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Núria Nubiola (Back to eco): “En circularidad nunca se habla de un ecosistema cerrado”

Montse Bayén y Nuria Nubiola, cofundadoras e impulsoras del proyecto de economía circular Back to eco, sostienen que, para que una empresa sea sostenible, debe estar en constante búsqueda e innovación para adaptar su proceso productivo.

Ainoa Erdozain

20 oct 2021 - 04:40

Núria Nubiola (Back to eco): “En circularidad nunca se habla de un ecosistema cerrado”

 

 

Desde un proyecto de economía circular, hasta su propia marca de moda. Montse Bayén y Nuria Nubiola son cofundadoras e impulsoras de Back to eco, una asociación, fundada en 2017, destinada al reciclaje y reutilización de prendas vaqueras. Dos años después de su puesta en marcha, las emprendedoras dieron el salto y crearon Infinit Denim, una marca ya con ánimo de lucro que cuenta con una tienda en el Eixample barcelonés y especializada también en la producción de prendas a partir de denim reciclado. Bayén y Nubiola hacen balance de los desafíos a los que se enfrentan las compañías al emprender con un proyecto sostenible y los retos que afronta el sector de la moda circular, pasando por la transparencia y la trazabilidad.

 

 

Pregunta: ¿Es más fácil emprender hoy día con un enfoque sostenible?

 

Montse Bayén (M.B.): Ser sostenible está de moda y esto hace que sea más fácil emprender, pero tener un negocio sostenible no es nada fácil. Por un lado, sí que abre puertas al mercado pero, realmente, llevar a cabo la sostenibilidad en un emprendimiento es complicado.

 

 

P.: ¿Es más importante ser trazable y transparente que ser muy sostenible?

 

Núria Nubiola (N.N.): Qué fue primero, ¿el huevo o la gallina? Son dos cosas que se complementan entre sí. Justamente cuando quieres ser transparente es porque lo estás haciendo bien. Nosotras intentamos cumplir las dos cosas y también, por qué no, ser transparentes explicando que hay cosas que aún no has conseguido porque son incluso materiales que aún no se han desarrollado, pero que estás en ese camino. Es una forma de mostrar la realidad de los proyectos sostenibles, que estamos en constante búsqueda e innovación. La sostenibilidad también va de eso.

 

 

P.: La sostenibilidad, al principio, estaba muy ligada a ONG u organizaciones sin ánimo de lucro. ¿Es la sostenibilidad poco sexy para la industria de la moda?

 

M.B.: Antes sí. Ahora, ya no. Realmente, ha evolucionado mucho y el mercado ya lo dice. Grandes marcas, marcas no tan grandes y muchos diseñadores están apostando totalmente por la sostenibilidad y esto se refleja mucho en el producto y en el diseño final.

 

N.N.: Se podría decir que es un gran logro de los últimos años. Cuando nosotras empezamos en 2016, aún no había lo que hay ahora. En muy pocos años ha habido una explosión de diseño y sostenibilidad que está muy bien.

 

 

 

P.: ¿Hasta qué punto se puede escalar la circularidad?

 

N.N.: Al 100%.

 

M.B.: Sí, aunque nosotras no lo hemos conseguido todavía y, en el mundo de la moda, tampoco lo ha conseguido nadie. Todavía falta mucha innovación.

 

N.N.: Falta mucho todavía, pero el camino utópico es lo que te ayuda a avanzar hacia la meta. También es verdad que en circularidad nunca se habla de un ecosistema cerrado. La gracia será que un día también nosotras tengamos un residuo que no podamos procesar y se lo acabemos mandando a una metalurgia para que lo procese, estando todos conectados. Hay que intentar llegar a una situación cercana a un residuo cero, que ya sería mucho.

 

 

 

 

P.: ¿Está dispuesto el cliente a pagar más?

 

M.B.: Depende del cliente. Hay clientes que sí y hay clientes que no. Con la política de precios tenemos mucha discusión. Es difícil. El cliente cada vez está más concienciado y puede apostar por una moda circular y sostenible. Aunque, a veces, le cuesta el hecho de tener que pagar más.

