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Net-a-Porter, la joya rentable del ecommerce con la que Amazon se pondría de moda

P. Riaño

30 mar 2015 - 04:50

Net-à-Porter, la joya rentable del ecommerce con la que Amazon se pondría de moda

 

 

Quince años de historia. Más de 2,5 millones de usuarios cada mes. Beneficios desde hace más de una década y, sobre todo, unos márgenes que superan a los de la media de los negocios online. Estos son algunos de los atractivos de Net-a-Porter, la plataforma online de venta de artículos de gama alta que Amazon ha comenzado a cortejar. Si bien Amazon no ha confirmado el movimiento y fuentes del mercado apuntan que las conversaciones se encuentran en un estadio muy preliminar, de completarse la operación Amazon cerraría la mayor adquisición de su historia y conseguiría una fuerte palanca para adentrarse en el negocio de la moda, donde quiere entrar rompiendo su imagen de plataforma para productos de bajo precio.

 

Net-a-Porter se puso en marcha en junio de 2000 de la mano de Natalie Massenet, una ex periodista de WWD que detectó un hueco en el negocio de la distribución de moda de gama alta a través de la Red. La empresaria, que lanzó la compañía desde su piso en el barrio londinense de Chelsea, creó una revista online en la que los usuarios podían hacer click para comprar las prendas.

 

Tras ponerse en marcha con una inversión inicial de 1,2 millones de libras, Net-a-Porter inició un rápido crecimiento que le llevó a llamar la atención de los principales grupos de moda del mundo. Finalmente, en 2010, la plataforma online pasó a manos de Richemont, el segundo mayor grupo de lujo del mundo, por detrás de LVMH.

 

Richemont, que ya controlaba el 33% Net-a-Porter, pasó a controlar el 93% de la compañía, que facturaba entonces 120 millones de libras (163 millones de euros) y sumaba 600 empleados. La operación valoró a Net-a-Porter, en beneficios desde 2014, en 350 millones de libras (475 millones de euros).

 

Cinco años después, Net-a-Porter podría haber multiplicado por cuatro su valoración. Fuentes del sector han fijado en 2.000 millones de dólares el precio que estaría dispuesto a pagar Amazon. Por otro lado, a principios de 2014, Bank Vontobel realizó una valoración de Net-a-Porter a partir de la salida a bolsa de Zalando y situó el valor de la empresa de Richemont entre 2.700 millones de dólares (1.992 millones de euros) y 3.380 millones de dólares (2.494 millones de euros).

 

Según la entidad, las ventas de Net-a-Porter en 2013 se situaron en 550 millones de euros. Basándose en un múltiplo de entre 3,7 y 4,3 veces la cifra de negocio, la plataforma de ecommerce podría estar valorada entre el 6% y el 7% de los 47.600 millones de francos suizos (38.914 millones de euros) que vale Richemont.

 

El grupo suizo, propietario de firmas como Monblanc o Cartier, no presenta cifras desagregadas de sus marcas. Net-a-Porter es uno de los principales activos de la división “otros negocios”, que también incluye Chloé, Alaïa, Dunhill, Giampiero Bodino, Lancel, Peter Millar, Purdey y Shanghai Tang.

 

Esta división registró en 2014 una cifra de negocio de 1.495 millones de euros, con un alza de cerca del 5% respecto al año anterior. El conjunto de marcas de este área de negocio, que representa sólo el 14% del conjunto del grupo, acumuló el año pasado unas pérdidas operativas de 80 millones de euros, más del doble que un año antes.

 

La adquisición de Net-a-Porter por parte de Richemont fue interpretada por el sector como un movimiento ambicioso de la empresa suiza, muy centrada en la joyería y la relojería. El año pasado, sin embargo, el mercado comenzó a especular con la venta del negocio online. Entre las opciones figuran una salida a bolsa en 2015 o el traspaso del activo a otro grupo.

 

Amazon es, de momento, el único nombre que ha aparecido en la quiniela de la compra de Net-a-Porter. La adquisición de la empresa fundada y dirigida actualmente por Natalie Massenet parece un movimiento lógico para el grupo estadounidense, que ha afirmado públicamente que la moda es una categoría estratégica.

 

La compra de Net-a-Porter proporcionaría a Amazon un negocio con mucho margen, dado el nivel de las marcas que comercializa. Por otro lado, las propias marcas permitirían elevar el posicionamiento de Amazon, que para adentrarse en moda deberá romper con la imagen de producto barato y entregas rápidas.

 

No sería la primera ocasión en que Amazon se hace con una compañía especializada en el negocio de la distribución de ropa y calzado. En 2006, por ejemplo, el grupo estadounidense se hizo con la plataforma Shopbop, que vendía marcas como Diane Von Furstenberg o Juicy Couture. En 2009, Amazon pagó alrededor de 547 millones de dólares por el distribuidor de calzado Zappos, y, un año más tarde, se hizo con la española BuyVIP, especializada en la venta de stocks de marcas de moda.