Back Stage

Las 18 megatendencias que están cambiando la industria de la moda

Modaes

31 jul 2015 - 04:47

El transgénero, la cultura colaborativa y los superhumanos son algunas de las tendencias sociales y culturales que han dado una vuelta de tuerca a la industria de la moda. Un informe elaborado por Sparks&Honey and Fashion Snoops, ha identificado 18 movimientos o megatendencias transversales y explica cómo la moda se está adaptando a ellos.

 

El informe, llamado Fashion Foresight: How Fashion Illustrates the World’s Most Pressing Megatrends, aborda cómo se han modificado los clásicos roles de género y qué impacto tiene esto para la moda. El documento explica que los roles masculinos han cambiado y, en consecuencia, los hombres pueden arriesgar más en moda, motivando un crecimiento del mercado de la moda masculina que lleva cinco años registrando mayores alzas que el de la femenina.

 

Al mismo tiempo, las mujeres han ganado poder adquisitivo, están más presentes en el mundo laboral y continúan siendo las mayores consumidoras de moda. La moda dirigida a un público femenino, subraya el estudio, tendrá que adaptarse al nuevo perfil de mujer, especialmente entre los millennials, que buscan moda cómoda y versátil.

 

Pero hay un tercer vértice que las casas de moda deben tener en cuenta: la asexualidad. Con la mayor aceptación de la transexualidad y el aumento de personas que no se identifican con un género en particular, las empresas de moda han de crear diseños asexuales y andróginos, y también las tiendas tendrán que adaptarse.

 

También los cambios demográficos tienen un impacto en la moda. Una población cada vez más envejecida y una tasa de natalidad en descenso están redefiniendo los ideales de belleza. Del mismo modo, las razas hasta ahora minoritarias en países como Estados Unidos están volviéndose la mayoría, y las empresas tendrán que tener más en cuenta la diversidad étnica que en el pasado.

 

Al mismo tiempo, la migración global ha facilitado el acceso a las culturas extranjeras, y la inspiración y apropiación de otras culturas se ha vuelto todavía más acusada. También por la globalización, dice el informe, se ha exacerbado la demanda de moda a bajo precio, y la deslocalización a países subdesarrollados.

 

Los consumidores de moda, que conocen cada vez más las prácticas de las empresas en los países donde fabrican, les exigen mayores responsabilidades, y la transparencia y la sostenibilidad se volverán factores diferenciales para las marcas.

 

En esto también influye otra megatendencia, la empatía, que motivó la campaña viral Who made my clothes?, que exigía a las compañías de moda explicaciones sobre quién había fabricado la ropa.

 

Otra de las macrotendencias que se señalan en el informe es la economía colaborativa, que en moda se traduce en una mayor colaboración entre los retailers y la población para mejorar la distribución. En un artículo de TechCrunch citado en el informe se explicaba que algunas firmas de lujo están buscando asociarse con repartidores bajo demanda para entregar los pedidos en el mismo día.

 

El documento señala también la brecha salarial como una tendencia que afecta de manera particular a las empresas de moda.  “Las compañías con grandes brechas de salarios entre los directivos y los empleados pueden estar canibalizando a sus propios consumidores, si la gente que trabaja para la compañía no puede permitirse comprar su producto”. En Estados Unidos, el consejero delegado gana, de media, 331 veces más que el empleado medio. En consecuencia, subrayan desde Sparks&Honey and Fashion Snoops, se abrirá un nuevo mercado para el lujo accesible, y obligará a desarrollar nuevas políticas de precio, como el retailer 76<100 en Pittsburgh, que ofrece a sus clientas una rebaja en función de su sueldo

 

Otras macrotendencias mencionadas en el informe son el nuevo modelo de familia, los kidults (un juego de palabras entre kid, niño y adult, adulto), que significa que los adultos están prolongando su infancia y los niños crecen más rápido; y los superhumanos, que buscan ampliar sus capacidades a través de la tecnología.

 

Además, apunta que el cambio climático, la falta de privacidad, el aumento de productos bajo demanda y las nuevas semánticas también pueden cambiar la moda, así como la emprendiduría, que ha motivado a las marcas de moda a convertirse en incubadoras de talento o business angels