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Manu Díaz, el negociador del textil español

Dicen de Manu Díaz que, hoy en día, es el negociador del textil español. De talante tranquilo y pragmático, Díaz es vicepresidente del Consejo Intertextil Español (CIE) y se mueve con comodidad en la empresa y en el ámbito patronal.

Pilar Riaño

19 oct 2020 - 04:39

Manu Díaz, el negociador del textil español

 

 

Agustín Aranzábal fue uno de los hombres de confianza de José Antonio Camacho en la Eurocopa del 2000. El lateral izquierdo, que pasó el grueso de su carrera en la Real Sociedad, fue internacional en 28 ocasiones. Aranzábal, a quien el fútbol le venía de familia (hijo de José Agustín Aranzabal Askasibar, Gaztelu), comenzó su trayectoria en el césped del CD Bergara. Allí, Manu Díaz su primer entrenador.

 

Manu Díaz es, tal y como le definen empresarios y directivos patronales, el negociador del textil español. Nacido en 1965 en uno de los corazones textiles nacionales, el municipio guipuzcoano de Bergara (de donde toma su nombre el azul bergara del tejido con el que se fabrica ropa de trabajo), Díaz es hoy vicepresidente del Consejo Intertextil Español (CIE), aunque llegó a ser también su presidente, y ha negociado convenios y acuerdos en un sector tan poco dado a los pactos como el textil.

 

 

De padre salmantino y madre guadalajareña, Díaz parecía destinado a terminar trabajando en el sector, aunque sus progenitores eran operarios del metal. En los setenta, Bergara, que tiene unos 15.000 habitantes, llegó a contar con treinta compañías textiles. Tras estudiar Derecho en San Sebastián y hacer sus pinitos en el juzgado de Bergara, Tavex, entonces uno de los gigantes del sector, llamó a su puerta.

 

En 1991, Díaz se incorporó a Tavex como asesor jurídico y terminó convirtiéndose en secretario general. En aquel momento, la histórica textil española, hoy en horas bajas, se encontraba en pleno apogeo: acaba de salir a bolsa, había comprado siete plantas en Valencia y estaba creando estructura en Marruecos. Salvo por un breve paréntesis en 2008 (en el que fichó por una cooperativa de Mondragón), Díaz permaneció en Tavex hasta 2016.

En paralelo, el directivo forjó su carrera en el ámbito patronal, que comenzó con la presidencia de la Asociación Industrial Textil de Proceso Algodonero (Aitpa) en 2008. En 2012 se puso al frente de Texfor, hasta que en 2016 fue nombrado presidente del CIE relevando a Alejandro Laquidain, que dejó tras de sí uno de los mandatos más convulsos de la patronal.

 

“En aquella época, él defendía los intereses de Aitpa y de Texfor, pero con tranquilidad y de forma pragmática, sin entrar en la confrontación directa”, recuerda un directivo presente en las negociaciones, que terminaron con el cisma en el CIE y la salida de la patronal de Fedecon y la Asociación Española del Género de Punto. “Hoy en día, cuando hay que acercarse a Fedecon, todos miramos a Manu -confiesa un industrial-; es lo bueno de un negociador, que no se aferra a su postura y está abierto a que otros piensen diferente”. Díaz, que suele repetir la expresión “vamos a hablar a calzón quitado”, afirma que una de sus virtudes es tener “cintura política”, algo que aprendió de Enrique Garrán (ex presidente de Tavex) y Salvador Maluquer, un histórico fontanero de la política textil europea.

 

 

Pero, aunque en el campo de la política y la empresa se mueve con total comodidad, donde realmente controla el balón es sobre el césped. “En los setenta, en el País Vasco los chicos jugaban a fútbol o a pelota y yo era poco hábil en pelota…”, recuerda Díaz. Tras pasar por las filas del Bergara, no con demasiado éxito deportivo, encontró su verdadera pasión: entrenar. Con 17 años entrenó a su primer equipo y, salvo algunas “excedencias” (como cuando sus hijos, que hoy tienen 25 y 21 años, eran pequeños), siempre ha estado en los vestuarios. Desde hace cinco años, es director deportivo del Bergara, que tiene 450 jugadores y jugadoras y 50 entrenadores y monitores. “Somos como una pyme, salvo por el presupuesto”, bromea.

 

Nueva etapa: la política del fútbol

 Manu Díaz acaba de comenzar una nueva aventura: la política del fútbol. A principios de septiembre presentó la plataforma Garai Berriak, con la que aspira a la presidencia de la Federación Guipuzcoana de Fútbol, liderada durante los últimos 32 años por Juan Luis Larrea. Si consigue su objetivo, deberá compatibilizarlo con sus dos placeres. Padre de dos hijos (el mayor canterano de la Real Sociedad y la pequeña capitana del CD Bergara), dice que él y su esposa sólo tienen un “vicio”, viajar. Además de hacer un gran viaje una vez al año, Díaz se pirra por un buen concierto, y si es de Pablo Milanés, de Los Secretos o de Sting, mejor.