crédito que permite a una empresa financiar la compra de mercancías importadas desde terceros países. También cuentan con comisión de apertura, aunque en este caso se suman otras muchas, derivadas de la operativa en el extranjero: cambio de divisas, gestión de documentos como facturas y albaranes de proveedores, etcétera.

 

Otro de los productos bancarios más comunes entre los operadores del sector son las línea de descuento comercial, mediante las cuales la entidad anticipa el importe de las ventas realizadas a terceros, admitiendo tanto letras de cambio como pagarés, recibos o certificaciones.  

 

 

La banca española, volcada en el emprendimiento

En los últimos años, los mayores bancos del país han dado pasos de acercamiento hacia el tejido empresarial más joven y disruptivo, sobre todo empresas del ámbito digital que presentan un elevado potencial de crecimiento y ofrecen, en muchos casos, elevados retornos de la inversión.

 

El pasado diciembre, Caixabank abrió en Barcelona un nuevo concepto de oficinas para DayOne, que concentra sus servicios financieros a las start ups. Próximamente, la entidad prevé sumar otras instalaciones para el mismo fin en Valencia, que se sumarán a las que abrió en Madrid en octubre de 2017. Al frente de DayOne está Carlos Trenchs, quien hasta el pasado mayo fue director general de Caixa Capital Risc, los fondos de inversión en start ups.

 

BBVA es otro de los bancos que también está apoyando a las empresas más jóvenes del país, con modelos de negocio basados en la innovación y la disrupción. La empresa opera con el fondo BBVA Ventures desde 2013 y, este año, tiene en marcha la mayor competición fintech del mundo, BBVA Open Talent, para la cual ya se habían registrado 150 empresas a finales del mes pasado, en la que será su décima edición.