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Marc Puig, el matemático de la perfumería

Sarah García

12 abr 2013 - 04:50

Marc PuigMarc Puig es un hombre ambicioso. El directivo, que asumió la presidencia del grupo de perfumería Puig en 2007, sabía perfectamente lo que quería desde que entró en la empresa familiar y consiguió dar la vuelta a una tesorería de lo más debilitada con una revisión detallada de las cuentas y con acuerdos de licencia con enseñas como Valentino y Prada. Con sólo una operación importante a sus espaldas, la compra de Jean Paul Gaultier, el directivo tiene por delante un proceso de expansión internacional y de posibles adquisiciones que, según él mismo ha dicho alguna vez, debe llevar a Puig hasta el quinto lugar de la lista mundial de perfumería selectiva.

 

Marc Puig Guasch, nacido en Barcelona en 1962, es uno de los cinco hijos de Mariano Puig y forma parte de la tercera generación de la familia que lidera la empresa, a la que se incorporó a principios de los 90, cuando los cuatro hermanos Puig Planas (Antonio, Mariano, José María y Enrique) decidieron empezar a ceder las riendas de la compañía. En el año 2000, nombraron a Javier Cano como presidente para que liderara la transición del grupo. Cano ha sido el único presidente no familiar que ha pilotado la empresa de perfumería y cosmética.

 

Frío y analítico, Puig fue durante cinco años adjunto a la dirección general de Antonio Puig. El directivo, que ocupó varios cargos en Estados Unidos hasta llegar a presidir Carolina Herrera, volvió a Barcelona en 2001 para hacerse cargo de la división de moda de la compañía. Ese año, la compañía realizó un cambio en su estructura y pasó de estar organizada por países a hacerlo por divisiones de negocio.

 

Casado y con dos hijos, Marc Puig asumió el cargo de consejero delegado de Puig en 2004. Actualmente, el ejecutivo es, junto a su primo Manuel Puig Rocha (vicepresidente de la compañía), el líder de un grupo poco transparente del que trascienden pocos detalles más allá de los productos que lanzan al mercado. Mientras Marc Puig es más racional en sus decisiones, Manuel es más intuitivo y creativo, por lo que está más dedicado a la imagen de marca de las enseñas que integran el grupo, propietario de Carolina Herrera, Nina Ricci, Paco Rabanne y Jean Paul Gaultier.

 

Celoso de compartir planes de expansión y estrategias de negocio con los medios de comunicación, Marc Puig tiene como referencia a su padre, Mariano, que consiguió hacer grandes adquisiciones como las de Myrurgia y Nina Ricci, que incrementaron el volumen de negocio de Puig de forma considerable. Sin embargo, parece que al directivo se le escapan las oportunidades, o por lo menos, las últimas que ha tenido. Burberry no quiere a un socio que gestione sus perfumes y Valentino ha sido adquirida por un grupo de inversión de Qatar.

 

Para Puig, licenciado en Ingeniería Industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y MBA por Harvard, la operación de Jean Paul Gaultier no es suficiente. La sombra de su padre parece ser muy alargada para un directivo que quiere que la compañía que dirige, con unas ventas de más de 1.500 millones de euros, se cuele en los cinco primeros puestos de la lista de líderes mundiales del sector de la perfumería y, de paso, de la moda.