Back Stage

Miguel Palacio: “No se puede ser ni diseñador a medias ni empresario a medias”

Virginia Fernández

13 feb 2012 - 04:30

Hace poco más de una semana Miguel Palacio presentó su tercera colección para Hoss Intropia en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Una colección en la que la prenda estrella fue indiscutiblemente el vestido, a la rodilla y camisero, anudado con la que es ya la seña de identidad del creador: la lazada.

 

En su propuesta para el próximo otoño-invierno también destacan los pantalones pitillo (los grandes olvidados en esta última edición), sedosas camisas de gasa y brillos y paillettes para la noche. Prendas con un toque art decó que aúnan a la perfección un carácter novedoso y a la vez cien por cien comercial.

 

Esa doble visión, la combinación de diseño y comercialidad, viene caracterizando a Palacio desde que en febrero de 2011 firmó un acuerdo de colaboración con la marca española Hoss Intropia. “Hoss no estaba buscando activamente un diseñador con el que aliarse y yo no me planteaba seriamente unirme a una marca” relata Palacio.

 

“Sin embargo -prosigue-, vivo muy cerca de una de las tiendas de Hoss Intropia y yo, que soy muy curioso y me gusta observar, estudiaba casi a diario la magnífica evolución de la marca tanto en diseño como en calidad. Casi por casualidad, a través de unos conocidos, me presentaron a Constan (Hernández, fundador de Hoss Intropía) y fue así como empezamos a hablar”.

 

La colaboración permite a Palacio nutrirse de un partner que le facilita vender no sólo en España, sino también en el extranjero. Por su parte, Hoss Intropia se diferencia de su competencia con una colección prêt-à-porter diseñada por un creador reconcido, con más de 10 años de experiencia en el sector.

 

Según Palacio, “todo diseñador debería formar parte de una estructura industrial en la que encaje a la perfección. Los creadores tenemos una personalidad y la industria de la moda española otra. Hay que encontrar la pareja ideal de cada uno, el tipo de empresa con la que explotar lo mejor de cada uno”. “Compartir un mismo lenguaje es complicado, pero sin duda es la clave”, agrega Palacio.

 

No obstante, aunque estos matrimonios empresariales funcionan, algunos diseñadores españoles continúan agarrándose a la idea de sobrevivir por su cuenta y riesgo. Para Palacio, querer competir individualmente en un segmento de prêt-à-porter es la crónica de una muerte anunciada.

 

“Hay que ser consciente -afirma- de que en el prêt-à-porter o juegas en la misma liga que las marcas internacionales o tienes la batalla perdida”. Ello significa disponer de puntos de venta en las mejores ubicaciones y poder ofrecer un servicio a la altura del precio que se demanda, entre otras cosas. Y el mayor problema de la industria creativa española es que intenta competir en precio pero no en lo demás.

 

De ahí la importancia de unirse a una gran empresa. “No podemos ser ni diseñadores a medias ni empresarios a medias, pero es lo que conseguimos si pretendemos trabajar solos”.  Y es que para Miguel Palacio “intentar avanzar sólo ya no pertenece a nuestro tiempo”.