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Pedro Mansilla: “En la moda española no hay más genios porque el país no los quiere”

Custodio Pareja

15 oct 2012 - 04:41

Pedro Mansilla es sociólogo, periodista y crítico de moda. Mansilla, que ha colaborado durante los últimos veinticinco años con los medios de comunicación más importantes del país, acaba de organizar la exposición Cazadores de tendencia, un recorrido por las creaciones de los diseñadores españoles con más trayectoria en el sector. El experto asegura que la moda está sufriendo su propia crisis y que, si los diseñadores españoles quieren abandonar esta época austera, deberán fijarse en los mercados internacionales y los modelos de negocio que más están triunfando en el exterior.

Pedro Mansilla

Pregunta: Acaba de estrenar la muestra Cazadores de tendencias. ¿Cree que los diseñadores españoles son buenos cazadores de tendencias?

Respuesta: Supongo que sí. Lo que pasa es que el título es oportunista. El verdadero nombre debería ser los nombres esenciales de la moda española. Pensamos que una etiqueta como esta debería hacernos reflexionar. España no es un país especialmente conocido por crear tendencias, somos buenos en lo comercial. Los diseñadores españoles, en su mayoría, no tienen una habilidad innata para crear o cazar tendencias. El cazador necesita el animal al que va a cazar y el consumidor de moda español no es atrevido, es conservador.

 

P.: La moda española sigue sin arrancar en el mercado nacional y en el internacional. ¿Cuál es el problema?

R.: Hay dos problemas. Somos muy nuevos en el negocio del prêt-à-porter y la crisis no está ayudando a que se reconozca la moda española. Ahora mismo, la moda española no tiene prácticamente presencia internacional a causa de problemas con la gestión y la ausencia de los empresarios de moda. Además, hay que sumarle que el consumidor medio español es muy conservador y no apoya el diseño patrio. Mucha de la culpa la tiene el mercado. No hay más genios porque el país no los quiere.

 

P.: Muchos diseñadores españoles están viendo a sus firmas desaparecer a causa de la situación económica actual. ¿Cuál cree que es la solución?

R.: La solución es volver a insistir, empezar de nuevo y confiar en que las nuevas promociones estén más preparadas. Ahora los diseñadores tienen que ir al banco a negociar, han bajado de ese estrellato, y tienen que ser más empresarios que nunca. Hasta que no aprendan que tienen que ser empresarios, este sector no avanzará.

 

P.: ¿A España le gusta la moda de los diseñadores españoles?

R.: Probablemente no, porque somos muy esnobistas  y papanatas. No me cabe duda de que una mujer rica prefiere gastarse 1.800 euros en un bolso que ponga Prada antes que Josep Font, aunque sea más bonito. Se está comercializando el marquismo y eso hace que la moda ya no sea tan creativa.

 

P.: ¿Cuál es el impacto de grandes cadenas como Mango o Zara en la moda española?

R.: Han hecho mucho daño, pero no sólo en España. En el mercado internacional, la falda que vende zara en Milán, es una falda que no vende Armani. Zara ha puesto contra las cuerdas a muchos diseñadores. Han hecho que muchos creadores deban cambiar sus colecciones y ha retirado del mercado a mucho consumidor que se conforma con lo que ofrece Zara.

 

P.: ¿Qué piensa sobre que un gigante de la distribución de moda, como es Inditex, apoye una pasarela como la antigua Cibeles?

R.: Yo a esta colaboración le doy una lectura más elegante. Lo que hizo Inditex creo que es más un posicionamiento de su imagen. Quien piense que Zara va desfilar en Cibeles está loco. Yo lo entendí como una operación de puro márketing. Y, por cierto, qué menos que el grupo de distribución de moda más grande del mundo, que es español, apoye a la moda en este país.

 

P.: La gran distribución también está apoyando a diseñadores independientes con colaboraciones, como Carmen March con Cortefiel y Miguel Palacio con Hoss Intropia. ¿Cree que es una solución?

R.: En ambos casos no les quedaba más remedio. Carmen March llegó a cerrar por no vender y Miguel Palacio iba por el mismo camino. Ambos tenían unos precios demasiado caros y si seguían insistiendo en su modelo de negocio perderían dinero. Por otro lado tanto a Cortefiel como a Hoss, les venía bien que dos diseñadores como ellos fueran la cara visible de la marca. Estaban condenados a entenderse.

 

P.: El consumidor ha cambiado y  ahora antepone el precio a la calidad. ¿Cree que si los diseñadores españoles cambiaran de estrategia tendrían más futuro en un país como España?

R.: Claro que sí, pero no todos son ventajas, ya que el diseño es creatividad, y a eso no se puede renunciar. Los diseñadores están ensayando este modelo y están estudiando una bajada de precios. El problema es que aún piensan que qué una camisa se venda a 250 euros  les da un diferencial y les posiciona. Aceptar que su solución es hacer camisas a 50 euros les cuesta mucho, pero si finalmente no les queda más remedio, deberán hacerlo a la fuerza. Los diseñadores preferirán aceptar que la moda debe ser más económica y bajar el nivel a desaparecer del mercado.

 

P.: Muchos expertos del sector piensan que la moda española no termina de arrancar porque el sistema de financiación creado por los propios diseñadores no es el adecuado. ¿Cree que es así?

R.: Los diseñadores españoles no viven sólo de las subvenciones. Existen, y está claro que se puede cuestionar si es una buena opción o no lo es, pero no sólo viven de eso. Si se suprimen las ayudas a la moda, por qué no se suprimen también las del apoyo al papel, al fútbol, al pan… En este momento, meterse con la subvención a la moda española es hacerle el juego a nuestro peor enemigo. Este es un momento fatalista, y vivimos una época en la que ha cambiado el paradigma del consumidor de moda. Ahora no se vende moda de autor porque hay una gran oferta barata, y esto antes de que existieran las grandes cadenas era imposible.

 

P.: ¿Y cree en la democratización de la moda?

R.: Hay una desafección de la moda y la propia moda está pasando de moda. Esta es la consecuencia de la democratización. Yo creo en esto, pero ha hecho que la gente se sobresature y se sobre informe. La élite está ya aburrida del mundo de la moda y empieza a interesarle otra cosa. La nueva tendencia es irse a las antípodas y volver al hecho a medida, descubrir nuevas firmas, bolsos sin logotipo. La moda es así.