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Business Women Empowerment

Mar Oña (Tendam): “La falta de igualdad es una brecha por la que se pierde talento”

La directora de asesoría jurídica de Tendam reflexiona sobre la situación de la mujer en el sector, y afirma que “al final las cosas no han cambiado tanto como esperábamos en el espacio de tiempo en el que la mayor parte nos remitimos”.

Carmen Juárez

6 mar 2020 - 04:37

Mar Oña (Tendam): “La falta de igualdad es una brecha por la que se pierde talento”

 

 

Es una de las mujeres más fuertes en la moda en España. Mar Oña, secretaria general y del consejo de administración de Tendam, afirma que aunque el sector de la moda está más avanzado que otros, “no podemos sacar pecho” y tenemos que seguir mejorando en cuestión de igualdad. La directiva defiende que tanto el Gobierno como las empresas tienen que tomar medidas para impulsar este cambio, que “esperábamos que fuera más rápido”, ya que “la falta de igualdad es una brecha a través de la que se pierde talento”.

 

 

 

 

Pregunta: ¿Ha cambiado algo desde el inicio del movimiento Me Too?

Respuesta: Este movimiento hizo aflorar una situación que estaba hasta cierto punto oculta y la pone en el centro de la agenda pública. Sí que es verdad que, aunque genera más conciencia social de la existencia, en este caso, de conductas abusivas en círculos de poder determinados, en términos prácticos no sé hasta qué punto en un entorno profesional o empresarial tiene efectos muy inmediatos. Lo que sí que creo, más allá de si es consecuencia del movimiento Me Too o de esa conciencia social generada, es cierto que cada vez hay más grupos, foros de discusión o de ideas que inciden en la promoción de la igualdad de las mujeres. Creo que al final el volumen, el mayor número de iniciativas, tendrán una capacidad de influencia práctica más significativa.

 

P.: ¿Tiene repercusión empresarial?

R.: Todo lo que tiene alcance universal, como el movimiento Me Too, incide de forma más directa o indirecta. Aunque es verdad que compañías como Tendam, o muchas otras, ya hace años que trabajan y tienen en marcha iniciativas en materia de igualdad de mujeres. Promover la igualdad, generar oportunidades de carrera, iniciativas de conciliación o de flexibilización, en un contexto como el nuestro, no es que sea nada nuevo. Hace muchos años que trabajamos en ello.

 

 

 

 

P.: En moda, la mujer es la principal consumidora, quien toma las decisiones de compra y es el grueso de la fuerza laboral, ¿por qué está en un segundo plano en la dirección?

R.: Ojalá tuviera la respuesta mágica, pero creo, o intuyo, que porque más allá de la moda como el producto o servicio desde el punto de vista del consumo, como negocio o industria no es muy distinta de cualquier otro sector. Al final la infravaloración de mujeres en puestos directivos se ve influenciada por un montón de factores distintos, sean históricos, personales o socioculturales. Venimos de donde venimos, y el tiempo que lleva al cambio es más o menos ágil. En la moda, tras años en los que el cambio se apreciaba y era relativamente ágil, hemos pensado que el cambio ahora iba a ser mucho más rápido. Al final las cosas no han cambiado tanto como esperábamos en el espacio de tiempo en el que la mayor parte nos remitimos. Este parón no nos lo esperábamos. Lo que sí que es cierto es que más allá de la rapidez con la que surgen las cosas, lo que hay que hacer es persistir en buscar ese cambio. También es cierto que cada vez hay más mujeres en puestos directivos y altos rangos de influencia, tanto en moda como en otros sectores. Además, el hecho de que haya más mujeres genera nuevos referentes y normaliza la situación, y hace que el ascenso para nuevas generaciones sea más natural.

 

P.: ¿El sector de la moda es más avanzado que otros en cuestión de igualdad?

R.: En mi trayectoria profesional he trabajado en diferentes sectores, y creo que el sector de la moda es más avanzado. Comparado con otros tiene mucho recorrido, no digo que la representación femenina en puestos directivos sea la ideal, pero lo cierto es que, comparado con otros, es más alta.

 

P.: Entonces, ¿no existe una brecha mayor en la moda que en otros sectores?

