Back Stage

Londres: De cómo Kate Moss también dicta la moda masculina

7 may 2009 - 00:00

Tras pasar por la prisión británica londinense de Wormwood Scrubs por recaer de nuevo en su adicción a las drogas, Pete Doherty sigue postrando la moda masculina a sus pies. Primero fueron sus sombreros, que terminaron tomando las calles y convirtiéndose en el must-wear del underground londinense. No sólo contribuyó a que complementos como el rosario alrededor del cuello, corbatas estrechas o americanas pasaran a ser de lo más cool, sino que revolucionó las arcas de Dior para hombre, la firma detrás de cada uno de sus trajes. Porque Doherty no sólo ha demostrado ser adicto a la heroína, sino que también ha vendido su alma al mundo de la moda. A modo de ejemplo, hechos: la firma de moda de culto Gio-Goi contrató al músico para diseñar la colección primavera-verano de 2007, inspirada en los acordes del Rock & Roll. Poco después llegó Cavalli y su apuesta por Doherty como el rostro de la temporada otoño-invierno 2007-2008.Ahora bien, los días en que el ex componente de The Libertines era el árbitro del sartorial chic cosmopolita han empezado a ceder ante un menos conocido Jamie Hince, el guitarrista de The Kills. Centrándonos en el dúo Doherty-Hince, resulta evidente que no es sólo el rock lo que les une, sino la mujer que, hace casi veinte años, marcó con su estilo grunge el inicio de la estética de una nueva década, alejada del esplendor de los ochenta. Tal y como evolucionan las relaciones de Kate Moss, primero con el mediático Doherty y ahora con el menos conocido Hince, también lo hace la moda… masculina. Un año después de romper con el líder de Babyshambles, las miradas se han vuelto hacia su nueva pareja y es Hince, con sus largas bufandas anudadas al cuello, cardigans grises, ajustadas chupas de cuero y pitillos negros quién ahora empieza a acaparar miradas. No sólo Kate Moss copia cada vez más su estilo, sino también miles de jóvenes y no tan jóvenes que persiguen un aspecto grunge desenfadado. Hará cosa de medio año el rockero declaró que “odia la industria de la moda”. Un mes después, ya firmaba con la firma All Saints para una sesión de fotografía. Mientras Moss, a sus 34 años, se desvive por subir a un escenario, su nueva pareja (como en su momento hizo su ex) empieza a hacer sus pinitos en el cambiante y olvidadizo mundo de la moda. Su estilo ha calado primero en las calles de Londres. La industria no tardará en ofrecerle el trono. Laia Jardí es periodista en Londres