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Sergio Fernandes (JLL): “Las marcas extranjeras buscan locales que no existen o son muy difíciles de conseguir”

Fernandes asegura que el ecommerce no es una amenaza, sino que propiciará la apertura de más tiendas, aunque quizás, con diferentes modelos.

S. Riera

22 sep 2016 - 04:45

 

Sergio Fernandes es director del retail de JLL. El ejecutivo se incorporó a la consultora inmobiliaria a principios de 2015 al frente de la división de centros comerciales y después de haber ocupado cargos de responsabilidad en Metro Properties, Unibail Rodamco y Sonae Sierra.

 

Pregunta: En 2015, el número de operaciones de retail en moda se disparó, ¿ha continuado esta tendencia en lo que va de año?

Respuesta: El número de operaciones está por debajo, aunque continúa siendo positivo. Tenemos la sensación de que este año la expansión de los retailers va a ser a partir de ahora más moderada porque en los últimos meses ha habido muchos movimientos. El número de locales que todo el mundo busca es cada vez más limitado y todos buscan lo mismo.

 

P.: Esta ralentización era, por tanto, previsible…

R.: En gran medida sí. No obstante, las previsiones para finales de 2014 y 2015 no fueron tan optimistas en la rapidez en que se produjo. Los más atrevidos fueron los que entonces apostaron por abrir tienda y los que, al final, se quedaron con los mejores locales. En 2013 y a principios de 2014 todavía era un momento difícil para tomar decisiones y hacer planes de expansión.

 

P.: ¿Se ha alcanzado ya el nivel de pre crisis en número de operaciones?

R.: Es diferente. En los años 2005 y 2006 es cierto que la expansión fue muy elevada y ahora también, pero después de la crisis, las empresas ya saben dónde hay que abrir y dónde no. No todos los sitios valen y esto limita mucho la rapidez en las aperturas. Por otro lado, también han aparecido nuevos conceptos de marca y modelos de calle que antes no existían y que limitan aún más la toma de decisiones.

 

 

P.: ¿Se han abierto nuevos ejes?

R.: Sí, pero de manera lenta. Gran Vía o Puerta del Sol, con sus calles adyacentes, son un ejemplo. La recuperación de una zona comercial, como es el caso de Canalejas, hace que se miren las calles de otra manera. En Gran Vía, por ejemplo, en el tramo más comercial, ya no hay disponibilidad. Ocurre lo mismo en Barcelona con las calles perpendiculares a Paseo de Gracia o Portal de l’Àngel.

 

P.: ¿Y nuevas ciudades?

R.: Depende de las marcas. Las internacionales, por ejemplo, siempre toman Madrid y Barcelona, con excepción del lujo, que a veces se decanta por Puerto Banús o Palma de Mallorca. Una vez asentadas aquí, se empieza a hablar de Bilbao, Valencia, Sevilla o incluso Málaga. El siguiente paso, que dan sobre todo marcas españolas, es ir a ciudades más periféricas, como San Sebastián, Vigo o Palma. En este negocio el tamaño sí importa.

 

P.: ¿Se contempla una nueva oleada de entrada de nuevos operadores?

R.: Ojalá. Pero cuesta. Vemos mucho interés de las marcas extranjeras por España, pero lo que buscan no existe o es muy difícil de conseguir, como un local de 2.000 metros cuadrados en Gran Vía, por ejemplo. Nos dicen que no tienen prisa y que cuando surja la oportunidad que buscan, les avisemos. Muchos de ellos también se replegaron con la crisis y se lo piensan muchos antes de volver.

 

 

P.: Para quién resulta más atractivo España, ¿gran distribución o lujo?

R.: Durante la crisis, las marcas low cost tenían un público muy sensible al precio, pero hoy en día esto ha cambiado. España vuelve a ser un destino atractivo para el turismo internacional. En 2016, estamos batiendo todos los records y todo indica que el año que viene será aún mejor. Viene turismo de compras y atrae a marcas que se dirigen a él. Es el caso de Marbella, por ejemplo. Por otro lado, también empieza a desarrollarse la economía general.

 

P.: ¿Sigue la fiebre por las macrotiendas?

R.: No le llamaría fiebre… sino una estrategia de mercado por parte de algunas marcas. Y, ¿cuáles son los parámetros que definen una macrotienda?

 

P.: Dígamelo usted…

R.: Es que depende de las marcas. Por ejemplo, para una enseña que sólo abre tiendas de 200 metros cuadrados puede ser una macrotienda un establecimiento de 800 metros cuadrados. Creo que es un modelo de flagship stores, de dar a la tienda un concepto distinto, de estrategia de comunicación.

 

P.: ¿El impulso del ecommerce pone en jaque el desarrollo del retail?

R.: Desde el punto de vista de la marca, no es una amenaza y, desde el nuestro, tampoco. Si no, todo lo contrario. No creo que las tiendas vayan a desaparecer, más bien pienso todo lo contrario. Habrá más tiendas, quizá con diferentes modelos, más pequeñas, con menos stock y con menos personal. Pero las estadísticas afirman que quien compra online también lo hace offline. La compra se multiplica, no disminuye.

 

P.: Las agencias de viajes cerraron…

R.: Pero los viajes no puedes llevártelos a casa y probártelos. La moda es un negocio diferente, en el que siempre será necesario tocar, ver y probárselo. Internet no es un sustitutivo en moda.

 

 

P.: En cuanto a los centros comerciales, ¿tenemos un parque obsoleto?

R.: Uno de los efectos de la crisis fue la desinversión y la falta de capacidad financiera para cuidar el centro comercial. Por otro lado, muchos son iguales entre ellos. ¿Por qué debe irse a uno y no a otro? Es importante que los centros sepan a qué tipo de público se dirigen.

 

P.: ¿Se refiere a centros comerciales temáticos?

R.: No tanto. A segmentar por posicionamiento, por precio, por tener una oferta más familiar, más deportiva o de más ocio. Lo determina la zona y el tipo de población en el que esté situado. Hacer más de lo mismo tiene consecuencias negativas. Xanadú, por ejemplo, tiene una pista de esquí. Era lo que lo hacía diferente y lo que atraía al público.

 

P.: ¿Ocurre lo mismo a nivel internacional?

R.: Hay muchas diferencias a nivel social y cultural para comprar. No es extrapolable. Aquí, por ejemplo, se disfruta de la comida, en una terraza, pero no hay todavía cultura de ir a comer o cenar al centro comercial. Pero llegará.