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Los gigantes de la moda, a por nuevas ‘cunas’ de talento para captar innovación

Las inversiones en start ups alcanzaron su pico en 2016, con cifras que alcanzan los 176.000 millones de dólares. La necesidad de innovar y acercarse al cliente son las principales causas por las que grandes compañías se asocian y apoyan a las más pequeñas.

Martí Ventura

3 abr 2017 - 04:44

Los gigantes de la moda, nuevas ‘cunas’ del talento para testar innovación con menor riesgo

 

 

LVMH, H&M, L’Oréal, Galeries Lafayette, Vente Privée o Shiseido tienen ya sus propias aceleradoras de start ups. Por primera vez, los gigantes de la moda han empezado a reclutar e impulsar el talento desde casa. A través de estas fórmulas, los grandes operadores del sector pueden testar la innovación con un riesgo menor que si lo desarrollaran de manera directa. Se trata de una tendencia mundial, a la que la moda llega tarde y España, también.

 

En 2016, las inversiones de capital riesgo en start ups de todo el mundo alcanzaron su punto más alto en cinco años, con un crecimiento del 19% y un valor de 176.000 millones de dólares, según el informe Global Innovation Investment Report de Crunchbase. Las empresas de este tipo especializadas en el negocio de la moda con base en Europa e Israel, además, consiguieron cerrar acuerdos corporativos por cerca de 1.200 millones de euros el año pasado, tal y como se desprende del informe European Tech Funding Report 2016, elaborado por Tech.eu. Con estas cifras, el negocio de la moda consiguió posicionarse como la cuarta industria más atractiva a ojos de los inversores internacionales.

 

Las grandes compañías de moda han tendido la mano a las más pequeñas durante este año y 2016. Vente Privée ha sido la última en incorporarse a esta tendencia con la creación de la aceleradora Station F. H&M, por su parte, comenzó a realizar en 2015 el certamen Global Change Awards a través de H&M Foundation, en el que el ganador puede acceder a una inversión de un millón de euros por parte de la empresa y la posibilidad de desarrollarse en la aceleradora de la fundación, Accenture y del KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo.

 

Erik Bang, responsable del Global Change Award, de H&M Foundation, opina que “toda industria debe innovar para salvaguardar el medio ambiente, con nuestra competición aceleramos el cambio”.

 

Por otro lado, Paloma Castellano, directora de Wayra Madrid, introduce el término fashion tech, que engloba también el retail tech, y que hace referencia a las innovaciones referentes al sector de la moda y belleza. Estas son las tecnologías que las grandes compañías buscan en las más pequeñas, e invierten sus recursos para introducirlas a su modelo de negocio.

 

 

L’Oréal ha sido una de las empresas del sector que más ha apostado por la innovación y la inversión en start ups. En mayo del año pasado, el grupo invirtió en la aceleradora británica Founders Factory, con quien impulsará a cinco empresas de moda y la belleza en fases iniciales cada seis meses y desarrollará conjuntamente dos compañías al año. Además, en diciembre de 2016 el grupo francés invirtió en el fondo de capital riesgo Partech Ventures.

 

LVMH creó el nuevo fondo de inversión LVMH Luxury Ventures para invertir en empresas en etapas iniciales en febrero de este año, así como hizo Rebecca Minkoff con VF Fund en enero. Asics y Shiseido también lanzaron fondos para el desarrollo de estas compañías el año pasado; Asos unió fuerzas con la aceleradora Wayra (propiedad de Telefónica), y Galeries Lafayette puso en marcha una incubadora propia el pasado noviembre.

 

La llegada de la tecnología, la digitalización y los modelos disruptivos de negocio ha revolucionado el sector de la moda y las grandes compañías han tenido que buscar nuevas maneras de innovar y acercarse al cliente. Para conseguirlo, María Eugenia Girón, directora del Observatorio Premium del IE e inversora, explica que “las empresas se han dado cuenta que es más eficaz y exitoso comprar la innovación que desarrollarla internamente”.

 

 

Los beneficios que las start ups aportan a los grandes grupos de la moda y la belleza son muchos. “La compañías de moda pueden dar soporte a ideas disruptivas en las etapas iniciales de su creación sin tener que considerar el riesgo en perder su inversión”, argumenta Bang.

 

Porque, según Castellano, “en una empresa grande, la innovación es difícil de encontrar, no está en su foco, pero ayudando a otros puede aprender también de ellos”. Además, añade que “la agilidad de las start ups les permite hacer muchas cosas y proyectos disruptivos que una gran empresa no puede hacer, a parte de la posibilidad de asumir riesgos”.

 

Javier Mejías, de Startupxplore, explica que las compañías del sector “llegan tarde, pero que invierten ahora porque han perdido el contacto con sus clientes”, a lo que añade que “trabajan con un modelo muy diferente, con un mercado que demanda mucha tecnología, y es más fácil comprar la innovación que hacerla in house”.

 

 

En cuanto a los beneficios para la propia empresa apoyada, la mayoría de expertos coinciden en que el tener a un cliente grande, con una gran red de distribución y mucho volumen, es una de las mejores maneras de impulsar su negocio y escalar. “El mejor inversor que una start up puede tener es el cliente”, sentencia Girón.

 

Sin embargo, Mejías advierte también de los peligros de la entrada de una gran compañía al capital de una empresa de reciente creación. “En el corto plazo, lo que mejor le irá a una start up es trabajar con una grande, pero hipoteca su futuro y le puede bloquear de buscar nuevos inversores”, explica. Girón añade que “uno de los mayores retos es el de mantener el espíritu innovador una vez adquirida por un gran grupo”.

 

En este punto, Castellano diferencia entre los tipos de relación que puede haber entre una compañía y una start up, poniendo el ejemplo de Wayra y Telefónica. “Por una parte trabajamos con una aceleradora y entramos en una etapa muy temprana de la empresa con el objetivo de hacerla crecer y que incorporamos a nuestro negocio ofreciendo sus productos a nuestros clientes, como es caso de Brandtrack.fm”, explica. “Por otro lado, hay otras empresas en las que entramos con un objetivo financiero, para venderlas una vez desarrolladas, como Lamásmona”.

 

 

Ante esta nueva tendencia, Girón hace hincapié en que no sólo se invierte para innovar en la tecnología, sino que también hay otras áreas que las empresas están interesadas en impulsar. “La inversión en el mundo digital la vemos con L’Oréal, pero también hay empresas que innovan en el campo de la sostenibilidad”. La experta señala el ejemplo de la compra de Edun, una marca sostenible, por parte del grupo LVMH. Girón añade en este aspecto que hay dos maneras de acercar la innovación a la empresa: o invertir en crearla, o desde la perspectiva de las incorporaciones.

 

En el caso de la H&M Foundation, Bang explica que la industria en general debe innovar en cuanto a la incorporación de la sostenibilidad en el sector e iniciativas como el Global Change Award ayuda a acelerar este cambio. “Con el precio ayudamos a esos que pueden convertirse en los game changers”, dice. Por otro lado, añade que “ni la fundación ni H&M reclama ningún derecho de financiación ni de propiedad intelectual en las innovaciones”.

 

En España, las grandes empresas del sector de la moda aún no han comenzado a invertir de manera directa en start ups. Sin embargo, Girón opina que “es un camino sin retorno” porque, según los datos del Observatorio Premium, el 85% de la gente que compra producto de lujo consulta primero en Internet pero luego sólo un 10% compra online, con lo que esta diferencia debe estrecharse a partir de la innovación.