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Salvador Maluquer (CIE): “La fluidez aduanera perjudica a los países emergentes, que verán cómo les aumentan las importaciones”

S. Riera

12 dic 2013 - 04:55

Salvador Maluquer ha sido durante 35 años responsable de relaciones internacionales del Consejo Intertextil Español (CIE). El directivo, que abandonará sus tareas en Texfor y en el CIE a finales de año por su jubilación, rebaja el clima de euforia con el que la OMC cerró su último acuerdo de liberalización del comercio global en su último encuentro en Bali, que se celebró la semana pasada. En el capítulo de comercio, explica Maluquer, tan solo hay una declaración de compromisos para agilizar los trámites aduaneros. Queda todavía por abordar el desmantelamiento arancelario, la cuestión más difícil en el proceso de liberalización del comercio.

 

Pregunta: El acuerdo de Bali se vislumbra como histórico. ¿Lo es también para la industria española de la moda? 

Respuesta: Lo cierto es que no se ha entrado de lleno en el capítulo industrial, simplemente, porque es uno de los temas de más difícil consenso. Desde este punto de vista, apenas hay cambios. En el capítulo de comercio, se ha abordado la cuestión de las aduanas. Los países desarrollados ya tienen las aduanas organizadas, con programas para hacer que los procesos sean más estandarizados y más fluidos. En cambio, los países subdesarrollados cuentan con un sistema aduanero más rudimentario. En esta ronda se ha hablado de incentivar los esfuerzos en países en vías de desarrollo para que hagan más fluidos sus pasos aduaneros.

 

P.: ¿El acuerdo alcanzado es una cuestión de mejora de trámites aduaneros?

R.: La agilización del comercio del que habla la OMC en esta ronda es un tema puramente aduanero. El resto, tanto o más importante, son cuestiones agrícolas, en las que la India, por ejemplo, sale muy beneficiada. También contempla cuestiones de medio ambiente y de rebaja arancelaria, que a la Unión Europea poco afecta porque es de las zonas que tiene las tasas más bajas.

 

P.: Entonces, ¿mucho ruido y pocas nueces?

R.: De hecho, tan solo es una declaración de compromisos, que en los próximos meses se tendrá que ir desarrollando y estableciendo cómo va a aplicarse.

 

P.: Parecía que iban a poner fin a todas las trabas para garantizar un libre comercio de mercancías…

R.: Creo que la OMC tenía necesidad de dar un mensaje positivo, que garantizase su supervivencia, porque en las últimas rondas no ha habido grandes acuerdos. El nuevo presidente ha creado además muchas expectativas.

 

P.: ¿Ha perdido fuelle la OMC como organismo internacional?

R.: Digamos que estaba en un punto muy bajo, porque últimamente sólo se limitaba a solucionar pequeñas diferencias.

 

P.: ¿Estamos ante un acuerdo de mínimos?

R.: En lo que atañe al comercio, es un acuerdo importante en el sentido que sin este paso no puede darse el siguiente. Aunque no podemos cantar victoria. A veces, decisiones de la OMC han quedado en poca cosa. Han vendido optimismo, pero está todo por hacer.

 

P.: La patronal internacional de la industria de la confección (IAF, en sus siglas en inglés) hace una lectura muy satisfactoria de la cumbre de Bali, asegurando que es muy beneficiosa para la moda por ser una industria totalmente globalizada. ¿Lo es?

R.: Es cierto que este es un sector que está muy globalizado y, por tanto, reducir trabas aduaneras siempre le será positivo. La parte que hace difícil su aplicación es saber si habrá medios que lo hagan posible. También queda por ver hasta qué punto los países en vías de desarrollo tratarán de continuar protegiendo sus mercados. No niego la importancia del acuerdo, pero falta tiempo para ver si habrá o no mejora.

 

P.: Si hay países que continuarán con medidas proteccionistas, ¿hablamos o no de liberalización del comercio global?

R.: La fluidez aduanera es una petición de los países desarrollados, no de los emergentes o en vías de desarrollo, que verán como les aumentan las importaciones.

 

P.: Es raro que se le pida a los países subdesarrollados una mayor apertura, normalmente es al revés.

R.: Sí, los países en vías de desarrollo siempre han reclamado a los ricos que sean más aperturistas, sobre todo en materia agrícola.

 

P.: La industria textil siempre se ha quejado de ser moneda de cambio de la agricultura.

R.: Los países ricos protegen su campo y subvencionan su agricultura. Hasta ahora, en las últimas rondas, la OMC se ha negado a entrar en este tema y se ha negado a ir en contra de las políticas agrarias de los países desarrollados. El textil ha pagado estas decisiones. Los países en vías de desarrollo tienen dos grandes motores económicos, el campo y la industria textil, así que si la OMC no cedía en el agrario, se veía obligada a ceder en el textil.

 

P.: En lo referente al acuerdo comercial, ¿cuáles son los países que salen más beneficiados?

R.: Si facilitas el comercio, los que ganan son los países que más exportan.

 

P.: ¿Beneficiará así a las empresas españolas de moda, que en los últimos años se han volcado en la exportación?

R.: Sobre todo en las exportaciones a países de fuera de la Unión Europea. Y España cada vez exporta más fuera de la Unión.

 

P.: La última liberalización del comercio textil internacional, que supuso la supresión de las cuotas, sumió a la industria española del sector en una profunda crisis. ¿Están las empresas de hoy preparadas para este nuevo paso hacia una mayor liberalización comercial?

R.: Sí. El campo nacional y europeo, que es donde operan la mayoría de las empresas del sector, está ya muy liberalizado y los controles aduaneros son muy fluidos. Las cifras de exportación y el número de empresas que exportan crecen y esto indica que somos competitivos fuera. También es cierto que no ha habido otro remedio que curtirse y lanzarse a la lucha internacional. Gracias a esto, queda lo que queda. Estas medidas no tienen que dar miedo, siempre que sean recíprocas.

 

P.: ¿Cuánto más puede liberalizarse el comercio global?

R.: Uno de los temas que tiene sobre la mesa la OMC es el desarme arancelario. Estados Unidos y Europa lo defienden, mientras que los países emergentes lo frenan con periodos larguísimos para su aplicación y fórmulas que lo hacen difícil. ¿Quiénes son estos países emergentes? India, Brasil o Argentina, por decir algunos. Las bases sobre las que aplican sus rebajas arancelarias son tan elevadas que continúan manteniendo barreras difíciles de franquear.