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La industria textil como parte de la moda

TRIBUNA: MANUEL DÍAZ

14 oct 2013 - 04:31

Resulta un poco incómodo tener que justificar el papel de la industria textil en la moda. Y resulta incómodo porque ese lugar se ha ganado a pulso a base de buen hacer. Para los que conocemos el esfuerzo que, desde hace muchos años, llevan realizando nuestras empresas por adecuar sus productos a lo que demanda el mercado -es decir, también a lo que dicta la moda, puede parecer injusto y hasta ofensivo. Ni siquiera es necesario hablar de grandes empresas para encontrar ejemplos gratificantes, porque hablamos de algo que forma parte del carácter de los industriales independientemente de su tamaño. Muchos de los fabricantes textiles españoles, de toda condición, dedican un gran esfuerzo en tiempo y dinero a componer una oferta basada en las tendencias que mueven al consumidor final, y lo hacen además de la mano de sus clientes.

 

Innovación y desarrollo son vocablos presentes en el día a día de la fabricación textil y, para ello, muchos profesionales se desplazan con relativa frecuencia a las ciudades que tradicionalmente definen las tendencias futuras con el fin de captar ideas que luego se verán plasmadas en los nuevos muestrarios. París, Milán, Tokio o Nueva York son destinos habituales de los responsables de los departamentos de desarrollo de nuestros fabricantes, aunque al gran público pueda extrañarle esta actividad. Y lo mismo puede decirse de la cada vez mayor presencia en las ferias internacionales, germen muchas veces no sólo de contactos entre clientes y proveedores, sino también de colaboraciones que terminarán plasmándose en novedades. Asimismo, cada vez es más frecuente que el fabricante de cabecera y su cliente habitual inmediato colaboren en el desarrollo de productos novedosos, aunando esfuerzos para que el consumidor final pueda beneficiarse.

 

También hay que referirse a la enorme importancia que los verdaderos conocedores de este negocio otorgan a los tejidos. Por supuesto que el diseño de la prenda es fundamental, como también lo son las campañas de marketing o los desfiles de las grandes pasarelas y la labor que realizan los puntos de venta y la distribución, pero la enorme diversidad de productos que ofrece nuestra industria es un factor decisivo a la hora de poder presentar una oferta que resulte atractiva, y ya todos los especialistas que siguen el mundo de la moda dedican buena parte de sus análisis y comentarios a los tejidos.

 

A la industria textil le toca llevar todas las ideas a su proceso productivo, en el convencimiento de que la versatilidad y la adaptación a los cambios de productos son el futuro del sector, para lo cual también continúa renovando su parque de maquinaria para poder afrontar con éxito todos los retos que con cada vez mayor frecuencia se proponen a las fábricas.

 

Por lo tanto, es complicado entender por qué se viene negando de modo sistemático por parte de algunos actores del sector el muy relevante papel que la industria de cabecera juega en la cadena de la moda. Tal vez sea porque moleste la imagen de las máquinas puestas en marcha guiadas por una fuerza laboral cada vez más versátil y mejor preparada, imagen por supuesto ajena a la parte más visible y glamurosa del textil. O porque la industria es la que mantiene un empleo de mejor calidad y mayor estabilidad, justo aquél que es cada vez más escaso. O porque los empresarios del sector buscan continuamente las mejores vías para aumentar las ventas al exterior, centrándose en el día a día y huyendo de los focos mediáticos y de las fotografías junto a supuestos famosos.

 

Es hora, por lo tanto, de que tanto las personas que se relacionan con el sector como las administraciones y consumidores reconozcamos y estemos orgullosos de que todos los intervinientes en la cadena de valor que conforma el complejo proceso de llevar una prenda de vestir hasta el consumidor final son generadores de moda, incluyendo en ese listado con todos los honores a nuestra industrial textil.

 

 

Manuel Díaz de Marcos, presidente de Texfor