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Las cinco tendencias que marcarán el futuro del retail en 2016

Modaes

9 feb 2016 - 04:45

Más pantallas y menos empleados. Así podrían resumirse las nuevas tendencias que están definiendo el nuevo panorama del retail, que se adapta a contrarreloj para seducir a los millennials y mantener la competitividad ante el avance imparable del ecommerce. El grupo de centros comerciales Westfield, que opera con complejos en todo el mundo, ha revelado en el estudio How we shop now, what’s next, cuáles son las cinco claves que marcarán el futuro del sector.

 

El documento, que se ha realizado a partir de las encuestas a 12.000 consumidores en Reino Unido y Estados Unidos, identifica tendencias como la menor asistencia en tienda, el aumento de la tecnología en los puntos de venta, la mayor renovación de la oferta, las ofertas más periódicas y el aumento del alquiler.

 

1. Mayor tecnología en las tiendas.

Los avances tecnológicos han abierto un nuevo abanico de posibilidades en el sector del retail, facilitando el proceso de compra y ampliando la información que el cliente tiene a su disposición. Los proveedores virtuales o la tecnología 3D han saltado de la ciencia ficción a los puntos de venta, y los consumidores son cada vez más exigentes al respecto.

 

Según el informe, más de tres cuartas partes de los consumidores reclaman dispositivos táctiles en las tiendas que permitan realizar las compras online desde el punto de venta físico, mientras que dos tercios estarían interesados en el uso de espejos virtuales. Además, más de un tercio del grupo de los más jóvenes (entre 14 y 34 años) asegura que contar con nuevas tecnologías en la tienda les animaría a gastar más.

 

Por otro lado, casi tres cuartas partes de los consumidores afirman que utilizan ya la tecnología para guiar sus compras de alguna manera, antes o mientras acuden a la tienda. Por otro lado, los que utilizan sus teléfonos para hacer compras afirman que se toman más tiempo para decidir en qué realizan el desembolso, investigando antes todas las opciones.

 

 

Entre las novedades que, según Westfield, podrán verse en los próximos años en las tiendas, destaca la identificación por radiofrecuencia, que permitiría recordar qué clientes han visitado el establecimiento anteriormente y poder así ofrecerles una recompensa sólo por volver.

 

La tecnología se convertirá en parte de la experiencia de compra  también fuera de la tienda. El consumidor podrá, según el documento, encontrar espacios en los centros comerciales con zonas interactivas y no comerciales que sumergirán a los compradores en la historia de la marca, así como fachadas de tiendas y escaparates digitales.

 

2. Clientes más autónomos.

El aumento de la información disponible a través de vías digitales como las páginas web de las compañías de moda o las redes sociales ha aumentado la independencia de los clientes, que reclaman más autonomía en los puntos de venta.

 

Un 41% de los compradores en tienda abandona el establecimiento si se siente agobiado por los miembros del personal, mientras que más de un 50% prefiere estar solos a menos que pida ayuda específicamente.

 

Sin embargo, aunque los clientes prefieran moverse más libremente por la tienda, el servicio continúa siendo clave para la compra. El estudio revela que dos tercios de los compradores nunca comprarían en una tienda con un mal servicio. El grupo entre 35 y 44 años de edad es el menos tolerante al respecto. Como resultado, los minoristas que no dan un excelente servicio pierden más de 5.400 millones de libras en ventas.

 

De esta forma, el papel del dependiente evolucionará hasta convertirse en un walking wiki, es decir, que sólo acudirá a asesorar al cliente si este requiere su ayuda. Los consumidores podrán reclamar la asistencia de un dependiente a través de una aplicación en tienda o asesorarse con puntos de ayuda automatizados.

 

3. Más oferta, más a menudo.

Las cadenas de fast fashion han terminado con las clásicas dos temporadas del prêt-à-porter y acostumbrado a los consumidores a recibir oferta nueva cada semanaLas cadenas de fast fashion han terminado con las clásicas dos temporadas del prêt-à-porter y acostumbrado a los consumidores a recibir oferta nueva cada semana. Incluso las grandes casas del lujo, como Burberry y Tom Ford, están abandonado el modelo tradicional para poner a disposición del consumidor las prendas pocos minutos después de mostrarlas sobre la pasarela.

 

Esto está impulsando la aparición de tiendas efímeras, que ofrecen ediciones limitadas disponibles por poco tiempo. Más del 50% de los usuarios encuestados por Westfield valoran lo diferente o lo novedoso y están más inclinados a comprar prendas que no se vendan de manera masiva.

 

4. La caza de gangas como forma de vida.

La aparición de la moda low cost, la posibilidad de comparar precios online antes de realizar la compra y los nuevos hábitos de consumo han aumentado la sensibilidad por el precio a la hora de tomar la decisión de compra. Buscar un precio más barato ya no depende, según el informe, de la capacidad económica del comprador, sino que se ha convertido en un estilo de vida.

 

Esto está impulsando la aparición de tiendas efímeras, que ofrecen ediciones limitadas disponibles por poco tiempo

 

En particular, los compradores de centros comerciales son los más exigentes a la hora de buscar una buena relación calidad precio y los menos propensos a preocuparse por cómo son los artículos. Para cubrir esta necesidad, el consumidor podrá recibir vales y ofertas directamente en su móvil y comparar los diferentes precios en línea.

 

5. Alquilar en vez de comprar. 

El alquiler se ha vuelto ya en un hábito habitual en sectores como el inmobiliario o el transporte, impulsados en los últimos años por el auge de plataformas como Uber o Airbnb. Ahora, esta tendencia está llegando también a la moda. Según el estudio, una de cada cinco personas en Reino Unido estaría interesada en alquilar, en lugar de comprar, las prendas de su tienda favorita. Además, alrededor de una quinta parte de los compradores encuestados expresó que estaría dispuesto a gastar 200 libras o más al mes en suscripciones de alquiler ilimitadas.