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La industria mundial de la joyería comienza a relucir para los inversores internacionales

Pilar Riaño. Viena

25 abr 2013 - 04:45

La consolidación será una de las principales tendencias que marcará la industria mundial de la joyería en el horizonte 2020. Las operaciones corporativas se multiplicarán en el sector durante la próxima década, según un informe presentado por McKinsey & Company en el marco del congreso LINK Jewelry Summit, celebrado en Viena de la mano de Swarovski e International Herald Tribune.

 

"El capital riesgo está tomando ya interés en el sector de la joyería", señaló en el mismo sentido Colin Welch, presidente de Financo. El directivo puso como ejemplo operaciones como la compra de Follie Follie por parte del fondo chino Fosun, la adquisición de Bulgari por LVMH, la compra de Qeelin por parte de PPR, la de Fabergé por Gemfields o la de Harry Winston por Swatch, así como la inversión en Tiffany por parte del fondo soberano de Qatar.

 

¿Dónde reside el interés de la joyería para los inversores? Una marca fuerte, una presencia global, el control de la distribución con el retail, la calidad del producto y la innovación son algunas de las claves, según el responsable de Financo, que explican el atractivo de este sector para los inversores.

 

Thomas Tochtermann, director de moda y lujo en McKinsey, señaló que se trata de un sector altamente fragmentado, con un gran número de operadores locales, pero pocos globales.

 

"Actualmente, los diez primeros grupos del mundo sólo controlan el 12% del mercado total, valorado en 148.000 millones de euros", afirmó Tochtermann, que deja fuera de su análisis la industria de la relojería.

 

Según las previsiones de McKinsey, durante los próximos años se va a producir un proceso de operaciones corporativas (con implicación del capital riesgo y de los mayores grupos del sector) que llevará a que las diez primeras empresas de la industria pasen de copar el 12% del mercado al 24%.

 

Uno de los últimos ejemplos de este movimiento se produjo ayer con la confirmación de la compra por parte del conglomerado de marcas PPR (ahora denominado Kering) de Pomellato. El grupo francés (dueño de Gucci y Puma) ha pagado más de 270 millones de euros por la firma italiana de joyería.

 

"La joyería será un negocio mucho más rentable que la ropa durante los próximos años", según Tochtermann, que señala que esta industria está mucho menos saturada y presionada que la textil. En su opinión, el capital riesgo se ha dado cuenta de que sus inversiones en moda han funcionado, por lo que los inversores apostarán ahora por la joyería.

 

Seis macrotendencias, según Mckinsey

La consolidación fruto de operaciones corporativas es sólo una de la seis macrotendencias que marcarán la evolución de la industria mundial de la joyería durante la próxima década. A juicio de McKinsey, estas grandes tendencias se han producido ya en el negocio de la moda, por lo que la joyería repetirá en los próximos diez años algunos de los movimientos que se produjeron en la moda en los noventa.

 

La polarización marcará a la industria en un horizonte 2020, de manera que la distancia entre el lujo y el mass market se ampliará. McKinsey sostiene que, del mismo modo que un traje Gucci es hoy más caro que hace una década y uno H&M es más barato, en la joyería enseñas como Tiffany subirán sus precios y las marcas de gran consumo, como Accessorize, lo bajarán para ampliar más aún su público.

 

Esta tendencia implicará también la desaparición de la gama media y la eliminación de las diferencias entre alta joyería y joyería de moda, con el nacimiento de enseñas como Thomas Sabo, que ofrecen un amplio abanico de precios y productos.

 

Una segunda macrotendencia es el desarrollo de nuevos canales de distribución. En 2003, sólo el 1% del total de las ventas de ropa en Reino Unido correspondían a comercio electrónico, un porcentaje que hoy se sitúa en el 14%.

 

A juicio de McKinsey, en 2020 el 10% de las ventas totales de joyería procederán de la Red, frente al 4% o 5% de la actualidad. A pesar de este aumento, en segmentos como la alta joyería el peso del comercio electrónico será inferior al 10% por "la importancia de la experiencia de compra" en esta categoría.

 

Otro de los nuevos canales que se desarrollará con fuerza en joyería será el retail. "Las tiendas monomarca e Internet han marcado la evolución de la industria de la ropa, mientras las tiendas multimarca se han debilitado como canal a menos que se hayan especializado", sostiene el responsable de McKinsey. Algo similar está sucediendo ya en el negocio de la joyería: Pandora cuenta ya con más de 700 tiendas y Swarovski con más de 2.000.

 

La marca es la tercera macrotendencia que impactará en la industria de la joyería en los próximos años. Si el 80% del negocio de los perfumes o el 60% del de la relojería está controlado hoy por las marcas, este porcentaje se sitúa sólo en el 20% en el caso de la joyería.

 

Según las previsiones de McKinsey, el negocio de la joyería de marca se duplicará durante la próxima década, hasta alcanzar entre el 30% y el 40% del mercado total. Las razones del auge de la joyería de marca son el desarrollo de los mercados emergentes o la llegada de una generación altamente marquista, entre otras.

 

Una cuarta macrotendencia es la internacionalización. "En los años noventa, las marcas de moda dominaban sus mercados locales, hoy en día Zara o H&M han entrado con fuerza en países como Estados Unidos, feudo de Gap", explicó el responsable de McKinsey.

 

La velocidad que se desprende del fast fashion contagiará también a la joyería durante la próxima década, según McKinsey, y cada vez más marcas de la industria seguirán el ejemplo de Zara o H&M y renovarán constantemente el producto de sus tiendas.

 

Por último, la sexta macrotendencia detectada por la consultora afectará tanto a la joyería como a la industria de la moda. Se trata del auge de las megaciudades, dos tercios de las cuales se concentrarán en los mercados emergentes y harán que las marcas deban replantearse su estrategia de expansión.