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Nihil Obstat, de las novias al prêt-à-porter pasando por los musicales y el teatro

S. García

25 sep 2013 - 04:47

Poco imaginaban Armiche Rodríguez y Javier Martín Galán que, siete años después de fundar su firma, habrían pasado de hacer únicamente moda nupcial a tener una colección de prêt-à-porter y una importante trayectoria en musicales, cine y teatro. Y es que en el taller de Nihil Obstat, su marca de moda, se ha llevado a cabo el vestuario de películas como Savage Grace o de musicales como My Fair Lady, Hoy No Me Puedo Levantar o Sonrisas y lágrimas, además de haber confeccionado, cada año, alrededor de una veintena de vestidos de novia.

 

“Desde el primer momento tuvimos claro que queríamos tener un taller de costura clásico, en el que hacer piezas atemporales que formaran una colección permanente, a la que añadir, año tras año, más prendas”, explica a Modaes.es Armiche Rodríguez, cofundador de Nihil Obstat.

 

Con ese objetivo, Rodríguez y Martín Galán se instalaron en la calle Serrano Anguita, tras haber pasado por los talleres de firmas tan relevantes para la historia de la moda española como Sybilla, y buscaron un nombre propio con el que entrar en el negocio de la moda. El que les encajó fue Nihil Obstat, abreviatura de la frase nihil obstat quominus imprimatur.

 

Esta oración, realizada por un censor de la iglesia católica, es la aprobación oficial desde el punto de vista moral y doctrinal de una obra que aspira a ser publicada. La frase se traduce como no existe impedimento para que sea impresa, aunque también puede traducirse como si nada lo impide.

 

Siete años después de fundarse, Nihil Obstat tiene presencia en casi una decena de puntos de venta de toda España y cuenta con una plantilla formada por tres personas, además de los trabajadores de talleres externos a los que se subcontrata cuando existe mucha carga de trabajo.

 

Aunque actualmente las clientas pueden pedir cita y acudir al showroom de la enseña para poder adquirir sus prendas, el objetivo de Nihil Obstat es abrir su primera tienda propia. “Queremos tener un espacio propio de pequeño tamaño, algo que podamos controlar”, explica Rodríguez. “Pero es una gran inversión y tenemos que estudiarlo bien”, añade.

 

Otro de los planes de Nihil Obstat es empezar a distribuir sus prendas fuera de España para depender menos del mercado nacional. El primer paso que quiere dar la firma es acudir a ferias para darse a conocer en el extranjero y captar la atención de compradores internacionales.

 

Estos proyectos tienen como objetivo principal reforzar la posición de la firma en el mercado y mejorar la cifra de negocio de la empresa, que actualmente ronda los 150.000 euros.