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Pool, sólo para dandis

Virginia Fernández

16 abr 2012 - 04:35

Pool es un coqueto espacio de moda masculina, de apenas 35 metros cuadrados, ubicado lejos del bullicio de las principales arterias comerciales de Madrid.

 

Situado en una calle secundaria del barrio de Salamanca, sin escaparate y con un rótulo que reza galería de arte en vez del nombre de la tienda, Pool lo tendría complicado para darse a conocer si no fuera porque su concepto de tienda ha calado hondo en un nicho de mercado muy concreto: un hombre sofisticado, que busca diferenciarse con prendas de calidad, funcionales y con una historia interesante detrás.

 

Y es que Nicholas Benitz, creador de Pool, tiene muy claro el tipo de tienda que tiene entre manos. No es un concepto lifestyle, en el que una misma marca ofrece pantalones vaqueros y gafas de sol como si de variedades de pan se tratase. Para eso ya están otras tiendas. Pool es un espacio en el que conviven productos de diversas nacionalidades, aunque predominan las marcas italianas y británicas, y en el que más que marcas, se venden historias de fabricantes.

 

La mayoría de las firmas que alberga Pool tienen una historia que contar. Y eso, los clientes no sólo lo agradecen, sino que acaban buscándolo. Marcas como Woolrich, Swims, Drakes o Franco Bassi, entre otras, conforman la oferta de Pool.

 

Nicholas Benitz

Un producto que mezcla a la perfección patrones clásicos, tejidos novedosos y acabados excepcionales. Nicholas Benitz, el hombre detrás de este experimento (así le gusta llamar a su tienda), comenzó su carrera en el sector textil a la pronta edad de 16 años, trabajando en la primera tienda de Hackett en Londres.

 

Por aquel entonces la marca británica se dedicaba a la reventa de prendas de segunda mano. En los años 90, Benitz fue el encargado de abrir mercado en España, inaugurando el primer establecimiento de Hackett en Madrid, en la calle Jorge Juan.

 

Tras su etapa en Hackett, Benitz se desarrolló profesionalmente en Richemont Group, conglomerado de marcas de lujo entre las que destacan Chloé, Cartier o Net-à-porter, entre otras. En Richemont, Benitz se encargó del desarrollo de producto y diseño de tiendas, lo que le inspiró para crear su propia tienda en Madrid. Así nació Pool, en el año 2010, desafiando una de las más fuertes crisis económicas y de consumo con un producto íntegro y una experiencia de compra singular.