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Luis Solís (IE): “Las entregas gratis son una etapa transitoria que no va a permanecer siempre”

Después de que las grandes empresas de paquetería anunciaran que subirían los precios a sus clientes, el profesor de estrategia de operaciones y supply chain de IE Business School analiza la situación del sector. 

C. Juárez / S. Riera

14 mar 2019 - 04:41

Luis Solís (IE): “Las entregas gratis son una etapa transitoria que no va a permanecer siempre”

 

 

Seur ha anunciado en los últimos días su decisión de subir precios a sus clientes ante el impacto del comercio electrónico en sus cuentas y como él, varios gigantes de la paquetería. Este movimiento añade más presión aún a los márgenes de las empresas de moda. Luis Solís, profesor de estrategia de operaciones y supply chain de IE Business School explica que, aunque algunas ya estén dentro, no todas las compañías están preparadas para el online debido tanto a la falta de inversión como de talento para gestionar este canal.

 

Pregunta: DHL, MRW o Seur han dicho que subirán precios, que el modelo actual de las entregas en el ecommerce es insostenible. ¿Es rentable el ecommerce?

Respuesta: Sí. El ecommerce es un modelo rentable para la mayoría de las empresas que lo tienen, aunque no todas están preparadas para ello. Hay compañías que se encuentran en un grado diferente de adaptación, pero lo que está claro es que, desde el punto de vista de combinar el canal físico y online, el impacto ha sido positivo para todas las empresas. Aunque existen grupos, en menor medida, que no ven que el negocio sea rentable.

 

P.: ¿Hasta qué punto estos costes frenan el desarrollo del canal del online?

R.: Las empresas de paquetería no pueden dejar de servir a los operadores online ni estos pueden prescindir de sus servicios. Ambos grupos deberán llegar a un acuerdo para operar de la forma más eficiente posible.

 

P.: Son todas ellas empresas de paquetería que entraron en el negocio de las entregas online. ¿Tienen la estructura adaptada para ello?

R.: Muchas empresas de logística no tiene las condiciones necesarias para implementar los cambios que ha traído el canal online. Además de la inversión de capital que supone para las compañías, también requiere una inversión en talento y capital humano que no están llevando a cabo. Por eso muchos grupos especializados en el sector no están preparados debido a la falta de conocimiento y experiencia para gestionar los cambios.

 

 

 

 

P.: ¿Cree que el consumidor debería pagar por este servicio?

R.: La evolución de la manera de pensar del consumidor en este aspecto es como una bola de nieve. Hasta ahora, todos se han acostumbrado a que el canal online sea gratis o lo más barato, pero esto es una etapa transitoria que no va a permanecer siempre. Las personas que quieran que su pedido se entregue de forma inmediata tendrán que pagar un plus más alto. El futuro va encaminado hacía ahí.

 

P.: ¿Las entregas en una hora son una utopía?

R.: No desde el punto de vista de que los costes los asuma el consumidor. El modelo de entrega rápida y gratis no será posible. Las empresas tendrán que modificar sus servicios de entregas ultrarrápidas y detectar qué pedidos son urgentes y si el consumidor está dispuesto a pagar por ello.

 

P.: ¿Qué elementos deberían cambiar para que el negocio de las entregas fuera sostenible?

R.: Las empresas deberían tener muy claro el tipo de capacidades que tiene que desarrollar para servir las necesidades de sus clientes en cuanto a rapidez, evolución, confort y disponibilidad de productos y servicios. Además, los grupos tienen que tener en cuenta que hay clientes que demandan otras cosas, no lo más barato. La poca disponibilidad de tiempo personal hoy en día ha hecho que algunas empresas tengan que ofrecer servicios adicionales y los clientes estén dispuestos a pagar por ello.

 

 

 

 

P.: ¿Se necesita reinventar de nuevo el servicio de las entregas?

R.: Sí. Y para llevar a cabo el nuevo servicio, las empresas tendrán que manejar dos áreas: ser más eficiente en los procesos que tengan que ver con los datos de los consumidores para buscar alternativas e implementar nuevas vías de ingresos a través de nuevos modelos.

 

P.: Las devoluciones, por otro lado, han empezado a saturar las entregas. ¿Se había previsto su elevado índice y se habían contemplado medidas para actuar?

R.: Este segmento de la logística es uno de los que tienen mayor potencial actualmente. Las empresas no se habían dado cuenta del problema que podrían suponer las devoluciones, por lo que han salido a la luz compañías para paliar este asunto. De hecho, este sector es uno de los que tiene mayor proyección de crecimiento dentro de la logística, además de ser uno de los motores de la atención al cliente.

 

P.: ¿Las empresas de última milla son parte de la solución?

R.: Claro, este segmento también tendrá un largo recorrido en el futuro de la logística en la medida de que estos operadores sean capaces de prestar servicios a un gran número de empresas online.

 

 

 

 

P.: ¿Qué papel juegan en este sector los riders (Glovo, Uber…)? ¿Es este el futuro de los transportistas?

R.: Absolutamente. Hay una proliferación de este tipo de trabajadores ya que para las empresas especializadas es una forma más ágil de transportar los pedidos. El reto de este ámbito está en la coordinación de toda la red de empleados para crear un servicio consistente y confiable.

 

P.: También se debate mucho sobre las condiciones laborales de este tipo de empleados, ¿hacia dónde evoluciona el modelo?

R.: Es una de las partes más críticas de la cadena y donde más debate hay. Las empresas deberán regular las condiciones de sus empleados. Pero los consumidores también forman parte del cambio de este sistema. De hecho, la tendencia de la sostenibilidad también ha llegado a este sector, con consumidores mucho más concienciados con el impacto social y que están dispuestos a pagar más por el producto mientras las condiciones de los empleados sean las correctas.

 

P.: ¿Cómo deben cambiar las ciudades para que esto sea posible?

R.: La gran mayoría de ciudades no están preparadas para el reto de la última milla, que ha supuesto un impacto muy importante para la estructura de las urbes. En los próximos años veremos una creciente regulación por parte de los Gobiernos para conseguir gestionar de manera más eficiente el flujo de pedidos y el tráfico que supone.

 

P.: ¿Surgen nuevos modelos de negocio para dar respuesta a este nuevo escenario? ¿Qué tipo de empresas veremos nacer en este entorno?

R.: Ahora es el momento de mirar hacia Japón y los países asiáticos, donde se están implementando nuevos modelos logísticos que modificarán el sistema actual. Por ejemplo, hay una empresa japonesa que está desarrollando vehículos aéreos operados por personas que servirán para la entrega de productos en ciudades congestionadas. Ahí está el futuro.