Back Stage

La vida tras construir imperios, ¿qué hacen los visionarios de la moda fuera de la primera línea?

Jack Ma anunció la semana pasada que dejará la presidencia de Alibaba en 2019. El fundador del titán del ecommerce engrosará la lista de visionarios retirados de la primera línea de la moda. 

L. Molina

17 sep 2018 - 04:50

La vida tras construir imperios, ¿qué hacen los visionarios de la moda fuera de la primera línea?

 

 

Filantropía, real estate o mecenazgo. Tomada la decisión de dar un paso atrás en la empresa que gestionaron durante décadas, los grandes directivos de la moda concentran sus esfuerzos en nuevos sectores, filantropía o viejas pasiones que abandonaron para crear algunos de los mayores imperios de la moda.

 

La semana pasada, Jack Ma, fundador de Alibaba, anunció su salida como presidente del grupo en 2019, algo que se especulaba desde hacía meses. Este era su único cargo ejecutivo en la actualidad, tras dejar el puesto de consejero delegado en 2013. El magnate chino del ecommerce se sumará así a la larga lista de grandes directivos del sector retirados de la primera línea.

 

En el caso de Ma, el ejecutivo ya se ha buscado quehaceres para esta nueva etapa. El fundador de Alibaba vehicula el grueso de sus actividades filantrópicas a través de la Jack Ma Foundation. Una de las últimas iniciativas del organismo impulsado por el magnate del ecommerce fue el lanzamiento del Netpreneur Prize en África el pasado agosto.

 

 

 

El galardón busca apoyar y financiar a emprendedores africanos cuyos proyectos empresariales aspiran a resolver algunos de los mayores desafíos del continente o apoyar el desarrollo de una economía local a escala local. Ma donó diez millones de dólares (8,6 millones de euros) para poner en marcha Netpreneur.

 

La fortuna personal de Ma, quien cumplió 54 años hace una semana, asciende a 40.000 millones de dólares (34.317,4 millones de euros), según el índice de multimillonarios de Bloomberg. “Creo que algún día, y será pronto, volveré a la enseñanza: esto es algo que creo que puedo hacer mucho mejor que ser el consejero delegado de Alibaba”, dijo Ma en una entrevista reciente con el mismo medio, dado que el directivo ejerció como profesor de inglés antes de fundar Alibaba.

 

 

 

 

En España, el empresario de oro de la moda por excelencia es Amancio Ortega. La retirada del fundador de Inditex de las trincheras comenzó en 2011, cuando el ejecutivo dejó la presidencia del mayor grupo de distribución de moda del mundo y nombró como sucesor a Pablo Isla, aún en activo.

 

En ese momento, la fortuna de Ortega rondaba los 31.000 millones de dólares (26.596 millones de euros, a tipos de cambio actuales) y era el séptimo hombre más rico del mundo, según la revista Forbes.

 

Según los últimos datos disponibles, su patrimonio asciende hoy a 67.600 millones de dólares (57.996,4 millones de euros). El magnate textil controla el 59,3% de Inditex a través de las sociedad Pontegadea Inversiones y Partler 2006, según consta en la memoria anual de 2017 del grupo gallego.

 

 

 

 

Celoso en extremo de su vida privada y reacio a cualquier intervención pública, la vida de Ortega transcurre en un discretísimo segundo plano. En los últimos años, el directivo ha centrado su actividad en el sector inmobiliario, donde aglutina activos por valor de más de 8.000 millones de euros mediante Pontegadea.

 

Ortega es propietario de bienes inmuebles en ejes prime como Oxford Street o Covent Garden, en Londres; Paseo de Gracia, en Barcelona, o la Torre Cepsa, en Madrid. La red de inmuebles y propiedades del magnate español se extiende por otras muchas capitales internacionales.

 

Las donaciones para la lucha contra enfermedades también han caracterizado la acción de Ortega en los últimos años. Mediante su fundación homónima, el creador de Zara donó 40 millones de euros en 2016 para la lucha contra el cáncer en Andalucía.

