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Los jeques de la moda

Sarah García

23 abr 2013 - 04:40

Valentino, Tiffany, Le Tanneur o Harrods. Todas estas compañías forman parte, ahora, de la cartera de los inversores árabes. Fondos qataríes, inversores particulares o grandes corporaciones son ahora dueños en parte, o en su totalidad, de compañías emblemáticas de la industria de la moda. En los últimos años, este tipo de operaciones entre empresas europeas e inversores árabes se han multiplicado y cada vez son más las enseñas que optan por este tipo de alianzas para financiar su crecimiento. Estos inversores se han convertido en los jeques de la moda.

 

Aunque no hay un año exacto en el que la inversión árabe se empezó a multiplicar en el continente europeo, 1985 podría ser perfectamente una fecha destacada en el calendario. Ese año, Mohamed Abdel Moneim Fayed se hizo con el control de los grandes almacenes Harrods.

 

El multimillonario egipcio se convirtió entonces en la cara visible de una de las marcas británicas del lujo por excelencia. Fayed se desprendió de la compañía tras veinticinco como su propietario en 2010 y la vendió por 1.800 millones de libras (2.104 millones de euros) a los que actualmente son unos de los inversores árabes más activos: la familia real qatarí.

 

Actualmente, el empresario, que es padre de cinco hijos (uno de ellos, Dodi, fallecido en un accidente de coche junto a Diana de Gales), es propietario del club de fútbol londinense Fullham FC.

 

Bajo el paraguas del emirato se han formado multitud de entidades inversoras que han llegado a Europa dispuestas incluso a tomar posiciones en los grupos más establecidos del continente, como PPR, Richemont o LVMH. En el caso de este último, Qatar Holding (brazo inversor del fondo soberano Qatar Investment Authority) se hizo con el 1,03% del capital en marzo de 2012.

 

No obstante, el imperio de la moda que están construyendo estos inversores se inició con una pequeña compra: Le Tanneur. En junio de 2011, Qatar Luxury Group (que forma parte de las sociedades de inversión del emirato) se hizo con el 52,7% de la compañía francesa especializada en la fabricación de artículos de piel.

 

La operación, que supuso un desembolso de 15,1 millones de euros, permitió a Qatar Luxury Group introducirse en el sector a través de una enseña con historia y basada en el oficio artesano.

 

Pero los inversores qataríes no tuvieron suficiente con pequeñas operaciones y decidieron saltar a la primera línea de la industria. Este cambio de estrategia se vislumbró en julio de 2012, cuando Mayhoola for Investments, vehículo inversor participado por un fondo de inversión del emirato, desbancó a otros interesados como el grupo Puig y se hizo con el control de Valentino.

 

La firma italiana, que formaba parte del grupo Red & Back (propiedad del fondo Permira e integrado por Valentino Fashion Group y Hugo Boss), fue vendida por alrededor de 750 millones de euros, aunque la cantidad no fue confirmada por fuentes oficiales. De este modo, los inversores árabes conquistaban Italia, tercer país europeo en el que tenían activos de moda tras Reino Unido y Francia.

 

En noviembre de ese mismo año, y también en Italia, el emirato anunció su entrada en el capital del Fondo Strategico Italiano (FSI), con el que ha creado una joint venture para invertir en empresas italianas de los sectores de la moda y el lujo.

 

La compañía resultante, que se llama IQ Made in Italy Venture, cuenta con un capital de 2.000 millones de euros, que aportarán los dos socios a partes iguales en un periodo de cuatro años. Aunque en un principio la empresa sólo iba a invertir en empresas de moda y lujo, finalmente también lo hará en sectores como la alimentación, el mobiliario, el turismo y el ocio.

 

Tan sólo un mes después, en diciembre de 2012, Qatar Holding anunció la creación de un fondo dotado de 300 millones de euros para invertir junto a La Caisse des Dépôts (CDC) en pequeñas y medianas empresas francesas.

 

El fondo soberano empezó 2013 tal y como acabó 2012: invirtiendo en enseñas de moda y lujo, pero esta vez, estadounidenses. En marzo de este año, Qatar Investment Authority (QIA) elevó por cuarta vez en un año su participación en el capital del grupo estadounidense de joyería Tiffany, hasta el 11,3%.

 

QIA entró en el capital del grupo en abril de 2012, cuando compró el 5,2% del capital. En diciembre de 2012, el fondo elevó su participación hasta el 7,8% y en febrero de 2013 incrementó su peso en el capital hasta el 8,7%.

 

Hace un mes, el fondo volvió a ser protagonista de la actualidad por el posible lanzamiento de una oferta de más de 8.000 millones de libras (9.200 millones de euros) por el grupo británico Marks & Spencer. Si finalmente esta operación se cierra, QIA ampliaría su cartera de marcas y entraría en la inversión en grandes almacenes de posicionamiento más bajo.

 

Así lo ha hecho ya Divine Investment SA (Disa). La compañía, integrada por inversores de Qatar y con sede en Luxemburgo, se hizo a principios de abril con los grandes almacenes franceses Printemps por 1.600 millones de euros, dejando atrás a otros candidatos como Galeries Lafayette.

 

Pero los inversores el emirato no sólo apuestan por las compras, sino que ya han iniciado un plan para expandir sus marcas propias en Europa. El pasado febrero, Qatar Luxury Group anunció que había alquilado un local en la Avenue Montaigne para instalar allí el primer punto de venta en Europa de su nueva enseña de lujo Qela. La marca, que se lanzará el próximo mayo en Doha, tiene previsto crecer en las principales ciudades del continente.

 

El establecimiento de París, ubicado en el número 50 de la Avenue Montaigne, cuenta con una superficie comercial de 500 metros cuadrados y se encuentra al lado de otras enseñas de lujo como Chloé y Dior, además de estar muy cerca de los Campos Elíseos, una de las principales zonas comerciales de la capital francesa.

 

Además del punto de venta en París, Qatar Luxury Group se encuentra buscando ubicaciones en otras capitales mundiales como Nueva York y podría expandir la red de tiendas de Qela a ciudades como Los Angeles, Milán, Londres, Tokio, Hong Kong o Singapur.