R.: No. En cuanto a sector, creo que, comparado con otros, la moda iría ligeramente por delante, aunque no estamos como para sacar pecho. También es cierto que, en el sector de la moda, las mujeres hemos estado tradicionalmente más presentes en puestos más creativos y comerciales. Teniendo esa base en la que cuantitativamente las mujeres representamos tanto, esto hace que el acceso a puestos directivos sea numéricamente superior.

 

 

 

 

P.: ¿Tiene consecuencias económicas la desigualdad?

R.: Sin ninguna duda. La falta o la ausencia de igualdad de oportunidades es una brecha a través de la que se pierde talento. No generar estas oportunidades hace que ese talento se pierda por el camino. Además, la diversidad, tanto de género, como de orígenes, como de raza o de edades, genera valor. Y esa generación de valor es creación de riqueza. Así que en la medida en que esa diversidad no exista, la consecuencia es que conlleva un coste.

 

P.: ¿Qué medidas tienen que tomar las empresas para cambiar esta situación?

R.: La situación actual no está mal, pero no podemos darnos por satisfechos. En Tendam vamos a poner en marcha este año un proyecto para poner un foco y actuar en medidas específicas por la formación y promoción interna del talento femenino. Es un reto que es ambicioso, porque nuestros objetivos son que en 2025 las mujeres representen el 60% de mandos intermedios, frente al 55% actual, y el 50% en la alta dirección, frente al 30% de ahora.

 

P.: ¿Y los gobiernos?

R.: Por supuesto, el Gobierno tiene que ser cabeza de lanza y tomar medidas. Pero sobre todo servir de ejemplo y predicar con él. Es cierto que las administraciones trabajan y seguirán trabajando en esto. En España hay dos medidas relativamente recientes muy positivas: la extensión de los permisos de paternidad para igualar a los de maternidad y otras más intangibles, como que existan hoy obligaciones para las empresas que nos obliga a hacer públicos información de tipo sociolaboral, retratándonos en materias de iniciativas, evoluciones o ratios. Tener que hacer pública esa información es también un aliciente para hacer cosas. Además, este Gobierno, que tiene una iniciativa especifica en esta materia, se espera que sea especialmente activo.

 


 


P.: ¿Cómo será el escenario en el futuro?

R.: Espero que sea mejor, sobre todo eso. La presencia de mujeres en entornos profesionales es cada vez mayor, y esto hace que el cambio sea cada vez más fluido en lo que es el modelo social, porque hay un componente social muy importante en el que hay que vencer ciertas resistencias. Estamos viviendo un momento histórico en el que la velocidad del cambio, en un montón de facetas, es probablemente más rápida de lo que ha sido nunca. Las cosas cambian mucho y muy rápido, sobre todo más rápido de lo que ha sucedido antes. Podemos ser optimistas y pensar que en esta materia el ritmo de cambio se acelerará. En este sentido, las nuevas generaciones, que viven en la incertidumbre del cambio, gracias a su contexto, tengan reticencias menores y contribuyan a acelerar el cambio.

 

P.: ¿Qué reto tienen las mujeres en el ámbito laboral?

R.: Lo primero es que aquellas mujeres que quieran hacerlo deben formar parte de la toma de decisiones en el mayor nivel empresarial. Y digo aquellas que quieran porque es importante señalar que no hay un modelo único que pueda considerarse válido. Cada una somos muy libre de fijar nuestros propios objetivos y fijar el punto de equilibrio entre nuestras inquietudes de cualquier esfera. Lo importante es que tengan la oportunidad de hacerlo. También aquí hay una cosa importante que intento transmitir, y vale tanto para hombre como para mujeres, que es pedirlo. Es verdad que acceder a nuevas responsabilidades y retos conlleva incertidumbre, es natural que genere cierto miedo y falta de confianza, pero estos son barreras que hay que vencer, pero no podemos dejar que nos paralice. Vemos mujeres súper válidas a las que le falta dar ese paso adelante y decir, “lo quiero yo”. Los hombres tienden más a desarrollar confianza en sí mismos y a postularse para puestos, mientras que las mujeres son más reactivas. El mundo es de los valientes, si quieres algo, levanta la mano y pídelo alto y claro.