 

 

 

 

Un año después, el empresario gallego donó una cantidad ligeramente superior, de 46,5 millones, para financiar equipos tecnológicos mediante los que luchar contra la misma enfermedad en la Comunidad de Madrid. Otras comunidades autónomas españolas también han aceptado dotaciones económicas del fundador de Inditex.

 

El fundador de H&M, Erling Persson, también se comprometió con causas sociales y filantrópicas tras retirarse del día a día de la empresa. Fallecido en 2002 a la edad de 85 años, el empresario cedió las riendas del titán sueco de la moda a su hijo Stefan Persson en 1982. En ese momento, el grupo se encontraba a las puertas de acelerar su expansión en los mercados internacionales.

 

El legado del magnate sueco continúa vivo a través de la Erling-Persson Family Foundation, organización sin ánimo de lucro establecida en 1999 y cuya base económica procede de las donaciones realizadas por el hijo del fundador de H&M, Stefan Persson.

 

 

 

 

Aunque en sus inicios el organismo enfocaba sus actividades filantrópicas a financiar otros proyectos emprendedores y el apoyo a la educación, la fundación ha ampliado su radio de acción hacia otras disciplinas como la investigación médica.

 

Al frente de H&M se encuentra hoy el nieto de Erling, Karl-Johan Persson, mientras su hijo, Stefan Persson, ejerce como presidente de la corporación. La compañía cuenta hoy con ocho marcas, entre ellas &OtherStories, Monki, Cos y Cheap Monday.

 

En el otro lado del charco, Doris Fisher, cofundadora junto a su fallecido esposo en 1969 del retailer de moda Gap, también ha dedicado gran parte de su vida a la filantropía, sobre todo cuando su compañía alcanzó reconocimiento internacional.

 

La empresaria ejerció como directora de merchandising de la cadena desde su fundación y hasta 2003, aunque mantuvo su asiento en el consejo de administración unos años más, hasta 2009. Actualmente, Fisher es directora honorífica.

 

En 1977, el matrimonio Fisher puso en marcha la Gap Foundation, mediante la que vehicularon sus donaciones al mundo del arte y la educación. Uno de sus proyectos estrella y que pervive hasta hoy es el Knowledge is Power Program (Kipp), una red de escuelas de preparación para la universidad sin coste que presta servicio a más de 32.000 jóvenes con pocos recursos.

 

 

 

 

Otra de las pasiones de los Fisher es el arte. Su devoción les ha llevado a aglutinar una colección de más de 1.100 obras, entre las que figuran algunas de artistas como Andy Warhol, Chuck Close o Roy Lichtenstein, entre otros. La colección se encuentra de forma permanente en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, ciudad en la que abrieron su primera tienda física.

 

Sin salir de Estados Unidos, Phil Knight, cofundador de Nike, es otro de los retirados de oro del sector. El empresario, cuya compañía deportiva es desde hace años la mayor del mundo por cifra de negocio, dejó su puesto como presidente del consejo de administración en junio de 2016, un año después de anunciar la decisión. Knight sigue siendo el accionista mayoritario de Nike, con una participación del 78% que controla mayoritariamente a través de su vehículo inversor Swoosh.

 

Con una fortuna de unos 24.100 millones de dólares (20.676,2 millones de euros), Knight ha seguido la estela de Persson, Fisher y Ma, volcando sus esfuerzos en la filantropía a través de la Nike Foundation.

 

 

 

 

La lucha contra la desigualdad femenina en el mundo ha sido uno de los caballos de batalla de la entidad desde su puesta en marcha en 2005. En 2013, la Nike Foundation se sumó a la Girl Declaration, una iniciativa presentada en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para poner fin a la pobreza infantil en chicas adolescentes apoyando su educación.

 

Knight también ha realizado numerosas donaciones a título personal y causas variopintas. En 2015, el magnate dio 500 millones de dólares para la investigación contra el cáncer a la Oregon Health&Science University. Un año después, el empresario concedió 400 millones de dólares a la universidad americana de Stanford.

 

Según Huffington Post, Knight y su mujer llevaban donados más de 1.000 millones de dólares en 2016. En una entrevista con CBS ese mismo año, el empresario afirmó que su intención era donar la mayor parte de su fortuna personal a la beneficencia.