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¿Qué son los ‘swaggers’? La nueva tribu urbana que debe vigilar la moda

Carolina P. Cela

16 nov 2015 - 04:45

 

Tiene dieciséis años, lleva pantalones vaqueros pitillo, camiseta holgada, zapatillas Nike Air Force blancas y gorra. En su teléfono móvil, con el altavoz puesto, suena una canción de rap mientras agita las manos siguiendo el ritmo de la música. Delante de la puerta del Apple Store de Barcelona, en la Plaza Cataluña, está Álex con otros dos amigos. Han quedado para “reunirse y sacarse unos selfies”, explica el joven. Son swaggers, la nueva tribu urbana formada por adolescentes que, según los expertos, debe de vigilar la industria de la moda. Los swaggers, como lo fueron en su día los punks o los heavies, pueden convertirse en un aliado de una determinada marca de moda, pero también en uno de sus mayores riesgos.

 

BershkaPull&Bear (ambas propiedad del gigante gallego Inditex) o Primark son algunas de las marcas de moda favoritas de este colectivo, según ellos mismos explican. Los swaggers, expertos en el manejo de Internet y de las redes sociales, también usan la Red para realizar sus compras de moda. “Compramos en Aliexpress sudaderas, camisetas y gorras porque es más barato y aunque tarde merece la pena”, explica Álex.

 

Adolescentes, fans de la música latina y desacomplejados, los swaggers se reúnen a diario a las puertas de las tiendas de Apple cogiendo el wifi que les regala Tim Cook. “Son adolescentes, pero también hedonistas, consumistas y compran en Primark porque necesitan demostrar su poder de compra continuamente, pero si a eso le añadimos la exposición en las redes sociales, donde exhiben toda su vida, multiplicamos por mil el ego y la necesidad de exponerse a los demás”, explica Inmaculada Urrea, socia fundadora de la consultora Sofoco Media.

 

 

 

La relación entre las marcas de moda y las tribus urbanas siempre ha sido tensa. Fred Perry tenía un sueño, ser tenista, y además de conseguirlo dejó un legado de una marca que ha fascinado a distintas generaciones. Lo que seguramente Fred Perry no se imaginaba cuando se inició en el mundo de la moda era la futura vinculación de su marca con los skinheads, quienes alrededor de los ochenta y noventa se vincularon a la marca y llevaron sus polos. “Siempre hay peligro y es complicado de gestionar cuando un público indeseable para una marca se asocia a ella”, señala Urrea.

 

El de Fred Perry no es el único caso. “A finales de los noventa, en París, los jóvenes parisinos hijos de inmigrantes hicieron una revuelta juvenil, donde quemaron coches y usaban polos de Lacoste; la marca estuvo diez años haciendo publicidad con modelos volando y con colores pastel para dulcificar la imagen y desasociarse de lo oscuro, de los suburbios y del extrarradio”, comenta Urrea.

 

Los swaggers, que están cogiendo como punto habitual de reunión los centros comerciales, se han convertido en noticia recientemente por protagonizar una pelea en el centro comercial de La Maquinista en Barcelona. El espacio, donde se reúnen más de doscientos menores, “se está convirtiendo en el punto de quedada de los viernes, donde vamos y nos encontramos con otros que tienen el mismo estilo”, dice Álex.

 

 

Tribus efímeras, sin filosofía ni ideología cultural

A pesar de seguir un estilo estético, los swaggers tienen un recorrido muy corto. “No creo que veamos esta tribu dentro de cinco años, los jóvenes cada vez son más superficiales porque la sociedad les educa para ello, y por eso las tribus ya no perduran en el tiempo -reflexiona Urrea-; lo que hoy es tendencia mañana ya no lo es y no tienen nada más profundo que la estética que llevan, no hay ideología ni cultura”.

 

A lo largo de la historia, han surgido diferentes tribus urbanas, todas ellas siguiendo un patrón estético. Pero, ¿por qué hoy en día aún existen heavys o rockeros? ¿Cuál es la caducidad de las tribus urbanas? Para Urrea, la clave está en que “la música hoy, como todo, es mucho más efímera, el rock y el heavy tienen un fundamento histórico y por eso las tribus que permanecen son esas”.

 

 

 

El papel de las redes sociales está cambiando la manera de relacionarse en las tribus urbanas. “Dentro de cinco años es posible que los swaggers no existan, pero lo que si va a seguir es la cultura selfie –afirma la experta-; antiguamente las fotos estaban asociadas a los recuerdos, era un momento efímero y ahora la foto es un fenómeno sociológico que perdura en el tiempo”.

 

En conjunto, los swaggers, no buscan la uniformidad. Son jóvenes que pretenden destacar a través de la individualidad “y no quieren situarse fuera de la cultura ni ser alternativos y desean la notoriedad y la aprobación social continuamente”, comenta Urrea.