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La lana se reivindica ante las fibras sintéticas

P. Riaño

19 nov 2012 - 04:47

La lana ha sido, tradicionalmente, una de las fibras más utilizadas por la industria de la moda. Sin embargo, durante los últimos años su importancia ha ido debilitándose a favor de otras fibras más baratas, como las sintéticas. La lana quiere ahora a recuperar posiciones gracias a la incipiente consciencia medioambiental que procede del norte de Europa y a nuevos hábitos sociales como el hand made.

 

La producción mundial de lana se sitúa alrededor de 1.900 millones de toneladas al año y más de la mitad del total (un 53%) se dedica a la fabricación de ropa. “Desde el pico que se alcanzó en 1990, la producción mundial de lana ha registrado una caída constante”, explica Dolores Naharro, directora en España de The Woolmark Company, que esta semana impulsa en Madrid la Semana de la Lana.

 

Australia concentra el 25% de la producción mundial de esta fibra. La predominancia de Australia en esta industria hace que desde este país se conceda el sello Woolmark, una de las certificaciones textiles más reconocidas por los consumidores y que está concedida por la compañía sin ánimo de lucro The Woolmark Company, que agrupa a 30.000 ganaderos australianos.

 

El segundo mayor productor de lana del mundo es China, que copa el 18% del total, seguido por Nueva Zelanda, con un 11%. España concentró en 2010 el 1,5% de la producción mundial. China cuenta con la mayor población ovina del mundo (con 171 millones de ovejas), por delante de Australia, donde se contabilizaban 86 millones de ovejas en 2007. Desde 1980, el número mundial de ovejas ha caído en alrededor de 1.200 cabezas. En 2010, España contaba con 18,5 millones de ovejas, el 1,7% del total.

 

El auge de la moda rápida y el deseo de los consumidores de conseguir prendas más baratas ha desplazado a los grupos de moda hacía las fibras sintéticas. “La cuota de mercado de la lana ha ido en caída, por lo que los precios han retrocedido también, con cortos periodos de tiempo en ascenso como el que tuvo lugar el año pasado empujada por el algodón”, sostiene Naharro.

 

La responsable en España de The Woolmark Company reconoce que el modelo de negocio del fast fashion favorece “un consumo de moda por impulso en el que no se valora tanto la durabilidad”.

 

Reino Unido es el mayor consumidor del mundo de lana, pese a que sólo concentra el 2% de la producción total. Por detrás de Reino Unido figuran Australia, Corea, Italia, Japón y Alemania. La importancia de la lana para el mercado británico hizo que en 2009 el príncipe Carlos de Inglaterra impulsara la primera Semana de la Lana. “Con unos precios tan bajos, a los ganaderos no les sale a cuenta esquilar las ovejas”, dice Naharro.

 

Con este evento, que también se celebra en Reino Unido, Corea, Alemania, Holanda, Japón, China, Australia, Francia y Estados Unidos, se quieren transmitir a los consumidores las bondades de esta fibra natural, que es biodegradable, termorreguladora o duradera.

 

“El objetivo es llegar al público final, para que sea él quien lo pida a sus marcas de cabecera y, así, cada vez se incorpore más a las colecciones”, sostiene Naharro. A pesar de la caída de las últimas décadas en el consumo y producción de lana, la directiva sostiene que “se ha invertido la tendencia y se ha frenado el descenso gracias a diversos factores”.

 

Naharro señala, en primer lugar, las nuevas tendencias en el consumo. “Está claro que la gente busca precio, pero ya algunos informes indican que los compradores valoran hoy que las prendas sean tendencia, pero también que duren, una conciencia que ha aparecido con la crisis”, afirma.

 

La apuesta de las marcas por vincularse con valores responsables es otro de estos factores. “Incluso los grandes grupos apuestan por transmitir un consumo más responsable, lo que les hace incorporar en sus colecciones algunas prendas de mayor calidad”, señala. En tercer lugar, Naharro sostiene que “desde hace cuatro años la lana está muy presente en las colecciones de los diseñadores, lo que tira del resto de la industria”.

 

La responsable de The Woolmark Company admite que el precio juega en contra del sector en la competencia con otras fibras. “En los últimos dos años los precios han vuelto a subir y eso hace que el producto final se encarezca, por supuesto –dice-; pero siendo la lana una fibra más cara que otras se puede comprar a precios asequibles gracias a las técnicas y a los volúmenes de producción”.

 

La industria de la lana quiere ahora aprovechar este impulso para reivindicarse ante otras fibras, como las sintéticas. La Semana de la Lana se celebrará del 21 al 24 de noviembre en Madrid con la participación de un total de 75 empresas, entre las que figuran grandes grupos como Inditex (con Zara, Zara Home y Massimo Dutti) o El Corte Inglés y diseñadores como Miguel Palacio o Maya Hansen y firmas como García Madrid.