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Óscar Gámez (Aiccor): “Todas las empresas están buscando la fábrica inteligente”

El empresario riojano del calzado, al frente de la empresa familiar Garmaryga, es el nuevo presidente de la Asociación de Industrias del Calzado y Conexas de La Rioja (Aiccor) y el Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja (Ctcr).

S. Riera

24 may 2018 - 04:44

Óscar Gámez (Aiccor): “Todas las empresas están buscando la fábrica inteligente”

 

 

El empresario riojano del calzado Óscar Gámez se ha colocado al frente del sector en su región. Gámez, miembro de la segunda generación de la familia fundadora de Garmaryga, especializada en calzado de seguridad, explica que el sector debe seguir trabajando en proyectos de I+D para continuar siendo competitivo y esquivar la guerra del precio. El empresario acaba de ser nombrado presidente de la Asociación de Industrias del Calzado y Conexas de La Rioja (Aiccor) y el Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja (Ctcr), tomando el relevo a Basilio García tras una década en la organización.

 

Pregunta: ¿Estamos ante una nueva etapa en la industria del calzado en La Rioja?

Respuesta: No es una nueva etapa. Con el tiempo, Basilio García simplemente necesitaba ceder el relevo. Llevaba con él cinco años en el comité ejecutivo. Ahora, hemos hecho una renovación de la junta para dar continuidad a los proyectos que ya estaban en marcha, como los que tenemos junto al centro tecnológico.

 

P.: ¿Cuál sería la principal línea de trabajo actualmente?

R.: Ganar en valor añadido, ya sea en diferenciar el producto, la marca o en la internacionalización.

 

 

 

 

P.: ¿Sigue teniendo la patronal su función cohesionadora?

R.: Seguimos animando a las empresas a que participen, a que nos comuniquen sus inquietudes para crear nuevos proyecto de I+D e interactuar entre nosotros. Hay que seguir potenciando que las empresas entren en estos proyectos que generan valor añadido. Ahora somos en la asociación un total de 137 empresas asociadas, y no sólo del sector, también se han integrado compañías de transporte o de servicios informáticos. No quisiéramos que nadie se quedara fuera.

 

P.: ¿Qué impacto ha tenido la crisis en el sector riojano del calzado?

R.: Si se refiere a la desaparición de empresas durante la crisis… han sido pocas, por no decir ninguna. La producción ha descendido, eso sí, pero las empresas se han mantenido. Durante este periodo, algunas compañías también han externalizado parte de su producción fuera de España.

 

P.: Pero si algo caracteriza el calzado riojano es que mantiene su fabricación en el territorio…

R.: En otras industrias, sí se han quedado con empresas que son meras comercializadoras, para el márketing, el canal o el cliente. Aquí sí que hay alguna así, pero la mayoría, además de hacer todo esto, también controlan la fabricación.

 

 

 

 

P.: ¿Por qué no ha habido deslocalización en La Rioja?

R.: Arnedo siempre ha sido una ciudad emprendedora, con empresarios que han salido de la primera fábrica de calzado que hubo, Calzados Sevilla, en las décadas de los cincuenta y sesenta. Trabajaron 750 obreros. Algunos de ellos salieron y crearon otras empresas. Desde siempre el empresario ha buscado tener la fábrica aquí porque aporta valor.

 

P.: ¿En qué favorece mantener la producción en casa?

R.: Buscamos mejorar las plantas de producción para ser más competitivos. Competir es precio es muy difícil, pero sí podemos hacerlo en calidad o en tiempo de respuesta, entre otros valores. Es aquí donde debemos ser fuertes.

 

P.: Tampoco producen para terceros…

R.: En algún caso puntual. Pero es cierto que la mayoría tiene sus propias marcas. Sí hay fábricas que producen para terceros, pero son las propias marcas de la zona que acuden a ellos cuando no dan abasto.

 

 

 

 

P.: Pese a la crisis, ¿el sector ha continuado invirtiendo?

R.: Todos tenemos que estar innovando, ya sea mejorando líneas de fabricación, en proyectos de I+D o en márketing. La innovación es algo natural porque las empresas quieren aumentar el volumen, vender más. No te puedes parar, el mercado no te deja. Siempre tienes que ir un paso por delante. El que para se queda fuera. Llevamos muchos años así y será esta la tónica general si queremos estar en la industria 4.0, con robots o informatizando la fábrica, para continuar siendo competitivos.

 

P.: ¿Han entrado en la industria 4.0?

R.: Cada vez más. Interesa que las empresas estén más digitalizadas. Todas tienen proyectos para controlar el stock o robots en las líneas de producción. Se están adaptando cada vez más, buscando la fábrica inteligente.

 

P.: ¿Cuál ha sido la transformación más significativa del sector en La Rioja en la última década?

R.: Principalmente, la digitalización. Hace diez años, todo era más rudimentario, mientras que ahora todo está más controlado para tener una mayor capacidad de respuesta al mercado, que cada vez es más global. Hoy en día, podemos vender en cualquier sitio del mundo.

 

 

 

 

P.: ¿Hay emprendedores en la región que quieran dedicarse al calzado?

R.: Casi todas las empresas son familiares, la mayoría en segunda generación o incluso en tercera. Esto conlleva que las personas que las retoman son gente preparada, con ideas nuevas, y pueden adaptarse mejor al mercado. Siempre hay empresas que incorporan a gente de fuera en su equipo directivo cuando no encuentran el perfil en casa.

 

P.: El calzado español tiene reconocimiento exterior, pero el sector, pero a tener una federación que lo une, no está integrado. ¿Se trataba en ello?

R.: Hay conexión a través de la Federación de Industrias del Calzado Español, donde se tratan los temas en Yecla, en Almansa o Elche, y se busca mejorar en cómo atraer inversores y compradores internacionales. Luego, cada uno tiene sus problemas y necesidades, porque no es lo mismo el calzado de Mallorca que el de La Rioja, por ejemplo.

 

P.: En los últimos años, ha surgido un boom de start ups de calzado, promovidas por emprendedores que no proceden del ámbito del calzado. ¿Contribuyen a dinamizar el sector?

R.: Al final, todo lo que sea aportar es bienvenido. Pero es cierto que muchas de estas empresas que no proceden del calzado, controlan el mercado, la atención al cliente y el diseño, pero exteriorizan la producción a terceros países.