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La moda ‘eco’ se hace mayor: Ecoalf, ¿el inicio de un nuevo ‘boom green’?

Tras el cierre de Suno y las pérdidas millonarias de Edun, la tendencia sostenible en moda continúa viva ante el nuevo interés del capital riesgo por invertir en este sector que parecía reñido con su cuenta de resultados.

S. Riera

3 mar 2017 - 04:56

 

Vuelven a sonar tambores de guerra en la moda eco. La adquisición de Ecoalf por parte del fondo Manor podría ser el inicio de un nuevo boom hacia lo green. Esta operación simboliza un nuevo interés por las empresas que nacen con la sostenibilidad en su ADN en un momento en el que hasta los gigantes de la gran distribución están rediseñando sus estrategias para encajarla.

 

El gran activo que tiene Ecoalf ante el capital riesgo es su autenticidad, según han explicado fuentes cercanas a la operación a Modaes.es. En este sentido, más allá de apoyar el crecimiento de la compañía, el propósito de esta operación pasa por elevar la figura de su fundador, Javier Goyeneche, como uno de los principales abanderados de esta transformación. Por su parte, Manor aportará gestión a Ecoalf, algo de lo que muchas empresas de moda han carecido hasta ahora.

 

La compra de una participación mayoritaria de Ecoalf podría ser el anticipo de un nuevo boom por la moda eco, que recobra interés después de los pinchazos de Suno, la marca neoyorkina de lujo sostenible que echó el cierre a finales de 2016, y las pérdidas millonarias que arrojó Edun al cierre de 2015, seis años después de que la adquiriera LVMH.

 

 

Sin embargo, más allá de estos traspiés, la sostenibilidad avanza a pasos agigantados en las grandes compañías del sector. La propia industria hace unos años que ha empezado a encarar la práctica de medidas que no perjudiquen al medio ambiente en un cambio que los expertos insisten en calificar de sistémico.

 

En lujo, Kering está liderando esta transformación; en moda deportiva, Adidas y Nike abanderan este cambio de rumbo, mientras que en la gran distribución, H&M, Inditex o C&A también han empezado a dar pasos en este sentido. En su informe Style that’s sustainable: a new fast fashion formula, la consultora McKinsey muestra cómo la gran distribución está interesada en reformular su modelo bajo estos criterios.

 

La razón por la que la industria apuesta por la sostenibilidad es que en 2014 la producción de prendas superó por primera vez la barrera de 100.000 millones de unidades y se espera que esta cifra vaya en aumento a medida que se incorporen en el mercado de consumo las nuevas clases medias de las economías emergentes.

 

 

Conceptos como el reciclaje, el close the loop o las materias primas orgánicas han llegado para quedarse. En el futuro, de mantenerse el modelo productivo lineal, el acceso a materia prima (hilados y tejidos) barata podría convertirse en un reto y, en consecuencia, frenar el desarrollo del modelo de negocio propio del fast fashion.

 

La sostenibilidad en la moda no es algo nuevo, pero topa aún con dos grandes barreras: se asocia lo eco a lo feo y rudo, y le falta aún escala para ser rentable. En este sentido, ya existen diferentes plataformas en las que todo el sector rema junto hacia esta dirección. Una de ellas es Better Cotton Initiative (BCI), para la promoción de las plantaciones de algodón orgánico, y otra es la organización empresarial Sustainable Apparel Coalition (SAC). Sólo BCI cuenta ya con 66 grupos de distribución y marcas de moda asociadas, mientras que el SAC cuenta con cerca de 200 compañías entre grupos de distribución y fabricantes.

 

La tendencia se hace evidente cuando los inversores apuestan por ella. En este sentido, el estudio Investing for a sustainable future, de MIT Sloan Management Review y The Boston Consulting Group, desvelaba que el 75% de los directivos seniors en las empresas de inversión consideran que la sostenibilidad es importante en su toma de decisiones, casi la mitad de los encuestados en firmas de inversión dicen que no invertirán en empresas con bajos niveles de sostenibilidad y alrededor de un 60% afirma que están dispuestos a desinvertir en empresas que no la contemplen.