 

N.N.: Nuestro taller trabaja mucho para otras empresas que tienen unos precios de productos producidos en la otra punta del mundo, sin materiales sostenibles, y es imposible que nosotras podamos ofrecer eso. Tenemos que dar un valor añadido. Ahora estamos trabajando ofreciendo datos: equis horas de trabajo social hechas en Barcelona, equis ahorro de agua, equis ahorro de CO2… Estamos a tope para dar a nuestros clientes un certificado sostenible y social. Este tipo de iniciativas son las que hacen que proyectos como el nuestro tengan un plus. En las empresas, no sólo cuenta la buena voluntad. Volviendo a la pregunta de sostenibilidad o trazabilidad, podemos ser muy sostenibles pero la empresa quiere que le demos un papel que se lo explique y en eso estamos.

 

 

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P.: A la hora de desarrollar el proyecto Back to eco, ¿ha habido barreras?

 

M.B.: Nos hemos encontrado miles, muchas barreras. Nosotras somos Back to eco pero también tenemos una marca de moda, Inifinit Denim. En relación a si la moda es poco sexy, tenemos un material que es el denim postconsumo y, una barrera que nos hemos encontrado es que nuestro color siempre es o el azul, o el gris, y esto te limita mucho en las colecciones. Esto es una barrera muy grande en cuanto a diseño y el cliente final debe entenderlo. Nosotras nunca podremos tener una colección de ropa con la variedad de colores que pueda tener otra marca, y esto es una barrera clarísima.

 

N.N.: Con los materiales también. Cuando queremos hacer una mochila, no utilizamos nada de origen animal e intentamos que todo sea de procesos circulares o sostenibles, y hay momentos en los que no encontramos el material o, si lo encontramos, es muy caro. El trabajo también se basa en buscar apoyo, redes o colaboraciones. Para fabricar los cinturones de seguridad, contactamos con una empresa que nos facilitó cinturones de seguridad con tara, que ahora es un valor añadido en nuestros productos que queda muy bien. La sostenibilidad se trata de eso, de ir buscando. En unos años ya no, pero en este momento nos ha tocado mucho repensar los diseños porque no queríamos piezas metálicas y tampoco queríamos cremalleras.

 

M.B.: El diseño es una gran barrera.

 

N.N.: Sí, y también nos ha tocado explicarlo mucho al cliente final cuando preguntaba. Al final estamos intentando hacer diseño circular un poco estricto. Si ponemos una cremallera, el producto ya no se puede volver a procesar directamente para hacer triturado e hilatura. Toca aguantar un poco la tensión de nuestros valores.

 

 

 

 

P.: A la hora de emprender con un proyecto sostenible, ¿falta apoyo institucional?

 

M.B.: En nuestro caso no. Personalmente, hemos tenido apoyo tanto de la Generalitat como del Ayuntamiento de Barcelona. Ahora estamos en Maresme con el proyecto de innovación para emprendedores Reimagine Textil.

 

N.N.: Estaría bien que a todos los que lo estamos haciendo bien nos bajaran los impuestos, porque nos lo estamos ganando.

 

 

P.: El tercer sector, ¿qué rol juega?

 

M.B.: Hacemos mucha red con el tercer sector. Nosotras que tenemos un taller propio, también nos apoyamos en otros talleres sociales que hay en Barcelona o en otras entidades que nos apoyan en ciertas partes del proceso de producción.

 

N.N.: La impresión, por ejemplo, la hacemos otra entidad social y, ahora, también nos están ayudando en confección. Lo bueno de este mundo es que se trabaja más cooperativamente que en otros sectores.

 

 

P.: ¿Se puede emprender el cambio únicamente desde un enfoque cívico, o hace falta realmente el apoyo de grandes empresas?

 

M.B.: Las grandes empresas juegan un gran papel, aunque no lo parezca. Evidentemente, el cambio en materia de personas y el cambio cívico se nota, pero si es verdad que quien va a hacer un gran cambio van a ser las grandes empresas.

 

N.N.: Las grandes empresas y el Gobierno, que les aprieta también, por ejemplo, con la prohibición de quemar el excedente textil. Ellos son los que tienen más poder y las empresas tienen que seguirles, claro.